Una época de incertidumbre y de búsqueda de
sentido.
Es el periodo que abarca,
aproximadamente, desde la muerte de Alejando Magno en el 323 a.C. hasta el
año 148 a. C. en que Macedonia pasa a
manos de Roma como provincia romana. Las monarquías helenísticas suceden a las
polis o ciudades estado. Se intensifican las diferencias entre las clases
sociales.
Además, la inestabilidad política es
algo que se percibe en el ambiente de la época. El individuo se encuentra
perdido, ya que no posee un marco de referencia estable en el que desarrollar
su vida. La humanidad es el nuevo paradigma social para los sujetos. Las
personas buscan la autosuficiencia y la autonomía en su existencia en la
realidad social. Y, como en pleno siglo XXI, los seres humanos deseaban
seguridad y felicidad individual.
En el Helenismo los fines prácticos son
lo esencial. Ya que el sabio no es únicamente el que sabe sino también el que
sabe vivir. La finalidad moral es esencial para el logro de una vida racional y
satisfactoria, en todos los sentidos.
El término helenístico fue usado por
primera vez por el historiador alemán
Droysen. Existió un proceso de helenización de los pueblos orientales después de la
conquista de Alejando Magno. La lengua y la cultura griega jugaron un papel
fundamental. Hubo una mezcla de ideas filosóficas, religiosas y científicas. En
el periodo helenístico mucha gente vivía insegura y con pesimismo y buscaba
salvación y consuelo. En el Helenismo destacan varias escuelas filosóficas:
Epicureísmo, Estoicismo, Escepticismo, Neoplatonismo, Cinismo.
Los escépticos afirmaban en su doctrina del conocimiento que no hay
ningún saber firme. Esto es claramente falso, ya que son verificables numerosos
conocimientos con los procedimientos y métodos adecuados. El valor del saber de
las diversas ciencias está fuera de toda duda. Y el incremento de los
conocimientos ha sido exponencial hasta nuestros días.
La filosofía cínica pretendía que se siguiera una forma de vida
que llevara a la autosuficiencia y la impasibilidad. Los filósofos cínicos
indicaban la necesidad de la autoafirmación individual frente a lo que
consideraban que era una sociedad alienante y coaccionadora en el siglo IV a.
C. en Grecia.
En cambio, los estoicos consideraban que
resistir y ser pacientes ante las
adversidades de la vida es la mejor conducta y la más racional. No caer en los
vicios y en la pereza también es algo loable y bueno desde un planteamiento
estoico. El esfuerzo, la constancia, la perseverancia y la tenacidad eran algo
apreciado por los estoicos.
El perfeccionamiento de la conducta
individual y el deseo de ser más sabios es algo positivo en sí mismo, desde un
enfoque estoico. No en vano, Séneca escribió sus célebres Tratados Morales que
son obras valiosas, por los planteamientos éticos que son ejemplificados y expuestos
a través de consejos y sugerencias en sus páginas.
Especialmente brillante es el tratado De
la brevedad de la vida. En efecto, la vida es larga para el que la saber
aprovechar y no derrocha el tiempo a manos llenas creyendo que nunca se va a
acabar. El equilibrio y la serenidad de la mente o del ánimo es lo que hace
posible una vida feliz de los seres humanos. Sabiendo que somos seres limitados
y que no podemos hacerlo todo, ya que es preciso elegir lo que queremos
realizar, como decía el filósofo Julián Marías.
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