Es preciso comprender
críticamente la racionalidad vital.
Suponiendo que se esté
de acuerdo en que es adecuado buscar una mayor racionalidad en la realidad
humana, con el fin de aumentar la calidad de vida de todos y solucionar los problemas
que surgen en la existencia de los seres humanos. La racionalidad es en sí
misma muy valiosa, ya que permite resolver muchas cuestiones o, al menos,
intentarlo y mejorar la realidad.
Indudablemente, la
realidad es compleja y diversa. Ante ello se puede optar pon poner el énfasis
en lo circunstancial o en lo esencial. Si el análisis de las cosas en sí mismas
puede parecer una actitud cognoscitiva muy teórica pero, esto mismo, no
presupone que no sea una vía apropiada de interpretación.
Los espacios de
diálogo son el ámbito efectivo de la infinidad de interpretaciones
críticas sobre el mundo y lo que sucede.
Aunque es preciso darse cuenta que la
capacidad de argumentación es fundamental para un discurso coherente y
racional.
En el mundo contemporáneo,
a veces, se quiere justificar cualquier cosa
sin razones convincentes. Lo que nos distingue como seres humanos es,
precisamente, que podemos y debemos razonar en la relación con los demás. El
relativismo y el subjetivismo e individualismo más absolutos suelen ser
frecuentes en la realidad cotidiana, por desgracia. Y esto se neutraliza con
una profunda actitud crítica que se fundamenta en razonamientos y no en
prejuicios o en falsas interpretaciones de la realidad.
Ya Aristóteles usaba
el método hermenéutico en relación con la ética. Y es perfectamente entendible,
porque el estagirita se dedicó a analizar el lenguaje y a clasificar la
realidad que conoció e investigó.
Para Herder el modelo
hermenéutico deberá establecer las relaciones entre lenguaje, razón y
humanidad. Son ideas que, por sí mismas, dan para un diálogo infinito y una
diversidad ilimitada de interpretaciones. Es evidente que la Hermenéutica se
puede considerar un método de enseñanza,
ya lo decía también Humboldt. En efecto, una de la mejores técnicas para
aprender e investigar es interpretar y reinterpretar lo que se lee, conoce o
investiga. Y es una tarea infinita, porque los libros pueden ser interpretados
por cada generación desde perspectivas similares, pero también con matices
nuevos y complementarios.
Para Heidegger el
lugar de encuentro entre el ser y el hombre es el lenguaje. Somos seres hechos
de tiempo y lenguaje. El conocimiento del contexto histórico, social y cultural
es también esencial para una correcta y profunda interpretación de lo que se
analice.
Darle la espalda a la
hermenéutica significa establecer la cancelación de la dimensión
existencia-histórica de la humanidad y su objetivo.
En la hermenéutica
crítica, el intérprete no se interesa sólo en lo que su autor ha querido decir,
sino que se interroga sobre la realidad misma.
La hermenéutica
crítica en su modalidad emancipadora nace de la propuesta de Habermas y Apel.
La ética discursiva o dialógica está basada en la comunicación racional y en el
análisis de diferentes perspectivas sobre la realidad y los aspectos éticos en
relación con la misma. Para Habermas la racionalidad no es monológica como
pensaba Kant sino dialógica y basada en la intercomunicación discursiva e
interpretativa.