Lo
justo
Se puede definir de
muchos modos lo que se entiende por justicia, pero, quizás, la mejor
explicación es dar a cada uno lo que merece en proporción a sus méritos. Es
también la justicia un modo de equilibrio y prudencia.
Lo justo se determina
también en función de las necesidades, las circunstancias y otros aspectos
sociales y culturales que deben ser considerados y valorados de un modo lo más
objetivo posible.
En determinadas
situaciones parece que, en pleno siglo XXI, la afirmación de Nietzsche de que
vivimos en una época nihilista parece que cobra vigencia en la realidad actual.
Existen ciertos ambientes en los que los valores ya no son suficientes para
orientar los comportamientos.
Indudablemente, al
existir tanta variedad cultural en las sociedades de nuestro tiempo, y una
enorme diversidad de normas y estilos de vida y costumbres diferentes parece
que fuera más difícil alcanzar,
consensos éticos mínimos, acerca de la justa conducta que se merecen los demás. Los prejuicios y las falsas ideas
son algo que existe, y que perturba un adecuado entendimiento de lo que es el
respeto y la justicia.
La hipocresía y la maldad
también existen, y no son fácilmente neutralizables con actitudes sensatas,
equilibradas, razonables y justas. Lo objetivo y lo subjetivo debe estar claro
para todos, con el fin de mejorar las relaciones sociales y la convivencia de
todos.
Desde un punto de vista
ético el emotivismo moral del filósofo David Hume es coherente siendo la
expresión de un profundo conocimiento de la naturaleza humana. Ciertamente,
aprobamos o desaprobamos una conducta si sentimos que nos agrada o desagrada.
No hace falta razonar para saber que matar, robar, engañar, etc., está mal. El
sentimiento de desaprobación ante conductas negativas es inmediato.
En lo relativo a la
retribución a los trabajadores, si se consideran los méritos, exclusivamente,
recibirán más ingresos los que produzcan más. Si bien, al seguir los dictados
de la justicia, habría que pagar también más a los que afrontan más necesidades
objetivas por ser familias numerosas, o por otras circunstancias especiales.
La ética de Platón
manifiesta que hay que actuar siempre bien, dado que el mal es injustificable.
Algo que sigue siendo válido en los tiempos actuales desde una perspectiva
moral. Pero los seres humanos no debemos quedarnos en esta actitud. Debemos ser
más activos y buscar, con todas nuestras fuerzas, la solidaridad universal con
todas las personas del mundo.Ya que todas, sin excepciones, merecen ser
tratadas con justicia. Lo justo es expresable con actos y conductas solidarias
y compasivas concretas, y no con simples declaraciones de intenciones.
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