El nuevo impuesto a la
banca es justo y beneficioso. Lo que no puede ser es que asociaciones bancarias
digan que van a subir comisiones, porque consideran lesiva y perjudicial la
medida impositiva del Gobierno. Es indignante.
Estoy convencido de
que el señor presidente Pedro Sánchez no debe tolerar que los bancos suban las
comisiones para compensar el pago del impuesto, porque sería ridículo y
absurdo que se aguantara esto. La
ciudadanía podría poner el grito en el cielo y con razón.
Resulta que cada año
los grandes bancos logran beneficios astronómicos a costa de sus clientes y
encima no quieren ser solidarios. Los bancos sin sus millones de clientes no
podrían subsistir y cerrarían. No están por encima del bien y del mal. La economía española estaría mejor con más
créditos y con intereses de devolución
más bajos y con más préstamos en mejores condiciones.
En definitiva, si los
bancos ganaran mucho menos dinero significaría que los ciudadanos y las
empresas dispondrían de más fondos y podrían crear más riqueza y empleo de
calidad. Nadie dice que no obtengan beneficios, pero más moderados. Para
aumentar los ingresos públicos ya se exige esfuerzo recaudatorio a los
contribuyentes y los bancos que tienen cuentas de resultados con beneficios
desorbitados tienen que aportar fondos al erario público para sostener un
estado del bienestar que lo sea de verdad.
La financiación de las
pensiones es algo muy importante y que afecta a toda la ciudadanía, porque los
mayores forman parte de la sociedad en la que convivimos todos. Y los bancos no
pueden mirar para otra parte como si no fuera con ellos. Si la economía de
España empeora los bancos también lo notarán. Se trata de que los grandes
bancos ganen menos y ofrezcan muchos más préstamos e hipotecas con condiciones
mucho mejores. Esto es lo decisivo.
Los bancos dan
créditos porque quieren obtener ganancias y no por un servicio desinteresado al empleo y al
incremento de la actividad económica. Lo que no se puede es querer engañar con
afirmaciones grandilocuentes que no son ciertas. Y se puede probar por el nivel
de paro existente actualmente en nuestro país y por la precariedad en el empleo
y la existencia de trabajo basura. Si a esto se añade la economía sumergida que
alcanza un 24 por ciento en alguna
comunidad autónoma sobran los comentarios.
Existe un malestar
generalizado entre numerosos ciudadanos por el exceso de comisiones que imponen
muchos bancos y por la cuantía de las mismas. Y la rigidez y dureza que tienen
los productos bancarios también es algo muy negativo.
Las entidades
bancarias no quieren correr ningún tipo de riesgo, a pesar de ganar cantidades
enormes de dinero cada mes y año. Aumentan sus beneficios cada año que pasa y todavía
no es suficiente. Con este tipo de argumentación las personas que trabajan
tendrían que aumentar sus ingresos brutos anuales un diez, veinte o treinta por
ciento más cada año para estar al mismo nivel de las grandes corporaciones
bancarias.
Es absolutamente
entendible que el Ejecutivo quiera tomar medidas impositivas proporcionales por
las que los bancos contribuyan a pagar las pensiones, ya que millones de
jubilados tienen depositados sus ahorros y sus cuentas en las entidades y buen
beneficio que consiguen de las mismas los bancos. Y todo esto se da por
descontado.
Es mejor que un gran
banco gane un año 20.000 millones de euros y no 70.000. Porque esto supone que
habrá cobrado menos comisiones a sus clientes y ofrecido créditos a más bajo
interés y también hipotecas más fáciles de pagar. Y la solvencia de la banca no
se verá afectada.
Lo que no es de recibo
es que mientras numerosos ciudadanos se tienen que apretar el cinturón, los
bancos ganan lo que quieren dando réditos a sus ahorradores que son ridículos.
Y se amparan en el mercado capitalista mundial que no les permite hacer otra
cosa. Pero, en cambio, este mismo capitalismo neoliberal salvaje si hace reales
los beneficios desproporcionados que logran los bancos.
Se trata de lograr una
sociedad más justa e igualitaria y en esta tarea los bancos son decisivos, si
pagan los impuestos que les corresponden.
No puede ser que los directivos de la banca se retiren con cantidades de
dinero que alcanzan millones de euros y luego para conceder créditos o
hipotecas se pongan condiciones leoninas o muy duras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario