martes, 31 de octubre de 2017

HERMENÉUTICA CRÍTICA



Es preciso comprender críticamente la racionalidad vital.
Suponiendo que se esté de acuerdo en que es adecuado buscar una mayor racionalidad en la realidad humana, con el fin de aumentar la calidad de vida de todos y solucionar los problemas que surgen en la existencia de los seres humanos. La racionalidad es en sí misma muy valiosa, ya que permite resolver muchas cuestiones o, al menos, intentarlo y mejorar la realidad.
Indudablemente, la realidad es compleja y diversa. Ante ello se puede optar pon poner el énfasis en lo circunstancial o en lo esencial. Si el análisis de las cosas en sí mismas puede parecer una actitud cognoscitiva muy teórica pero, esto mismo, no presupone que no sea una vía apropiada de interpretación.
Los espacios de diálogo son el ámbito efectivo de la infinidad de interpretaciones críticas  sobre el mundo y lo que sucede.  Aunque es preciso darse cuenta que la capacidad de argumentación es fundamental para un discurso coherente y racional.
En el mundo contemporáneo, a veces, se quiere justificar cualquier cosa  sin razones convincentes. Lo que nos distingue como seres humanos es, precisamente, que podemos y debemos razonar en la relación con los demás. El relativismo y el subjetivismo e individualismo más absolutos suelen ser frecuentes en la realidad cotidiana, por desgracia. Y esto se neutraliza con una profunda actitud crítica que se fundamenta en razonamientos y no en prejuicios o en falsas interpretaciones de la realidad.
Ya Aristóteles usaba el método hermenéutico en relación con la ética. Y es perfectamente entendible, porque el estagirita se dedicó a analizar el lenguaje y a clasificar la realidad que conoció e investigó.
Para Herder el modelo hermenéutico deberá establecer las relaciones entre lenguaje, razón y humanidad. Son ideas que, por sí mismas, dan para un diálogo infinito y una diversidad ilimitada de interpretaciones. Es evidente que la Hermenéutica se puede  considerar un método de enseñanza, ya lo decía también Humboldt. En efecto, una de la mejores técnicas para aprender e investigar es interpretar y reinterpretar lo que se lee, conoce o investiga. Y es una tarea infinita, porque los libros pueden ser interpretados por cada generación desde perspectivas similares, pero también con matices nuevos y complementarios.
Para Heidegger el lugar de encuentro entre el ser y el hombre es el lenguaje. Somos seres hechos de tiempo y lenguaje. El conocimiento del contexto histórico, social y cultural es también esencial para una correcta y profunda interpretación de lo que se analice.
Darle la espalda a la hermenéutica significa establecer la cancelación de la dimensión existencia-histórica de la humanidad y su objetivo.
En la hermenéutica crítica, el intérprete no se interesa sólo en lo que su autor ha querido decir, sino que se interroga sobre la realidad misma.
La hermenéutica crítica en su modalidad emancipadora nace de la propuesta de Habermas y Apel. La ética discursiva o dialógica está basada en la comunicación racional y en el análisis de diferentes perspectivas sobre la realidad y los aspectos éticos en relación con la misma. Para Habermas la racionalidad no es monológica como pensaba Kant sino dialógica y basada en la intercomunicación discursiva e interpretativa.


domingo, 29 de octubre de 2017

EL GOVERN NO ES CESADO

https://youtu.be/ozN8tMei6Ig


Si Puigdemont se niega a abandonar el cargo el Gobierno reaccionará con  sentido común.
El problema es saber lo que entiende el Ejecutivo por actuar con inteligencia ante la rebelión y la secesión de los dirigentes políticos del Govern catalán que se niegan a abandonar el poder. Entre otros motivos, porque ya se consideran los gobernantes de la república catalana y no aceptan o reconocen la autoridad del Gobierno español.
Que desde el Gobierno central se diga que se recibirá con agrado que Puigdemont se presente a las elecciones del 21 de diciembre da una idea, a mi  juicio, de la falta de salidas respecto al desafío del independentismo catalán.
Lo reconoce el mismo Portavoz del Gobierno español que dice que los catalanes pueden juzgar lo que ha sucedido el último año con el proceso secesionista que ha puesto a las autoridades fuera de la ley. Acepta también que se ha llegado a un callejón sin salida. Y, por tanto, la solución son las elecciones. De este modo, los propios ciudadanos catalanes al votar arreglarán la situación política en Cataluña o la reconducirán en interés del bien general de todos. Me parece que no va a ser así, por numerosas razones. La fuerza del independentismo es muy grande y no es fácilmente neutralizable. Lo sería con un Gobierno fuerte que hiciera cumplir lo que sale publicado en el BOE  de modo inmediato.
Está bien que se haya cambiado al Jefe de los Mossos, pero no es suficiente. El cese de todo el Govern catalán es algo que debe ser realizado ya, puesto el Senado ya ha aprobado las medidas y ya han salido publicadas en el Boletín Oficial del Estado. La vigencia de estas medidas comienza ya, no se debe esperar, especialmente, en lo referente a Puigdemont, Junqueras y el resto de su Gobierno.
Junqueras también ha afirmado que no va a acatar su cese y pide a los catalanes perseverancia. Muchos ciudadanos se preguntan cómo es posible que Puigdemont que ha desobedecido leyes y sentencias de los más altos tribunales del Estado y que puede haber cometido delitos puede presentarse a las elecciones. Es considerado un golpista por comentaristas políticos y por expertos en Derecho.
La ciudadanía piensa este tipo de cosas y no me extraña nada. Es lo que realmente dice el verdadero sentido común y la razón. No hace falta ser un experto en lógica y en argumentación jurídica para darse cuenta de ello. La situación política  a la que se está llegando en Cataluña es esperpéntica. Se está improvisando continuamente. Se dice que se van a tomar unas medidas y luego se aplican unas pocas y las más importantes no, etcétera. Es como una especie de juego político ante la implacable resistencia de la proclamada república catalana que está doblegando, en mi opinión, a España como Estado de Derecho.
Y se sigue mirando para otro lado, por parte del Ejecutivo, como si no pasara nada y danto tiempo al tiempo. A ver si se arregla todo por una combinación de decisiones política de las fuerzas políticas constitucionalistas y con las elecciones. Suponiendo que se  celebren y que sean admitidas por los partidos independentistas. Realmente, un caos completo y siento tener que decirlo, porque la ciudadanía española no se merece esto.   Me parece que millones de españoles no están de acuerdo con que se tolere que la legalidad sea pisoteada por el Govern catalán.



viernes, 27 de octubre de 2017

PUIGDEMONT SE ATRINCHERA



Los independentistas  aseguran que no reconocerán la autoridad de Rajoy.
La aplicación de forma pacífica del artículo 155 que plantea el Presidente del Gobierno me parece difícil de lograr. Y la disolución del Parlament también creo que puede no conseguirse ante el fanatismo de la proclamada república catalana. La celebración de elecciones el 21 de diciembre me parece que, si no se logra el cese efectivo y real del Govern, puede transformarse en un una orden o mandato que no se va cumplir.
Porque el interés general no presupone que no haya que actuar con la fuerza para cesar o detener a los dirigentes políticos de la Generalitat. Y, si se producen disturbios  o movilizaciones ya se controlarán. No porque las pueda haber no se va actuar, por parte del poder legítimo del Estado. Yo, al menos, lo entiendo así.
Si el Estado o el Gobierno es débil y no se atreve  a obligar, si es preciso, por la fuerza  a que se cumpla lo ordenado y ratificado también por el Senado, que es el cese efectivo y real del Govern, los independentistas ya tienen la victoria asegurada.
Si se resisten y Puigdemont se encierra en la Generalitat tendrán que obligarle a la fuerza a que deje su cargo con la Policía Nacional o la Guardia Civil. De lo contrario, habrá ganado la partida y todo estará perdido, ya que la república catalana seguirá existiendo, aunque no sea legal y no sea válida desde una perspectiva jurídica.
Se habrá demostrado  que, aunque el Gobierno central dice que es capaz de aplicar el 155 y devolver la legalidad a Cataluña, por desgracia, parece que no va ser así, si nos fijamos en las decisiones de los últimos meses. Está bien que se haya reforzado la seguridad en las infraestructuras críticas es algo apropiado y se ha hecho. Pero es indispensable  hacer que se cumplan las decisiones del Gobierno de forma inmediata y sin contemplaciones. Lo que no está reñido con la proporcionalidad en las acciones.
Puesto que aplazando decisiones, por temor a las consecuencias de crispación social en Cataluña aumenta la fuerza y el poder de la ilegal república catalana. Ha sido muy frustrante y amargo para muchos millones de españoles ver el espectáculo de  la declaración de independencia en el Parlament catalán.
Y no hacer lo que se asegura que se va a realizar es la clara demostración de que la unidad de España ya está dinamitada, aunque sea con una carga explosiva de efecto retardado y lo digo en un sentido imaginario o figurado.
Si es necesario que intervengan las Fuerzas Armadas deberían hacerlo. Ya que son el instrumento que garantiza también la unidad de España.
Porque parece que las fuerzas policiales pueden no ser suficientes para controlar la aplicación de las medidas extraordinarias para volver a la legalidad en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
Ante concentraciones y manifestaciones de cientos de miles o incluso de un millón  de independentistas parece necesaria la presencia de militares. Puede considerarse excesivo, pero en Francia y otros países ya están en las calles y plazas miles de soldados que colaboran con la policía en el mantenimiento del orden público y en tareas de vigilancia para mantener la seguridad ciudadana. Y nadie se rasga las  vestiduras por ello.







jueves, 26 de octubre de 2017

CONSIDERACIONES SOBRE EL ANIMAL DIVINO



Este  libro de Gustavo Bueno es la exposición de su filosofía materialista de la religión.
En efecto, Bueno a lo largo de las páginas del libro trata numerosas cuestiones, pero delimita también de forma minuciosa muchos aspectos esenciales para entender, de modo riguroso, el origen de las religiones y del culto a las entidades divinas o a los númenes.
El enfrentamiento con los animales en el Paleolítico por parte de los hombres está en el origen de la religiosidad. En realidad, es algo que aparece en las pinturas rupestres, ya que se pintan animales en las paredes de las cuevas, desde una perspectiva mágica, claramente religiosa y supersticiosa.
Los seres humanos primitivos consideran a los animales como terribles enemigos numinosos y luchan contra ellos o bien como númenes bienhechores  a los que ayudan y rinden culto de cierta manera. Los númenes son los animales que causan sentimientos y emociones a los hombres primitivos en el Paleolítico.
Por tanto, en su origen, según Bueno las religiones nada tienen que ver con Dios. Es un ataque directo a los planteamientos teológicos que sostienen lo contrario. La filosofía materialista de la religión de Bueno se fundamenta en sólidas argumentaciones que están apoyadas por la observación empírica sistemática, la antropología y la investigación científica más rigurosa y profunda.
Los animales para Bueno son seres no humanos que viven, sienten, perciben y desean, pero no son identificables con ángeles, demonios o extraterrestres.
Desde el materialismo existe la religión primaria que era la de los hombres de las cavernas que adoraban a los animales como númenes considerados como bienhechores o los rechazaban como peligrosos durante el Paleolítico.
A partir del Neolítico surgen las religiones secundarias que son muy supersticiosas y dan culto a númenes o figuras antropomórficas o zoomorfas. Por ejemplo en el Egipto faraónico y en las cultura chinas, hindúes o mayas.
Con la filosofía griega antigua se critica el antropomorfismo y el zoomorfismo religiosos y esto mismo conduce al surgimiento de las religiones terciarias que son la monoteístas. Se abre también la posibilidad de que vayan surgiendo planteamiento ateos y agnósticos. Entre los que no existen grandes diferencias, a mi juicio.
El índice del animal divino ya ofrece un detalle suficiente sobre la multiplicidad de temas que trata la obra de Bueno. Desde, por ejemplo, la teoría de la religión como filosofía  continuando por otras cuestiones como la relativa  a la filosofía de la religión de Espinosa. También analiza Bueno el cuerpo de la religión y la filosofía de la religión como disciplina insertable en el marco de una antropología filosófica. No olvida tampoco otros numerosos aspectos como religión y religación y también realiza reflexiones críticas sobre sobre el cuerpo de la religiones y las reconstrucciones positivas del argumento ontológico. También escribe sobre las líneas maestras de la teología de la liberación desde un enfoque materialista, como es natural, y critica el dogmatismo religioso. Y me dejo en el tintero otras muchas cuestiones que trata el libro.
Sin perjuicio de que Gustavo Bueno se consideraba un ateo católico, aunque parezca una contradicción absoluta. Y no lo es, porque quería decir que, sin creer en la inmortalidad humana y en la divinidad, ya desde su juventud, leyó y analizó la Escolástica y los tratados teológicos con mucho interés y discutió con teólogos sobre cuestiones religiosas durante toda su vida como gran filósofo y profesor. Y también, porque tenía respeto por la tradición religiosa y el arte y la cultura espiritual católica y cristiana en general, entre otras razones que se pueden aducir.
En este artículo he querido dar una muy breve introducción sobre el animal divino para que sirva de estímulo que impulse a la lectura de la obra de Bueno. También he pretendido que se entienda, de forma esquemática,  un aspecto clave de la filosofía materialista de la religión de Gustavo Bueno: el relacionado directamente con los númenes animales como inicio de la religiosidad.


lunes, 23 de octubre de 2017

CRISIS POLÍTICA CATALANA


Las medidas aprobadas irán al Senado y se verá lo que sucede.
En efecto, y a las preguntas de los periodistas Rajoy dio por sentado que no había vuelta atrás y que el viernes el Senado decidirá si las aprueba por mayoría absoluta y si las modifica o no. Y que el cese del Puigdemont y su Gobierno es algo necesario.
Por otra parte, la Vicepresidenta del Gobierno Soraya Saénz de Santamaría da a entender esta misma semana que, si Puigdemont deja de desafiar al Estado y cumple sus obligaciones legales, puede modificarse la aplicación del 155 o suavizarse mucho. Además, señala que la aplicación de las medidas puede ser gradual y en función del desarrollo de los acontecimientos y de la situación política y social.
El Parlament catalán va a tener un pleno este jueves. La CUP quiere declarar formalmente la independencia de la república catalana. Puigdemont y su equipo de Gobierno ya han reiterado que no van a aceptar sus ceses.
Por si no fuera suficiente embrollo parece que una parte de los Mossos no quieren acatar el mando del Gobierno o del Ministerio del Interior. Pero el Ejecutivo alaba la significativa labor de la policía autonómica catalana en su lucha contra los delitos y espera que acepten el control de Interior.
Es revelador que en el PSOE haya políticos críticos con la aplicación del artículo 155 y se plantea en algunos círculos que, si Puigdemont convocara elecciones, se podría desactivar el 155. Y resulta que no desea convocarlas.
Considero que no debería haber declaraciones políticas contradictorias a cada momento en relación con el conflicto catalán. Porque se está agravando la situación hasta límites insospechados. Cada vez se nota mayor confusión e incertidumbre en el ambiente político español respecto al secesionismo y a la forma de abordarlo con las leyes en la mano y con la fuerza coercitiva del Estado de Derecho.
Lo que quiero decir es que, si no se toman decisiones firmes y se actúa en consecuencia, las consecuencias serán el reforzamiento del independentismo y la ruptura de España. La fuga de empresas en Cataluña ya se eleva a más de 1.300. Lo que nuestro país no puede permitirse es seguir en esta situación de inseguridad política en el territorio catalán durante varios meses más.
Considero que para restaurar la legalidad en Cataluña no son suficientes las palabras y las llamadas institucionales a la prudencia. Es absolutamente necesario e imprescindible actuar con firmeza y usar la fuerza si es indispensable para que se obedezca lo decidido por el Gobierno central y, presumiblemente, ratificado por el Senado. Si esto no se logra se partirá nuestra nación. Ya ha llegado a decir Ramón Punset que es catedrático de Derecho Constitucional que «Si Puigdemont sigue controlando a los Mossos, podría producirse un conato de Guerra Civil». Aunque no creo  que se llegue a tanto es para tomar nota.
Pero, es evidente que si el Presidente de la Generalitat se niega a acatar las medidas o su cese el Gobierno tendrá que imponerlas a la fuerza. Y si no es capaz de hacerlo, por una desobediencia civil masiva o por otras causas me parece que el independentismo habrá ganado el pulso al Ejecutivo. Espero que esto no suceda y Cataluña siga formando parte de España.
A todo lo señalado se añade que la Societat Civil convoca una manifestación en defensa del 155, algo que me parece muy positivo  pero que da una idea de la fractura social y la tensión política que ya existe en Cataluña.
El Gobierno debería cortar el nudo gordiano y cesar a Puigdemont y a sus consejeros con la aprobación del Senado.  Si esto no se lleva a cabo rápidamente, en mi opinión, la agonía de la unidad de España habrá comenzado.

domingo, 22 de octubre de 2017

MÁS DE 700 ARTÍCULOS



Escribir es un puro disfrute para la mente.
Aunque pueda parecer que no, escribir también es vivir. Estoy muy agradecido a los miles de lectores y a los cientos de miles de visitas que tienen mis escritos después de haber redactado más de setecientos artículos que han sido publicados.  
Y esto no es algo que se consiga de la noche a la mañana, ya que requiere constancia, esfuerzo, perseverancia y persistencia en la labor de escribir y publicar. Imaginar y crear contenidos de calidad es algo muy bello. Y los que nos dedicamos a escribir somos artistas de la palabra.
Los resultados de todo este trabajo creativo están a la vista y pueden ser comprobados en los diarios digitales, en la prensa escrita y también en Internet.
No es una tarea fácil, pero es muy apasionante, ya que es una especie de aventura creativa.  El placer de crear con la escritura y de aportar una pequeña parte, al menos, de mis pensamientos, opiniones y conocimientos es, indudablemente, muy satisfactorio y gratificante. Estoy muy orgulloso de ello. El poder de comunicación del lenguaje escrito es inmenso.  Es de sobra sabido, pero conviene insistir en ello, porque, a veces, no es suficientemente valorado y reconocido.
Se puede pasar por la vida sin crear nada y es una opción vital más. Pero, como también dice Fernando Savater, aunque haya personas que no son activas y no crean para los demás y para sí mismos, también es cierto que otras si son creativas en el sentido que estoy planteando. Y el denominado arte de escribir es algo que es muy importante también en la era digital en la que ya estamos instalados desde hace años.
No es lo mismo escribir un artículo de vez en cuando o esporádicamente que escribir y publicar con mucha frecuencia. En este sentido, la acumulación de artículos y lecturas cada semana es algo que va aumentando y que extiende la influencia y la visibilidad de los que escriben en los medios de comunicación. Y yo soy uno de ellos. Y también sirven de palanca de apoyo o de lanzamiento para dar una mayor visibilidad a mis libros publicados y a otros contenidos audiovisuales que estoy creando paulatinamente.
En el mundo actual la conexión de lo que se crea o produce con el público es cada vez mayor. La interactividad de los contenidos crece exponencialmente gracias a las redes sociales y también a los medios digitales, Internet y los medios audiovisuales.
No me considero un formador de opinión, aunque alguno me considera así y se lo agradezco. En cualquier caso, estoy plenamente convencido de que mi actividad creativa es positiva para la sociedad, para mis lectores y el público en general, ya que lo que escribo puede ser pensado, discutido, criticado, y también puede servir para que nuevas ideas y planteamientos aclaren la realidad y proporcionen un cierto beneficio a la sociedad. Es algo que va en la misma línea de lo que decía Jovellanos.  
Además, cualquier persona tiene perfecto y absoluto derecho a escribir y publicar, porque así lo desea, sin más justificación.
Desde el respeto y la libertad de expresión expongo en mis artículos lo que reflexiono sobre numerosos temas. Si bien, es preciso tener en cuenta, que para justificar y argumentar todas mis consideraciones tendría que escribir innumerables aclaraciones y matizaciones de cada aspecto tratado en mis escritos. Es una tarea infinita, pero gozosa.  El único límite del escritor o del articulista es el tiempo  del que dispone a lo largo de su existencia.
Ciertamente, en mis libros, en mis artículos más largos y en las  ponencias sobre cuestiones filosóficas desarrollo con extensión mis planteamientos. En mi tesis doctoral Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri, a lo largo de 603 páginas, analizo y reflexiono críticamente sobre muchos aspectos del pensamiento zubiriano y también de la filosofía en general.


viernes, 20 de octubre de 2017

INTERVENCIÓN EN CATALUÑA



Rajoy ha reaccionado ante el reto o chantaje planteado por Puigdemont.
El Presidente de la Generalitat con sus dos cartas no dejó opción a Rajoy. Parece que la aplicación del artículo 155 puede hacer que en Cataluña se respete la legalidad. Es lo propio de todo Estado de Derecho.
Hasta en los discursos de la entrega de los Premios Princesa de Asturias ha estado presente el tema del inaceptable intento de secesión impulsado por los partidos independentistas y la Generalitat. Las autoridades de la Unión Europea han reiterado el mensaje de unidad y es lógico que así sea. El propio Rey Felipe VI en su discurso ha expresado su firme convicción en un presente basado en la unidad de los españoles y ha dicho que «Cataluña es y será una parte esencial de España». El Jefe del Estado no puede ser más claro.
El propósito fundamental del Presidente del Gobierno es devolver la legalidad a Cataluña. Las leyes y las sentencias judiciales deben ser cumplidas también en el territorio catalán, ya que son una parte más de España.
Porque los catalanes disfrutan de unas competencias autonómicas muy amplias. Algo que está muy bien y nadie discute. Se puede negociar y dialogar  sobre el techo competencial de la Comunidad Autónoma catalana. Pero no sobre la ruptura de la unidad nacional o del Estado. Un cierto federalismo o plurinacionalismo  creo que sería perfectamente posible cambiando el texto constitucional. Una especie de Estados Unidos de España o una denominación similar puede sonar rara, pero mantendría la esencia de la unidad de lo  español ante Europa y el mundo.
Estoy escribiendo este artículo de opinión el viernes y, por tanto, todavía no sé las medidas extraordinarias que serán aprobadas en el Consejo de Ministros del sábado 21 de octubre.
De todos modos, parece que Rajoy va a proponer el control de la policía autonómica y las elecciones en enero y que estas medidas las ha acordado o pactado con Ciudadanos y el PSOE. Tal vez se apruebe alguna medida más. En todo caso, lo que es muy positivo es que, por fin, el Gobierno español imponga su poder  sobre la Generalitat de un modo firme y con la fuerza del derecho.
Aunque también es cierto que estas medidas tendrán que ir al Senado y se aplicarán, probablemente, hacia finales de este mes. Veremos los movimientos políticos de los independentistas la próxima semana. Existe disparidad de planteamientos en los partidos catalanes partidarios de la proclamación unilateral de la república catalana. La CUP parece que quiere una votación que declare la independencia en unos días.
En cambio, Puigdemont está sopesando los pros y contras de sus próximas decisiones políticas. Y, de momento, se muestra cauteloso y a la espera de las actuaciones del Gobierno central.
Observando la cantidad de maniobras políticas que se suceden diariamente en Cataluña da la impresión de que el conflicto catalán va para largo. Aunque tampoco se puede afirmar, de modo seguro, que vaya a ser así. 
De todas maneras, lo que es indudable es que la fuga de más de 800 empresas de Cataluña es algo muy grave y que la disminución del número de turistas en Barcelona y la caída de la actividad comercial en Cataluña es palpable y perjudicial para todos los españoles.
Las empresas grandes, especialmente, no quieren inseguridad e incertidumbre en el presente y tampoco en el futuro, por eso muchas se están marchando del territorio catalán. 


miércoles, 18 de octubre de 2017

HELENISMO



Una época de incertidumbre y de búsqueda de sentido.
Es el periodo que abarca, aproximadamente, desde la muerte de Alejando Magno en el 323 a.C. hasta el año  148 a. C. en que Macedonia pasa a manos de Roma como provincia romana. Las monarquías helenísticas suceden a las polis o ciudades estado. Se intensifican las diferencias entre las clases sociales.
Además, la inestabilidad política es algo que se percibe en el ambiente de la época. El individuo se encuentra perdido, ya que no posee un marco de referencia estable en el que desarrollar su vida. La humanidad es el nuevo paradigma social para los sujetos. Las personas buscan la autosuficiencia y la autonomía en su existencia en la realidad social. Y, como en pleno siglo XXI, los seres humanos deseaban seguridad y felicidad individual.
En el Helenismo los fines prácticos son lo esencial. Ya que el sabio no es únicamente el que sabe sino también el que sabe vivir. La finalidad moral es esencial para el logro de una vida racional y satisfactoria, en todos los sentidos.
El término helenístico fue usado por primera vez por el historiador alemán  Droysen. Existió un proceso de helenización  de los pueblos orientales después de la conquista de Alejando Magno. La lengua y la cultura griega jugaron un papel fundamental. Hubo una mezcla de ideas filosóficas, religiosas y científicas. En el periodo helenístico mucha gente vivía insegura y con pesimismo y buscaba salvación y consuelo. En el Helenismo destacan varias escuelas filosóficas: Epicureísmo, Estoicismo, Escepticismo, Neoplatonismo, Cinismo.
Los escépticos  afirmaban  en su doctrina del conocimiento que no hay ningún saber firme. Esto es claramente falso, ya que son verificables numerosos conocimientos con los procedimientos y métodos adecuados. El valor del saber de las diversas ciencias está fuera de toda duda. Y el incremento de los conocimientos ha sido exponencial hasta nuestros días.
La filosofía cínica  pretendía que se siguiera una forma de vida que llevara a la autosuficiencia y la impasibilidad. Los filósofos cínicos indicaban la necesidad de la autoafirmación individual frente a lo que consideraban que era una sociedad alienante y coaccionadora en el siglo IV a. C. en Grecia.
En cambio, los estoicos consideraban que resistir y ser pacientes ante  las adversidades de la vida es la mejor conducta y la más racional. No caer en los vicios y en la pereza también es algo loable y bueno desde un planteamiento estoico. El esfuerzo, la constancia, la perseverancia y la tenacidad eran algo apreciado por los estoicos.
El perfeccionamiento de la conducta individual y el deseo de ser más sabios es algo positivo en sí mismo, desde un enfoque estoico. No en vano, Séneca escribió sus célebres Tratados Morales que son obras valiosas, por los planteamientos éticos que son ejemplificados y expuestos a través de consejos y sugerencias en sus páginas.
Especialmente brillante es el tratado De la brevedad de la vida. En efecto, la vida es larga para el que la saber aprovechar y no derrocha el tiempo a manos llenas creyendo que nunca se va a acabar. El equilibrio y la serenidad de la mente o del ánimo es lo que hace posible una vida feliz de los seres humanos. Sabiendo que somos seres limitados y que no podemos hacerlo todo, ya que es preciso elegir lo que queremos realizar, como decía el filósofo Julián Marías.

lunes, 16 de octubre de 2017

PUIGDEMONT NO CEDE



La carta de Puigdemont a Rajoy es más de lo mismo.
Aunque el Presidente del Gobierno español le ha concedido hasta el jueves para entrar en razón y respetar la legalidad legítima constituida, no parece que esto vaya a suceder. La actitud firme en la afirmación de Cataluña como estado soberano es clara y evidente.
Considero que Rajoy podía haber obviado esperar unos días más y tomar ya la decisión de aplicar las medidas que se pueden tomar con el famoso artículo 155. Sin embargo, ha optado por la prudencia y el garantismo. De este modo, nadie le podrá decir que no ha sido respetuoso de los procedimientos formales en su requerimiento a Puigdemont. 
En cualquier caso, aparentemente, la hora de la verdad llegará el jueves o en los siguientes días. De todos modos, si pone en marcha medidas mínimas, no creo que sirvan para parar la deriva independentista en Cataluña y los incumplimientos de las leyes vigentes en todo el territorio español.
Y, si inhabilita a los dirigentes de la Generalitat y fundamentalmente a Puigdemont o toma medidas similares pueden pasar varias cosas. Una de ellas es que se nieguen en redondo a aceptarlas. Y se tenga que utilizar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional. Otra es que se produzca una movilización masiva de independentistas en las calles de Barcelona y del resto de Cataluña y eso mismo cause, por la irritación de la gente, graves problemas de seguridad y de orden público.
Ahora bien, lo que, en mi opinión, no debería ser es que se permita, por la fuerza de las cosas, que una Comunidad Autónoma se declare soberana e independiente y se tolere, por no causar una revuelta política y social de una parte de la población.
Hasta el momento, me da la impresión que ya se ha dialogado demasiado con Puigdemont y no cambia de planteamientos. Es el momento de empezar a tomar decisiones políticas de calado y aplicar la fuerza de un Estado de Derecho de un modo proporcional para que  los dirigentes políticos de la Generalitat cumplan la legalidad.
Con discursos y peticiones de sentido común y sensatez está visto que no se consigue nada. Por tanto, si se espera más y se siguen dando largas a la cuestión de la independencia de Cataluña, por parte del Ejecutivo central, se está favoreciendo la ruptura real y política de España en dos Estados.
De hecho, Puigdemont en la carta de respuesta a Rajoy pone de manifiesto que únicamente acepta un dialogo o negociación sobre la formación efectiva de una república catalana independiente de España. Es lo que se deduce de lo que ha escrito en las dos páginas de la carta. Aunque haya realizado una maniobra de tergiversación sobre lo que, realmente, ha sucedido estas últimas semanas en Cataluña. Ya que si no se obedece a los tribunales y tampoco se respeta la legalidad no se puede extrañar nadie de que haya consecuencias. Lo irracional es que no pasara nada.
La justicia no es una mera palabra y el derecho tampoco. Y ambas no deben ser manipuladas por los intereses políticos de los partidos independentistas. Y en lo relativo al pacto acordado es una estratagema más de Puigdemont para legitimar la justificación de su declaración de independencia. Veremos lo que sucede en las próximas semanas, pero no me parece que se vaya a arreglar el conflicto político en Cataluña con actitudes tibias y débiles por parte del Gobierno. Y lo digo con todo el respeto al poder ejecutivo.

viernes, 13 de octubre de 2017

DESCONTROL TOTAL EN CATALUÑA



Parece que el Gobierno sopesa aplicar una intervención mínima y espera que Puigdemont dé marcha atrás.
Si el presidente de la Generalitat da una respuesta ambigua la próxima semana al requerimiento de Rajoy pueden pasar varias cosas.
Una de ellas es que el presidente del Ejecutivo interprete que no se ha declarado la independencia, aunque es evidente que si se declaró en la sesión del Parlament catalán. Con leer o escuchar la grabación de  lo que dijo Puigdemont es suficiente para darse cuenta de su proclamación de un estado independiente en Cataluña. Diversos expertos en Derecho y periodistas de prestigio, como Carlos Alsina, también han afirmado que ha habido una declaración de independencia explícita. Y no hace falta ser un gran hermeneuta para darse cuenta de ello.
Si Rajoy  cree que no se ha declarado la independencia no hará nada, aunque, en realidad, se esté conformando la estructura política y administrativa de una república catalana en los próximas semanas y meses.
Y, si Cataluña entra en una recesión económica, debido a la actitud testaruda de los dirigentes independentistas extremistas y anárquicos puede arrastrar al resto de España a una gran crisis económica.
Lo que habría que hacer, a mi juicio, es destituir  a Puigdemont y a otros altos cargos del Govern catalán y obligar por la fuerza a que se recuperara la legalidad constitucional. De este modo, todo quedaría en orden.
Y, si es necesario utilizar el Ejército, habría que ordenar que apoyara a la Policía Nacional y a la Guardia Civil en las labores en las que fuera indispensable para hacer frente al desafío a las leyes, al Gobierno central y a las sentencias de los tribunales.
Que Pedro Sánchez pretenda limitar el uso del artículo 155 a la convocatoria de elecciones me parece insuficiente y erróneo. Porque es, como si diera por seguro, que no ha habido declaración de independencia. Y los dirigentes de la Generalitat  han reiterado por activa y por pasiva que la república catalana  es algo irrenunciable y ya la han proclamado. Y no van a renunciar de ninguna  manera a lo que han logrado.
El famoso referéndum pactado que parece ser el gran remedio para el conflicto político catalán ya es innecesario para los independentistas. No quieren un sistema estatal federal en el que no sean un Estado respecto a España. Y esto no es comprendido por algunos dirigentes políticos del PSOE.
Se pueden dar todas las vueltas que se quieran a las frases y a los discursos, pero el federalismo o el plurinacionalismo no son aceptados por la CUP y, en general, por las otras formaciones políticas  secesionistas.
Un Estado de Derecho como España está absolutamente legitimado para enviar a las Fuerzas Armadas a Cataluña, con el claro propósito de que se obedezcan las leyes y el ordenamiento legal vigente. Lo que no puede ser, en mi opinión, es que por miedo a la reacción de, por ejemplo, 900.000 independentistas, si detienen a Puigdemont  o lo destituyen, no se haga nada y se esté a la espera de más acontecimientos.
Lo que ya ha pasado políticamente en Cataluña es, a mi juicio, muy grave. Me pregunto ¿Qué más tiene que ocurrir? Es la demostración de la falta de autoridad del Gobierno respecto a la Generalitat que incumple sentencias de los altos tribunales del Estado, se salta las leyes a capricho y también los procedimientos legales y reglamentarios en el Parlament.
Siento tener que decirlo, pero es así. Y no se toman decisiones al respecto. De este modo, impera la impunidad en muchos casos y situaciones. El tiempo de reacción del Gobierno español se está acabando muy rápidamente. 
Si dentro de unos meses o un año la república catalana está estructurada como un Estado, ya no habrá soluciones y habrá que aceptar la fuerza de los hechos y de la realidad. No servirán las lamentaciones sobre lo que haya sucedido.


miércoles, 11 de octubre de 2017

PUIGDEMONT DECLARÓ LA INDEPENDENCIA



Declara la independencia y propone al Parlament que sean suspendidos sus efectos.
Realmente, es increíble lo que está ocurriendo. Puigdemont ha declarado la independencia, pero quiere negociar y dialogar sobre la misma con el Gobierno español como si ya fuera otro Estado. Ningún país democrático puede admitir una negociación sobre la soberanía territorial. 
El presidente de la Generalitat ha afirmado con su discurso en el Parlament catalán que la conformación de un Estado o República catalana independiente  es algo irreversible. Quiere dialogar con el Ejecutivo español para que acepte la formación de un  nuevo Estado. Ya que el Govern reitera que “la independencia es irreversible”.
Esto se parece mucho a un pulso al Gobierno español que, según los secesionistas, ya está ganado. Como dice la catedrática de Derecho Internacional Araceli Mangas: “la suspensión es una nueva trampa para seguir dejando fuera de juego al PSOE, noquear al Gobierno y permitirles el control efectivo del territorio”.
En efecto, da la impresión de que las leyes no se cumplen en Cataluña, porque el Ejecutivo no es capaz de hacerse valer frente a la Generalitat. No se nota que haya autoridad sobre Cataluña. Y ya lo dicen muchos expertos en Derecho también. No basta con decir que los tres poderes podrán con el secesionismo. La labor esencial y principal le corresponde al Gobierno y no al poder judicial y legislativo, aunque también contribuyan de modo importante. El poder coercitivo lo tiene el Presidente de España.
Rajoy ha activado el artículo 155 preguntando a Puigdemont que aclare si se ha independizado Cataluña o no. Me parece algo innecesario. Es evidente que, si lo ha dicho, leyendo o escuchando con atención su discurso en el Parlament. También es cierto que a los diez segundos de proclamar la independencia ha afirmado que propone a los parlamentarios catalanes suspender los efectos de la misma durante las próximas semanas.
Pedro Sánchez habla de reforma constitucional ya que no le gusta que Cataluña salga de España. Supongo que confía en un planteamiento estatal de tipo federal y plurinacional.
Por su parte, el Gobierno considera inadmisible “hacer una declaración implícita de independencia para dejarla en suspenso”. Algo en lo que estoy totalmente de acuerdo. Pero ya se publican editoriales en grandes periódicos españoles con mucha tirada y amplia repercusión en los que se alerta del peligro de este estado de cosas. Es como si hubiera un enfrentamiento dialéctico entre dos Estados: España y Cataluña. Y el separatismo está ganando poder y fuerza a nivel internacional. Puede ser que desde otros países se insista en la necesidad del diálogo con los independentistas y esto lo que hace es reafirmar la existencia, a todos los efectos, del proclamado Estado independiente  catalán.
También es verdad que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ya ha confirmado que la declaración no tiene validez jurídica. El problema es que esto no es reconocido por la Generalitat.
Los políticos del bloque secesionista, especialmente la CUP, se han sentido profundamente decepcionados por la suspensión propuesta por Puigdemont. De hecho, han firmado un documento en el que ponen de manifiesto que Cataluña ya es una república absolutamente independiente de España.
A mi juicio, Puigdemont con este juego político está ganando tiempo y consolidado una situación de hecho que en los próximos meses puede ser prácticamente definitiva. Porque si algunos Estados europeos piden mediación o diálogo para reconocer la existencia del Estado catalán al lado del español, me parece que ya estará todo perdido y se habrán salido con la suya los independentistas. La consecuencia es que se habrá quebrado y dividido España con la existencia de dos países.
Esto que digo es especulativo, pero, por desgracia, creo que puede ocurrir. Espero que no suceda y que se mantenga la unidad de España cueste lo que cueste.


martes, 10 de octubre de 2017

SENTIDO Y REFERENCIA



Las relaciones entre filosofía y lenguaje comenzaron hace miles de años.
Se ha de distinguir la filosofía analítica o lingüística de la filosofía del lenguaje. Existen relaciones entre las palabras y las cosas. Las oraciones deben cumplir unos requisitos para que puedan ser significativas. Caracteriza a la filosofía analítica  la convicción de que los problemas filosóficos son lingüísticos. Según Vicente Muñiz la ontología del lenguaje se ocuparía de descubrir qué es el lenguaje. Dice Muñiz: “La identidad del lenguaje consigo mismo es sólo posible si es significativo”. La dimensión ontológica del lenguaje es especificable considerando ante qué  clase de entidad nos encontramos.
Según Wittgenstein “El pensamiento es la representación lógica de los hechos” y en cierto sentido así es. Ya en su Conceptografía de 1879 Frege afirma que todo lo que hay es objeto o es función. Las operaciones  matemáticas, los conceptos y las relaciones son funciones. Hasta 1891 Frege se limita  a diferenciar entre signo y contenido significativo.
Para Frege la relación de referencia es la  que mantiene una expresión con lo que designa y la relación de sentido. Por ejemplo, respecto a lucero vespertino y lucero matutino está claro que la referencia de ambas es la misma, pero no así el sentido. Según Frege un nombre propio es cada una de las designaciones que puede adoptar un objeto. La referencia indirecta  de una palabra es su sentido usual. Es fundamental en la teoría fregeana del significado la objetividad del sentido. Porque la referencia de un enunciado es su valor de verdad  y su sentido es el pensamiento del mismo. Lo que se capta  y explica de un enunciado es su sentido dice Frege y es cierto.
En la teoría referencial el significado de un nombre es  el objeto designado por éste. La teoría ideacional supone que el significado de una expresión es un proceso o procesos mentales.
La teoría conceptualista del significado afirma que es una entidad independiente ni mental ni psíquica. La teoría del significado como uso  elimina el problema del significado de las expresiones lingüísticas. Las promesas, los mandatos, los deseos no tienen lugar  en la teoría semántica referencial. Algo lógico y perfectamente entendible desde una perspectiva interpretativa y teórica rigurosa. La pragmática del lenguaje se centra especialmente en los contextos de habla y en los sujetos hablantes. Porque la situación comunicativa influye de modo pragmático.
Según Russell el sujeto lógico de una oración sólo puede ser un nombre propio lógico. Identifica  el significado de los átomos lingüísticos  o nombres propios lógicos con lo denotado por ellos.
En cambio, Wittgenstein desarrolla su teoría figurativa del significado.El Tractatus es un intento de hacer del lenguaje un modelo del mundo. Para Wittgenstein hay tantos significados como usos. Para el pensador austríaco el filósofo es un terapeuta  que enseña como aclarar y disolver las paradojas filosóficas. 
En cambio, para el Neopositivismo lógico el sentido de una proposición es su método de verificación. Todas las proposiciones científicas han de tener contenido empírico. El Neopositivismo despoja a la Filosofía de toda su significatividad ya que ha de convertirse en análisis de la ciencia.
Según Meinong los objetos  son los correlatos de las representaciones. Husserl aplicando el método fenomenológico llega a la contemplación eidética del significado y también distingue entre los signos que indican y los que expresan. Las teorías funcionales  señalan que el significado guarda  relación con el comportamiento humano.
Ryle propone un análisis conceptual del lenguaje y Austin señala que las mayores perplejidades filosóficas se deben a los malos usos de los términos. Existen también otras numerosas teorías del lenguaje. Me he centrado en el análisis de algunas que considero especialmente representativas en el ámbito de la filosofía del lenguaje.



domingo, 8 de octubre de 2017

INDEPENDENCIA SIN VALIDEZ



Un ministro del Gobierno ha dicho que, si se declara la independencia, no tendrá validez.
En efecto, no será una decisión política válida, con el derecho en la mano. Pero, el problema se presenta al pensar que la Generalitat dirá que sí lo es y en vista de lo que está sucediendo creo que asistiremos al surgimiento de una república catalana, que se considerará plenamente legitimada para ser un nuevo estado independiente con todas las consecuencias.  
El poder coercitivo del Gobierno tendrá que expresarse respecto a la Generalitat. Si no se aplica, las palabras no servirán, ya que hablarán, por sí solos los hechos. Quedarse de brazos cruzados esperando más acontecimientos serviría para que la conformación de la república catalana sea algo prácticamente irreversible.
Y servirá de muy poco, por no decir nada, realizar llamamientos  a la sensatez y al buen juicio y a la obediencia a las leyes y al ordenamiento jurídico vigente. Los dirigentes independentistas, muy probablemente, pasarán de lo que digan el Gobierno y los tribunales.
Asistiremos estupefactos al nacimiento de un estado catalán que coexistirá con España. Y a los políticos independentistas les da igual que se marchen por la inseguridad legal de muchas empresas con sede en el territorio catalán. Porque para Junqueras la fuga de grandes empresas de Cataluña, como el banco Sabadell y la Caixa es algo temporal. Lo que es difícilmente creíble y sostenible con razones de peso. Es una simple suposición del vicepresidente de la Generalitat.
La manifestación o concentración de Barcelona de este domingo por la unidad de España ha movilizado a entre 350.000 personas y un millón, aproximadamente, según las distintas estimaciones. Y las frases que se han escuchado son muy claras y expresan el deseo de que Cataluña siga siendo España y viceversa. Es lo lógico después de siglos y siglos de unión y de solidaridad. Cataluña nunca fue un estado a lo largo de la historia de esta noble tierra.
Esperemos que esta gran cantidad de ciudadanos manifestándose y el manifiesto leído o pronunciado por Vargas Llosa y  Borrell sirvan  para calmar el furor del independentismo y facilite, la vuelta al cumplimiento de las leyes por parte de Puigdemont. Si bien, creo que no va a ser así, por desgracia, si se piensa y analiza lo que ya ha ocurrido con el simulacro de referéndum.
De todos modos, parece que cada día ocurren cosas no previstas, en función de actitudes que surgen repentinamente alentadas o impulsadas por movimientos políticos independentistas.
Ante esto, es muy difícil saber lo que va a pasar esta semana decisiva, especialmente a partir del martes por la tarde, con la probable declaración unilateral de independencia en un pleno que se ha cambiado de día para burlar la suspensión del lunes.
También es necesario evitar el inicio de un enfrentamiento cívico entre los partidarios de la independencia y los que no lo son. Y si se declara la  república catalana el próximo martes creo que la tensión social va a aumentar muy considerablemente y se producirá un empeoramiento sustancial de la situación económica en Cataluña y en el resto de España. El fanatismo y la irracionalidad no deben destruir quinientos años de historia y de convivencia en común en el Estado español.


jueves, 5 de octubre de 2017

INHABILITACIONES O DESTITUCIONES EN CATALUÑA



Es evidente que, de forma reiterada, la Generalitat ha incumplido  leyes españolas y sentencias.
Ante esto debe haber por parte del Gobierno una reacción contundente.  Ante un Golpe de Estado no valen las medias tintas ni los discursos, puesto que es necesario pasar a la acción, con la intervención del Ejército, si fuera imprescindible.
Las Fuerzas Armadas ya están ayudando en tareas logísticas y podrían colaborar con la Policía Nacional y la Guardia Civil en el mantenimiento del orden público en Cataluña. 
En Francia, por causa del terrorismo yihadista, se ven soldados patrullando en París y en otras partes de Francia y Europa y se ve como algo normal. De hecho, nadie se rasga las vestiduras por ello.
Porque, si se espera a este lunes, en el que probablemente se declare unilateralmente la independencia en la sesión del Parlament catalán, el curso de la política puede ir, quizás, en una dirección irreversible hacia la existencia, de facto, de dos Estados enfrentados.
Y, si ocurre esto, me parece que se entrará en una etapa de diálogos y negociaciones que no llevarán a ninguna parte. Ya que las posiciones y los planteamientos políticos de unos y otros son irreconciliables.  
El independentismo no acepta, de  ninguna manera, el federalismo ni el plurinacionalismo y el PSOE, o una parte del mismo, ofrece este tipo de soluciones políticas o de encaje territorial a los independentistas.
Las propuestas de Coscubiela y de Iceta de más diálogo y de la celebración más adelante de un referéndum pactado con el Gobierno español tampoco son algo que se pueda aceptar, ya que primero habría que reformar el texto constitucional.
Si no se logra primero, con las mayorías necesarias, esta reforma en algunos artículos de la Constitución no se ve el sentido de empezar este tipo de diálogo o negociación política. Si se aplica una cierta lógica procedimental.
La inhabilitación o destitución de Puigdemont, Junqueras, Forcadell, etcétera, creo que sería algo plausible y coherente desde un punto de vista legal.
Ya el Fiscal General del Estado dijo hace días que existía la posibilidad de detener a Puigdemont y que la estaban estudiando y valorando con prudencia y con criterios de proporcionalidad. Lo que me parece magnífico.
Tal vez, la simple inhabilitación o la destitución efectiva de las máximas autoridades de la Generalitat, por parte del Gobierno de Rajoy, podría ser suficiente para impedir la fractura de España en dos países. O igual empeora las cosas.
Pero ante la desobediencia reiterada del Govern catalán no creo que existan más alternativas eficaces para impedir la creación por la fuerza de una república catalana el próximo lunes.
Se puede mantener la esperanza de que no actuando de un modo contundente no va a pasar nada, pero lo dudo mucho. No creo que sea un farol lo afirmado por la CUP acerca de la inminente declaración unilateral de independencia. Y tampoco me parece que sea un órdago al Gobierno español para ver cómo reacciona y lo que pueden conseguir los independentistas para Cataluña.
La carta de Fernando Savater y otros remitida  a Juncker que es el presidente de la Comisión Europea expone nueve puntos esenciales que son la expresión más clara de lo que son los comportamientos políticos democráticos. Y es verdad que para aprobar una secesión territorial, si no fuera contra lo que dice la Constitución, requeriría para ser democrática y válida de la participación en la votación de todos los españoles.
Estamos asistiendo a momentos y días históricos para el presente y el futuro de España y de Europa. Puede que una parte de la ciudadanía no se plenamente consciente de lo que nos estamos jugando desde una perspectiva  económica, laboral y social, pero parece claro que, si surge y se consolida una república catalana, puede ser el principio del fin para la unidad de España y de otros países europeos.
Porque en el País Vasco parece que pueden seguir una senda similar a la del independentismo catalán y luego puede haber una reacción en cadena en Galicia y en otras Comunidades Autónomas españolas. Esto debería tenerlo en cuenta el Ejecutivo presidido por Rajoy.


martes, 3 de octubre de 2017

ARTÍCULO 155 YA



Es precisa la aplicación de este artículo de la Constitución  inhabilitando a la Generalitat.
No existen razones, a mi juicio, para esperar más. Rajoy está buscando el acuerdo del PSOE para aplicarlo, porque el visto bueno de Rivera ya lo tiene y, si sigue sin tomar la decisión, creo que las cosas se pueden complicar mucho más de lo que ya lo están.
La inhabilitación de Puigdemont por el Tribunal Constitucional  planteada por el PSOE estoy convencido de que no prosperaría, ya que los independentistas no obedecen las decisiones y sentencias de los tribunales, en casi todos los casos, y menos respecto al Presidente de la Generalitat.
Por otra parte, alguno habla de la mediación de la Unión Europea para resolver el conflicto con Cataluña, aunque considero que es una negociación abocada al fracaso más absoluto, ya que lo que pretende el Gobierno autonómico catalán incumple  las leyes vigentes en España y no se puede dialogar sobre eso.
Es preocupante que la Unión de Oficiales del Guardia Civil compare la situación social de Cataluña con la del País Vasco en 1981. Creo que sobran  los comentarios. No me extraña que Rajoy ordene a Policía y Guardia Civil que no abandonen los hoteles. La imagen que se está dando es  triste y penosa para un Estado como España. Y las llamadas de atención del PP a Puigdemont para que cese el acoso a las fuerzas policiales indican muchas cosas.
Se está fraguando, en mi opinión, una auténtica rebelión con la jornada de huelga general con  cortes en muchas carreteras y también con la actitud de ciudadanos independentistas que se movilizan.
Entiendo que Rivera pida aplicar el artículo 155 en Cataluña para convocar elecciones, pero dudo mucho que signifique un avance hacia la solución del conflicto político y social  existente en esta bella tierra española.
Por cierto, el acoso a la sede de Ciudadanos en Barcelona es impropio de una actitud democrática. Y decir “fascistas fuera” a los que defienden la aplicación de la legalidad española vigente es absurdo.
Y la declaración unilateral de independencia del Govern parece que va a producirse, tal vez, este mismo mes y aunque se aplazara algo más en el tiempo con la ley de transitoriedad parece que las cartas ya están puestas sobre la mesa o es la impresión que da.
El panorama en Cataluña es desalentador para el resto de la ciudadanía española de las otras Comunidades Autónomas que asisten asombrados a la posible fragmentación de España en dos Estados, si no se encuentra una solución pronto.  
El remedio podría ser, quizás, la aplicación del artículo 155, o la intervención de la Generalitat por medio de la Ley de Seguridad Ciudadana o la declaración del Estado de Excepción.  Y con la participación del Ejército en apoyo de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña. Pueden parecer medidas muy drásticas, pero ante un Gobierno autonómico que se rebela no creo que haya muchas más alternativas.
O, si esto no se realiza, me parece que asistiremos a la configuración paulatina de una república catalana y el Gobierno español dirá que no es tal estado independiente y estaremos jugando un juego ridículo durante años, hasta que, al final, las cosas se enroquen o solidifiquen y no haya vuelta atrás. Espero que esto no ocurra por el bien de todos los ciudadanos.

domingo, 1 de octubre de 2017

ESTADO SIN PODER EN CATALUÑA



La aplicación de la autoridad del Estado parece que no se ha conseguido. Aunque el Gobierno diga que la consulta ilegal ha sido un paripé e insista en que no tiene validez, ya que es ilegal, el hecho es que la han realizado. El Gobierno ya está superado por los acontecimientos. Va reaccionando a medida que se producen los actos de desobediencia que son numerosos y muy graves. Se tenía que haber aplicado el artículo 155 hace meses o años y el Ejecutivo no se ha atrevido.
A mi juicio, Rajoy se ha equivocado en la gestión del asunto catalán. Aunque piense que no ha  existido la consulta independentista.  La comparecencia del Presidente del Gobierno en el Congreso será para dialogar y exponer sus planteamientos a las otras fuerzas políticas. Si bien creo que es la demostración de que  queda por recorrer un camino muy difícil por causa del desafío independentista.
Las consecuencias las estamos viendo ahora con la celebración de un simulacro de referéndum, con la desobediencia o pasividad de los Mossos respecto a las órdenes judiciales y la dirección política del Estado español. La Generalitat catalana hace y deshace a su antojo y está pasando olímpicamente de la Constitución, de la justicia, del Ejecutivo y del derecho español e internacional.
Las cargas policiales son la consecuencia o el resultado de las decisiones ilegales de Puigdemont, Junqueras y otros políticos independentistas. Los cuerpos policiales pueden usar la fuerza de modo proporcional. Lo que no puede ser es que dejen de cumplir las órdenes o que se dejen avasallar o golpear por los independentistas que no atienden a razones.
Como decía Norberto Bobbio un filósofo político italiano: el poder es “una relación entre dos sujetos, de los cuales uno le impone al otro su voluntad y le determina a su pesar el comportamiento”. El sujeto político que es el Estado posee legitimidad democrática para ejercer su autoridad y poder para que se cumplan las leyes y las sentencias judiciales.
Evidentemente, considerando el poder del Estado democrático se deduce claramente que posee facultades para mandar y atribuciones para hacerse obedecer. Max Weber afirmaba que “poder significa la posibilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aun contra toda resistencia”.
Como dijo John F. Kennedy en uno de sus discursos a los estadounidenses: “en un gobierno de leyes y no de hombres, ningún hombre por muy prominente o poderoso que sea, tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia”. Absolutamente cierto e indiscutible.
La repercusión internacional del referéndum ilegal catalán es muy notable. En la Unión Europea no se reconocen los resultados de la consulta, puesto que es ilegal. También es entendible que las autoridades europeas quieran un diálogo constructivo para solucionar el conflicto catalán. El uso de la fuerza o de la coerción es algo legítimo para cualquier estado democrático y esto que ha pasado en España puede suceder en otros países, con un independentismo que no respeta el imperio de la ley y de la justicia de un Estado democrático. 
Por otra parte, es preciso reconocer que tiene razón Albert Rivera al indicar que Puigdemont ha fracturado  y dividido la sociedad civil catalana en dos partes.
En lo relativo al referéndum pactado que propone Miquel Iceta es teóricamente una posible solución al problema catalán, pero es, a mi juicio, muy difícil de materializar, ya que habría que reformar o cambiar aspectos fundamentales de la Constitución que requieren un consenso muy amplio de los partidos políticos y esto es poco probable que se pueda lograr sin numerosas complicaciones.
Pedro Sánchez es decidido partidario de un diálogo sin cortapisas que conduzca a soluciones, pero un federalismo plurinacional no creo que sea aceptado por los partidos independentistas, ya que han llegado demasiado lejos y están a punto de lograr la república catalana, según dicen. Se verá lo que ocurre los próximos días. Esta semana puede ser clave.