Publico artículos sobre cuestiones filosóficas y también sobre temas de interés general. Soy profesor de Filosofía, escritor y filósofo. Invito a los que lo deseen a visitar mi canal de Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCcUgQXHBUIwjdluJYOHEpEA Libros de los que soy autor: Ensayos filosóficos, Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri, Diversa realidad y Perspectivas en Amazon y José Gaos y la filosofía coetánea, etcétera.
martes, 31 de julio de 2018
domingo, 29 de julio de 2018
TAXIS LEGALES
Una licencia de Uber o
Cabify por cada treinta taxistas es lo que dice la norma. Y no se está
cumpliendo.Lo que supone competencia ilegal y desleal para los 70.000 taxistas
y 100.000 familias que viven del taxi.
Lo que no se debería
es opinar alegremente y decir que si las tarifas de Uber o Cabify son un 50 por
ciento más baratas que los taxistas bajen las suyas al mismo nivel.
Es lógico lo que dicen
los taxistas de Madrid: «Paralizaremos Madrid hasta que se cumpla
la ley». Y si dependen de los ayuntamientos que se tomen las medidas
oportunas. Si corresponde tomarlas a las Comunidades Autónomas o al Gobierno
central pues lo mismo.
Hay ahora circulando
en Madrid un vehículo de alquiler con conductor por cada cuatro taxis y según
la legalidad vigente la proporción tiene que ser de uno por cada treinta.
Sobran los comentarios y las argumentaciones para entender la realidad que
están sufriendo injustamente los taxistas.
Porque los taxistas en
España pagan sus impuestos religiosamente, mientras que estas empresas de fuera
no pagan nada y les dan las licencias
igual y todas sus ganancias se van fuera de nuestro país. Los taxistas solo
defienden sus derechos.
Y habría que darse
cuenta, antes de opinar a la ligera, de la gran cantidad de horas de trabajo
que tienen que dedicar a su trabajo los taxistas como autónomos para llegar a
fin de mes con lo que ganan. De hecho, los representantes de los taxistas están
dispuestos a que existan distintos tipos de tarifas, ya que son un servicio
público para los ciudadanos. No cabe duda de que la huelga indefinida en
Madrid, Barcelona y otras ciudades perjudica
claramente a los ciudadanos, especialmente, a los que viajan y desean
trasladarse desde los aeropuertos a sus destinos. Y lo que es el colmo es que
sea por el incumplimiento de la legalidad existente en nuestro país.
Se podría pensar,al menos especulativa e hipotéticamente, en exigir daños y perjuicios desde una actitud
profundamente respetuosa del ordenamiento legal español. Ya que somos
consumidores de un servicio público esencial y se ven afectados negativamente
nuestros derechos. Debería haber servicios mínimos suficientes para atender
correctamente a los ciudadanos que no tienen la culpa de este conflicto. Y que
son los que sufren las consecuencias del mismo de modo absolutamente injusto.
Lo que no puede ser es
que tengan más derechos los que llegan de fuera que los propios españoles.
Igualdad para todos. Es necesario que se regule mejor y coherentemente el
servicio que ofrecen los taxistas y que partan de una igualdad de condiciones
de cara al desarrollo de su actividad laboral.
Si en Uber o Cabify
los conductores ganan mil euros al mes o menos no parece que el resto de
taxistas tengan que conformarse con este dinero para mantener a una familia
para que las tarifas sean muy bajas.
Esperemos que en la
reunión con Fomento de los taxistas se
vuelva a la normalidad cuanto antes. Estoy convencido de que se logrará si se hace
cumplir la ley con más controles a las empresas que alquilan vehículos de
alquiler con conductor.
Respecto a la
violencia que ha aparecido en la huelga y que ha sido transmitida por las
cadenas de televisión son hechos aislados ya que la inmensa mayoría de los
taxistas son pacíficos.
Respecto a los
migrantes existe una regulación legal al respecto. Lo que no me parece bien es
que se les proteja por parte del Estado más que a los propios ciudadanos
españoles que lo necesiten. Me refiero al derecho a la vivienda, al salario
social, ayudas económicas de todo tipo, etcétera. Numerosos ciudadanos en
nuestro país se dan cuenta de esto o lo ven en los medios de comunicación a través de las noticias. Y esto crea un
cierto malestar social fácil de comprender. Debemos ser un poco más coherentes
y justos, primero con los nuestros y después con el resto, porque parece que
somos más papistas que el Papa.
Nadie dice que no haya
que atender adecuadamente a los migrantes que llegan a nuestras costas, pero es preciso también estar al tanto de las
personas que nacidas en España necesitan el apoyo económico del Estado, porque
están padeciendo situaciones de desempleo prolongado, precariedad laboral,
pobreza, etcétera.
sábado, 28 de julio de 2018
jueves, 26 de julio de 2018
miércoles, 25 de julio de 2018
ABANDONO DE LA TERCERA EDAD
En Asturias el nivel
de envejecimiento de la población es similar a la previsión que la Unión
Europea ha calculado para el año 2060. Casi un 30% de las personas tienen más
de 65 años.
La vejez es una etapa
de la vida en la que se puede ser creativo y aportar muchas cosas a la
sociedad. La existencia es preciso vivirla hasta el último día, si es posible,
con la máxima fuerza y energía y con una calidad de vida digna. Y es evidente que la ley de dependencia tiene
muchos agujeros negros, porque hay muchas situaciones tremendas que no son
abordadas con la aplicación de la misma.
Y eso sin contar con
el retraso tan exagerado a la hora de conceder ayuda domiciliaria que sea
realmente efectiva e inmediata. Ya que las necesidades de personas mayores y
familias no esperan. Hay retrasos de más de un año. Y una vez que dan las ayudas son
insuficientes en muchos casos, porque los asistentes van una o dos horas y cobran más de diez
euros la hora.
Cuando el número de
personas mayores es elevadísimo llama
poderosamente la atención que nadie las atienda ni de día ni de noche.
Muchas están en la más absoluta indefensión.
Debería de
crearse una entidad, oficina u organismo
de voluntariado para estar al tanto y proteger y dar asistencia a todas esas
personas mayores desamparadas, sin familia o que la propia familia no se hace
cargo de ellas. Incluso, sin llegar a ser personas de la tercera edad hay
ciudadanos con enfermedades crónicas que también se ven totalmente solas y sin
poder valerse por sí mismas. Y sin ninguna atención personalizada por parte de ninguna entidad pública del
Estado y con una mísera pensión.
Se deberían tomar
apuntes o notas de lo que hacen al respecto los países nórdicos, puesto que
estamos a años luz en los servicios sociales y en la atención efectiva y real a
la dependencia.
Lo que se está
haciendo hasta el momento son parches que apuntan a sectores de unos pocos
cientos o miles de mayores, pero son decenas o cientos de miles los afectados en Asturias.
Es preciso, a mi juicio,
que ante las predemencias o demencias, las situaciones de aislamiento social o
marginación que sufren una parte de las personas de la tercera edad, el Estado
reaccione y tome medidas concretas y medibles.
Que se creara un
cierto número de voluntarios o profesionales pagados por el Gobierno central o
por el autonómico asturiano que investigara de modo minucioso las situaciones
de cada uno de los mayores de oficio y sistemáticamente para garantizar su
bienestar y dignidad es algo indispensable. No hacer algo parecido a esto que
propongo es dejar a los mayores abandonados a su suerte. Y esto es trágico e
inmerecido. Todos llegaremos a mayores y nos gustará que nos traten bien y nos
ayuden, si es necesario, por una cuestión de justicia bien entendida.
Que hasta Margarita Salas, una científica e
investigadora muy reconocida y de mucho prestigio, haya dicho en una entrevista
para un programa televisivo que los mayores no son queridos en el trabajo, por ejemplo, da una idea de
por dónde van las cosas en nuestra sociedad. Esta investigadora sigue
trabajando gratis en sus investigaciones, aunque ya está jubilada, porque le
apasiona su actividad y no puede vivir sin realizarla. Y es perfectamente
entendible, porque cada persona mayor puede seguir activa, en la medida de sus
posibilidades y fuerzas hasta el momento final de su existencia.
Nuestros mayores con
su trabajo y esfuerzo a lo largo de más de treinta o cuarenta años han creado
riqueza que serviría, sin duda, para pagar pensiones de jubilación que se
extendieran más de cien años. No es bueno olvidarlo. Todos construimos el
presente y somos igual de importantes y tenemos los mismos derechos. Pero esto
hay que plasmarlo en la realidad y no debe quedarse en mera retórica política.
La sociedad civil y
los partidos políticos deberán tomar cartas en el asunto de la protección a la
tercera edad y habilitar procedimientos efectivos de ayuda a la población que
está en situación de vulnerabilidad. No se puede dejar morir sola a gente
mayor, porque no tiene familia y vive de modo precario sufriendo en sus carnes
la más horrible soledad y desamparo. Porque todos fuimos jóvenes y no aceptamos
que existan mayores abandonados ni ahora ni en el futuro.
lunes, 23 de julio de 2018
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DE POLO
La publicación de un
libro sobre la gnoseología de Leonardo Polo reúne ponencias sobre su obra. Las obras completas de Polo se editarán en 27
volúmenes, según lo previsto. Este pensador español nació en 1926 y falleció en
el año 2013. Ejerció una magistral labor como profesor universitario de
Filosofía y como escritor.
Descubre el límite
mental humano y lo abandona y supera ya que trasciende el pensamiento
objetivador. De esta manera se pone de manifiesto que las operaciones intelectuales se insertan
en el ámbito personal e intencional de cada sujeto que conoce la realidad.
Es indudable que la
filosofía poliana se expresa analizando la tradición metafísica y valorando la filosofía
contemporánea desde una perspectiva
humanística e integradora de los aspectos esenciales de la persona y su
coexistencia con los semejantes desde una perspectiva cristiana.
Desde el enfoque
filosófico de Polo lo principal es la presencia, aunque pretende ir más allá de
la misma, porque la realidad humana y material es muy compleja y no admite
simplificaciones en relación con su profunda comprensión. Y el camino del saber
y de la ciencia no tiene fin.
No es un pensador
sistemático como Hegel. Porque, a su juicio, los diversos ámbitos de la
realidad proyectan en el campo del conocer una amplitud de cuestiones que no
puede ser reducida a un sistema cerrado. De todos modos, Leonardo Polo está
convencido de que como también comenta Fernando Haya «el pensamiento es fuerte de suyo, mucho más fuerte y
excelente que lo han concebido los modernos al confundir su naturaleza con la
de los procesos físicos».
Lo que no significa, en modo alguno, que Polo no sea consciente de las
grandes aportaciones de las ciencias en el mundo contemporáneo.
Considera que es
preciso subordinar adecuadamente los medios a los fines en la práctica. Algo que no se suele tener
muy en cuenta en la realidad social actual llena de relativismo materialista.
Polo modifica algunas ideas del Estagirita y las reelabora. Por ejemplo, coloca
al intelecto agente en el ser personal
para que cada sujeto pueda acceder a los distintos objetos aspectuales de la
realidad.
Insiste en la
relevancia e importancia de lo que se entiende por acto cognoscitivo. Como
escribe Claudia Vanney «La teoría del conocimiento de
Leonardo Polo tiene la suficiente potencialidad
como para enmarcar un diálogo interdisciplinar fructífero». Además, quiere inyectar vida al pensamiento o a lo
abstracto. En este sentido, la filosofía poliana está en la misma línea que el
vitalismo o personalismo, por lo menos en algunos aspectos. Según Polo «La intencionalidad es
aquel modo de establecer la unión que remedia la incomunicación óntica de lo
finito». En efecto, las cosas reales al ser objetivadas y conocidas
por su simple materialidad no nos dan una significación comunicativa de orden
intencional.
Son entendibles desde
su objetivación real medible y cuantificable. En consecuencia, es evidente que
lo conocido se refiere al sujeto cognoscente, por eso dice Sanguineti que «La teoría del conocimiento de
Polo comienza con los objetos conocidos y pasa en seguida a señalar su
intencionalidad». No cabe duda de que el libro titulado El Curso de teoría del conocimiento
de Leonardo Polo es fundamental para la comprensión de su epistemología o
gnoseología. Y puede decirse que será el tratado suyo que, probablemente, más
influya en la historia de la filosofía española. En la primera parte del
tratado elabora una teoría de las diferencias y unificaciones de las
operaciones y objetos de las facultades del intelecto. En la segunda, propone
la unificación de las mismas por medio de la inteligencia.
Conviene tener
presente que la significación de teoría es para Polo la propia de la filosofía
griega antigua, ya que como escribe también Enrique Moros «que es el modo de saber supremo que el hombre puede tener sobre
alguna realidad».
En la producción escrita
de este Catedrático de Filosofía cabe destacar los siguientes libros: Evidencia
y realidad en Descartes, La persona humana y su crecimiento, El acceso al
ser, Nominalismo, idealismo y realismo,
Hegel y el posthegelianismo, La esencia del hombre, etcétera. Una de las
enseñanzas más profundas de Polo en relación con la esencia del hombre es la de
ser capaz de dar y no solo de tener. La persona añade valor a la realidad con sus actos o acciones y con sus decisiones
y esfuerzos.
https://youtu.be/0xUxC8-MDb8
https://youtu.be/0xUxC8-MDb8
viernes, 20 de julio de 2018
jueves, 19 de julio de 2018
LÍMITES DE LA JUSTICIA
El libro de Michael
Sandel El liberalismo y los límites de la justicia expone la problemática
social.Y también pone de relieve las
complejidades de las cuestiones morales en relación con la justicia y los
individuos.
No cabe duda que con
el comunitarismo o el liberalismo lo más apropiado incluso desde una
consideración pragmática es la aplicación real de unos principios de justicia.
Independientemente de
lo que cada persona entienda, de forma particular, como una buena vida. La
naturaleza humana no sufre variación a lo largo de los siglos o milenios, ya
que las necesidades básicas son las mismas. De lo que se trata, a mi juicio, es
de combinar adecuadamente las creencias morales con nuestra condición humana.
La ética deontológica
o del deber por el deber elaborada por Kant puede ser remodelada para adecuarla
a las circunstancias sociales y políticas del siglo XXI. Según Sandel «Como Kant, Rawls es un liberal deontológico. Su libro adopta
la tesis principal de la ética deontológica como postulado central». En los capítulos de
su libro este filósofo político y
profesor de la Universidad de Harvard analiza, de forma minuciosa, numerosos
aspectos de teoría moral y política.
Es evidente nuestra libertad para decidir, aunque las
circunstancias en las que los seres humanos están inmersos pueden ser difíciles
y complejas. Somos, por tanto, agentes libres y activos en la vida. Esto lo
plantea de modo muy claro Sandel y es cierto. El mismo Rawls, autor de Teoría
de la Justicia, insiste en que «La unidad del “yo” es facilitada ya por la concepción de la
justicia». En este sentido, la posición original y el velo de
ignorancia son claves para la comprensión de que todos los individuos se merecen
unos mínimos vitales indeclinables desde la perspectiva ética de la
justicia. El deseo de ciertos bienes
básicos está de forma explícita en el planteamiento ético o filosófico de la
denominada posición original de Rawls.
Se entiende que Sandel escriba que «Aunque puedan darse circunstancias en las cuales la
condiciones son formidables y las elecciones pocas, la acción soberana del
hombre como tal no depende de ninguna condición particular de existencia, sino
que está garantizada por adelantado». La forma de entender el liberalismo
deontológico por Sandel se asemeja, a mi juicio, a una interpretación que tiene
en cuenta el bienestar particular de los sujetos o ciudadanos y a la vez
impulsa sus propósitos y proyectos vitales. Es una significación más amplia y
que se puede calificar de omnicomprensiva. El liberalismo puede ser reformado o
reconstituido para darle una mayor apertura de tal manera que potencie una
mayor capacidad de elección de propósitos y fines. Siempre que sean compatibles
con la justicia social. Para Sandel está
claro que «cuando la política funciona bien,
podemos conocer un bien en común que no podríamos conocer en soledad». En
efecto, de lo que se trata es de tomar conciencia de que se puede avanzar mucho
en la elaboración o construcción de políticas concretas que posibiliten la
creación de más bienestar para todos, no solo para unos pocos dejando en el
olvido a una parte de la población.
En este orden de cosas coinciden las
posturas de Rawls y Sandel, porque buscan la desaparición de los graves
problemas del hambre, la pobreza, las enormes desigualdades económicas y otros
problemas sociales de una gran envergadura.
A lo largo del libro de Michael Sandel
se trata la cuestión de las condiciones empíricas de la existencia, ya que son
elementos condicionantes de las conductas de los sujetos en determinados grados
o niveles. El utilitarismo de Hume, por ejemplo, apoya la benevolencia
universal y la simpatía como mejor remedio desde una perspectiva social, pero
creo que es insuficiente. Es preciso que los gobiernos de los Estados actuales
se tome en serio los principios de la justicia para que dejen de ser simples
frases retóricas de tipo ideal y que son una simple aspiración teórica sin más.
Si el emotivismo moral de David Hume
afirma que los sentimientos de agrado o desagrado son la clave para entender
los actos y conductas humanas y no la razón, parece que se está reforzando la
sensación de que la justicia es exigible en las relaciones de convivencia
social y en la distribución de cargas y beneficios. El mérito y la proporcionalidad
deben ser principios rectores que forman parte de lo que se entiende por justo.
Y la dicotomía entre sentimientos y razón en el plano moral afirmada por Hume
puede ser innecesaria desde una perspectiva social.
Límites de
la justicia
El libro de Michael
Sandel El liberalismo y los límites de la justicia expone la problemática
social.Y también pone de relieve las
complejidades de las cuestiones morales en relación con la justicia y los
individuos.
No cabe duda que con
el comunitarismo o el liberalismo lo más apropiado incluso desde una
consideración pragmática es la aplicación real de unos principios de justicia.
Independientemente de
lo que cada persona entienda, de forma particular, como una buena vida. La
naturaleza humana no sufre variación a lo largo de los siglos o milenios, ya
que las necesidades básicas son las mismas. De lo que se trata, a mi juicio, es
de combinar adecuadamente las creencias morales con nuestra condición humana.
La ética deontológica
o del deber por el deber elaborada por Kant puede ser remodelada para adecuarla
a las circunstancias sociales y políticas del siglo XXI. Según Sandel «Como Kant, Rawls es un liberal deontológico. Su libro adopta
la tesis principal de la ética deontológica como postulado central». En los capítulos de
su libro este filósofo político y
profesor de la Universidad de Harvard analiza, de forma minuciosa, numerosos
aspectos de teoría moral y política.
Es evidente nuestra libertad para decidir, aunque las
circunstancias en las que los seres humanos están inmersos pueden ser difíciles
y complejas. Somos, por tanto, agentes libres y activos en la vida. Esto lo
plantea de modo muy claro Sandel y es cierto. El mismo Rawls, autor de Teoría
de la Justicia, insiste en que «La unidad del “yo” es facilitada ya por la concepción de la
justicia». En este sentido, la posición original y el velo de
ignorancia son claves para la comprensión de que todos los individuos se merecen
unos mínimos vitales indeclinables desde la perspectiva ética de la
justicia. El deseo de ciertos bienes
básicos está de forma explícita en el planteamiento ético o filosófico de la
denominada posición original de Rawls.
Se entiende que Sandel escriba que «Aunque puedan darse circunstancias en las cuales la
condiciones son formidables y las elecciones pocas, la acción soberana del
hombre como tal no depende de ninguna condición particular de existencia, sino
que está garantizada por adelantado». La forma de entender el liberalismo
deontológico por Sandel se asemeja, a mi juicio, a una interpretación que tiene
en cuenta el bienestar particular de los sujetos o ciudadanos y a la vez
impulsa sus propósitos y proyectos vitales. Es una significación más amplia y
que se puede calificar de omnicomprensiva. El liberalismo puede ser reformado o
reconstituido para darle una mayor apertura de tal manera que potencie una
mayor capacidad de elección de propósitos y fines. Siempre que sean compatibles
con la justicia social. Para Sandel está
claro que «cuando la política funciona bien,
podemos conocer un bien en común que no podríamos conocer en soledad». En
efecto, de lo que se trata es de tomar conciencia de que se puede avanzar mucho
en la elaboración o construcción de políticas concretas que posibiliten la
creación de más bienestar para todos, no solo para unos pocos dejando en el
olvido a una parte de la población.
En este orden de cosas coinciden las
posturas de Rawls y Sandel, porque buscan la desaparición de los graves
problemas del hambre, la pobreza, las enormes desigualdades económicas y otros
problemas sociales de una gran envergadura.
A lo largo del libro de Michael Sandel
se trata la cuestión de las condiciones empíricas de la existencia, ya que son
elementos condicionantes de las conductas de los sujetos en determinados grados
o niveles. El utilitarismo de Hume, por ejemplo, apoya la benevolencia
universal y la simpatía como mejor remedio desde una perspectiva social, pero
creo que es insuficiente. Es preciso que los gobiernos de los Estados actuales
se tome en serio los principios de la justicia para que dejen de ser simples
frases retóricas de tipo ideal y que son una simple aspiración teórica sin más.
Si el emotivismo moral de David Hume
afirma que los sentimientos de agrado o desagrado son la clave para entender
los actos y conductas humanas y no la razón, parece que se está reforzando la
sensación de que la justicia es exigible en las relaciones de convivencia
social y en la distribución de cargas y beneficios. El mérito y la proporcionalidad
deben ser principios rectores que forman parte de lo que se entiende por justo.
Y la dicotomía entre sentimientos y razón en el plano moral afirmada por Hume
puede ser innecesaria desde una perspectiva social.
miércoles, 18 de julio de 2018
martes, 17 de julio de 2018
IDEA DEL TIEMPO
Bergson es uno de los
grandes filósofos al que se le concedió el Nobel en 1928. Y no es extraño, ya
que su estilo como escritor es fino, preciso, detallado y a la vez bello y
armonioso. En su libro Historia de la idea del tiempo se recopilan una serie de
lecciones de Filosofía impartidas por Henri Bergson en los años 1902 y 1903.
Se puede decir que la
forma de explicar sus ideas en los cursos es más amena que la de sus tratados
que son más complicados, ya que cuentan con una estructura más compleja y técnica.
Y es algo perfectamente entendible. Es frecuente que el filósofo francés
prepare en sus cursos lo que posteriormente ofrecerá al público lector en sus
libros.
Como decía Bergson yo
duro, por tanto, existo. Péguy que asistió a sus lecciones explica como las
pronunciaba: «Él hablaba durante la lección entera, perfectamente seguro,
infatigable, con una exactitud incesante y minuciosa, con una apariencia de
debilidad constantemente desmentida, con una fragilidad audaz, nueva y profunda
que le sigue siendo propia, sin negligencia y, por tanto, sin afectación
alguna, creativo y propositivo, pero sin alardear nunca de una idea, aunque
fuera fundamental, aunque fuera profundamente revolucionaria».
En sus lecciones o
conferencias acerca de la historia del tiempo realiza un recorrido por la
Historia de la Filosofía y muestra una erudición filosófica que está puesta al
servicio de sus propios planteamientos originales. La multidimensionalidad del
tiempo está presente en sus análisis.
Existen diversos
y distintos enfoques sobre lo que es el
tiempo. Podemos pensar que es la medida del movimiento como Aristóteles. O que se puede representar de modo espacial.
O considerar la relatividad del tiempo desde una perspectiva einsteniana.
Existe un tiempo cronológico y objetivo y otro subjetivo propio de la
conciencia de cada sujeto y que no posee una duración objetiva.
Respecto a la
integración del tiempo en la vida es algo que es evidente para Bergson porque
escribe: «Todos somos personajes múltiples. Además de todo lo que
somos, está todo lo que habríamos podido ser; nuestra vida, nuestra historia,
son una elección, una selección hecha por nosotros y por las circunstancias
entre muchas historias diferentes que pudimos haber vivido, entre muchos
personajes que pudimos haber sido». Bergson expresó en sus lecciones y
en sus escritos que avanzaba hacia discursos más libres y personales. Como
indica Camille Riquier «Bergson hablaba sin notas, sin ningún
papel, en ocasiones manoseando un pequeño pañuelo y a veces jugando con las manos».
En este Curso del
Colegio de Francia impartido en 1902 y 1903 Bergson ya había alcanzado fama y
notoriedad. En su filosofía es destacable la importancia de la intuición sobre
el intelecto. En relación con los hechos psíquicos Bergson considera que «del hecho de que la conciencia no mide la cantidad intensiva
no se deduce que la ciencia no pueda llegar a ella indirectamente si es una
magnitud. Por tanto, o bien hay una fórmula psicológica posible, o la
intensidad de un estado psíquico simple es una cualidad pura». Dice Bergson en unas confesiones de carácter personal
que no escribió más que para protestar
contra lo que le parecía falso. Por supuesto, que creó una nueva filosofía
contra la reducción materialista de la conciencia. La esencia del objeto se
identifica con la conciencia según Bergson. La intuición supone el acceso
inmediato a la realidad sin mediaciones simbólicas que la modifiquen en su
aprehensión o captación real.
De hecho, para Bergson
la vida espiritual es fundamentalmente autocreación y libertad. En efecto, los
sujetos crean su existencia con sus
elecciones. Frente al tiempo espacializado de la ciencia se puede afirmar como
hace Bergson que el tiempo es, en la conciencia, la corriente del cambio.
Como indica Abbagnano
comentando la filosofía de Bergson: «Pretende aceptar y hacer suyos los
resultados de la ciencia, tener presente la existencia del cuerpo y del universo material para entender la vida
de la conciencia, y así reinstalar la conciencia misma a su existencia concreta, que es condicionada
y problemática». Bergson señala la significación del dualismo de acción y
percepción y memoria frente a cuerpo y espíritu. Entiende la vida como creación
continua y al mismo tiempo conservación de lo ya creado o sucedido en la
memoria.
La filosofía de
Bergson nos dice muchas cosas a los lectores del siglo XXI. Por ejemplo, que la
tarea de la filosofía es interminable ante los retos y desafíos en los que
estamos inmersos en una sociedad digital que está cambiando la realidad humana.
domingo, 15 de julio de 2018
sábado, 14 de julio de 2018
viernes, 13 de julio de 2018
REBELIÓN DE PUIGDEMONT
La justicia alemana se
ha pasado de lista. O, al menos, un tribunal territorial alemán ha cometido un
error de bulto. A pesar de la información que le ha sido enviada desde España
por instancias oficiales no reconocen que ha sido una rebelión lo realizado por
Puigdemont. Es increíble.
O sea que el grado
alto de violencia lo tiene que valorar el tribunal alemán y no el juez Llarena
del Tribunal Supremo. La malversación de caudales públicos era para realizar el
referéndum con el fin de proclamar una república catalana independiente, algo
expresamente prohibido por el ordenamiento legal español.
Y los niveles de
violencia contra la Policía Nacional y la Guardia Civil los juzgará la justicia
española no la alemana. Esto lo dicta el sentido común y la jurisprudencia. No
en vano, el juez Llarena va a recurrir, si lo considera preciso al Tribunal Europeo de Justicia.
Lo lógico y racional
es que la justicia alemana hubiera dado el visto bueno a la extradición de
Puigdemont por los presuntos delitos que ha considerado la justicia española,
sin entrar en más consideraciones que corresponden al juez y al sistema
jurídico español no al alemán.
En Alemania la
tipificación legal de la rebelión es diferente a la española es más exigente o
se requiere una violencia extrema para
pensar en rebelión contra el Estado. Pero existe también la figura de sedición:
alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la
disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión. En todo caso, corresponde al juez
Llarena juzgar y a la vista de las pruebas, el sumario y los testigos,
testimonios, etcétera, dictar sentencia o tomar las decisiones que considere
justas, en su caso. Y no debe olvidarse que en caso de duda no se puede
condenar.
El sistema
procesal español es muy garantista y se
puede recurrir. El derecho a la defensa del acusado es eficiente y está
absolutamente garantizado. Por tanto, se entiende que tal vez no se lleve a
cabo la extradición de Puigdemont y que si se persona en España sea detenido y
pase a disposición judicial. Lo que no se puede es incumplir las leyes y hacer
como si no pasase nada.
Que el líder
independentista catalán recurra por estar en desacuerdo con la decisión del
tribunal alemán forma parte de su estrategia victimista que niega la realidad
de los hechos y de lo sucedido, pero está en su derecho.
La euroorden ha
fracasado estrepitosamente en el caso de Bélgica y de Alemania. Lo que no es
racional es que la justicia de cada país no confíe en la de otro país de la
Unión Europea. Es como si en España no
se aplicaran bien las leyes y nada más falso. Cada país europeo que se ocupe de
sus propios asuntos y problemas.
Ni Bélgica ni Alemania
tienen derecho ni razones para inmiscuirse en asuntos judiciales graves que
deben ser juzgados por los tribunales españoles. Seguro que si fuera a la
inversa pondrían el grito en el cielo y con toda la razón. Pero el sistema
judicial en España, afortunadamente, es respetuoso y no se mete en las cuestiones que afectan a
otros países.
Es como si la justicia
belga y alemana quisieran decir que sus
leyes son mejores y más justas que las españolas y, en consecuencia, dictaran
que no debe extraditarse a Puigdemont por la totalidad de los presuntos delitos
de los que tiene que responder. Y no es cierto.
Considero que deberían
reunirse los ministros de Justicia de los países de la Unión Europea o una
parte de los representantes políticos
presentes en el Parlamento Europeo o en la
Comisión Europea y tomar medidas para que este tipo de situaciones absurdas y rocambolescas no se repitan en el futuro.
De lo contrario, en
vez de aunar esfuerzos para buscar la conciliación y el buen funcionamiento de
los sistemas judiciales de los países que están en la Comunidad Europea parece
que las cosas seguirán igual de mal.
Que exista la
separación de poderes no significa que no se puedan realizar declaraciones
sobre estas cuestiones. Se comprende que desde los Gobiernos sean prudentes,
pero lo que está sucediendo con la fuga de los dirigentes independentistas entra
de lleno en lo esperpéntico o grotesco.
martes, 10 de julio de 2018
PREPOTENTE BANCA
El nuevo impuesto a la
banca es justo y beneficioso. Lo que no puede ser es que asociaciones bancarias
digan que van a subir comisiones, porque consideran lesiva y perjudicial la
medida impositiva del Gobierno. Es indignante.
Estoy convencido de
que el señor presidente Pedro Sánchez no debe tolerar que los bancos suban las
comisiones para compensar el pago del impuesto, porque sería ridículo y
absurdo que se aguantara esto. La
ciudadanía podría poner el grito en el cielo y con razón.
Resulta que cada año
los grandes bancos logran beneficios astronómicos a costa de sus clientes y
encima no quieren ser solidarios. Los bancos sin sus millones de clientes no
podrían subsistir y cerrarían. No están por encima del bien y del mal. La economía española estaría mejor con más
créditos y con intereses de devolución
más bajos y con más préstamos en mejores condiciones.
En definitiva, si los
bancos ganaran mucho menos dinero significaría que los ciudadanos y las
empresas dispondrían de más fondos y podrían crear más riqueza y empleo de
calidad. Nadie dice que no obtengan beneficios, pero más moderados. Para
aumentar los ingresos públicos ya se exige esfuerzo recaudatorio a los
contribuyentes y los bancos que tienen cuentas de resultados con beneficios
desorbitados tienen que aportar fondos al erario público para sostener un
estado del bienestar que lo sea de verdad.
La financiación de las
pensiones es algo muy importante y que afecta a toda la ciudadanía, porque los
mayores forman parte de la sociedad en la que convivimos todos. Y los bancos no
pueden mirar para otra parte como si no fuera con ellos. Si la economía de
España empeora los bancos también lo notarán. Se trata de que los grandes
bancos ganen menos y ofrezcan muchos más préstamos e hipotecas con condiciones
mucho mejores. Esto es lo decisivo.
Los bancos dan
créditos porque quieren obtener ganancias y no por un servicio desinteresado al empleo y al
incremento de la actividad económica. Lo que no se puede es querer engañar con
afirmaciones grandilocuentes que no son ciertas. Y se puede probar por el nivel
de paro existente actualmente en nuestro país y por la precariedad en el empleo
y la existencia de trabajo basura. Si a esto se añade la economía sumergida que
alcanza un 24 por ciento en alguna
comunidad autónoma sobran los comentarios.
Existe un malestar
generalizado entre numerosos ciudadanos por el exceso de comisiones que imponen
muchos bancos y por la cuantía de las mismas. Y la rigidez y dureza que tienen
los productos bancarios también es algo muy negativo.
Las entidades
bancarias no quieren correr ningún tipo de riesgo, a pesar de ganar cantidades
enormes de dinero cada mes y año. Aumentan sus beneficios cada año que pasa y todavía
no es suficiente. Con este tipo de argumentación las personas que trabajan
tendrían que aumentar sus ingresos brutos anuales un diez, veinte o treinta por
ciento más cada año para estar al mismo nivel de las grandes corporaciones
bancarias.
Es absolutamente
entendible que el Ejecutivo quiera tomar medidas impositivas proporcionales por
las que los bancos contribuyan a pagar las pensiones, ya que millones de
jubilados tienen depositados sus ahorros y sus cuentas en las entidades y buen
beneficio que consiguen de las mismas los bancos. Y todo esto se da por
descontado.
Es mejor que un gran
banco gane un año 20.000 millones de euros y no 70.000. Porque esto supone que
habrá cobrado menos comisiones a sus clientes y ofrecido créditos a más bajo
interés y también hipotecas más fáciles de pagar. Y la solvencia de la banca no
se verá afectada.
Lo que no es de recibo
es que mientras numerosos ciudadanos se tienen que apretar el cinturón, los
bancos ganan lo que quieren dando réditos a sus ahorradores que son ridículos.
Y se amparan en el mercado capitalista mundial que no les permite hacer otra
cosa. Pero, en cambio, este mismo capitalismo neoliberal salvaje si hace reales
los beneficios desproporcionados que logran los bancos.
Se trata de lograr una
sociedad más justa e igualitaria y en esta tarea los bancos son decisivos, si
pagan los impuestos que les corresponden.
No puede ser que los directivos de la banca se retiren con cantidades de
dinero que alcanzan millones de euros y luego para conceder créditos o
hipotecas se pongan condiciones leoninas o muy duras.
domingo, 8 de julio de 2018
ESCRIBIR LIBROS
Poner palabras en un
espacio en blanco es escribir y es un arte. El escritor es un artista y esto, a
veces, se olvida. Indudablemente, los que nos dedicamos a escribir lo hacemos
porque nos apasiona o nos gusta.
Lo fundamental es la
búsqueda incesante de la mejor forma para expresar lo que queremos en cada
línea, párrafo y página. No existe infinita o demasiada diferencia entre
escribir tratados filosóficos, tesis doctorales, novelas, obras teatrales o
artículos, ya que la materia prima son palabras y la adecuada combinación de
las mismas.
Por supuesto, que
existen muy diversas técnicas expositivas, argumentativas y descriptivas, pero
todas tienen en común el uso correcto y coherente del lenguaje. El estilo
propio de todo escritor es el resultado de su estilo de pensamiento y de su
formación e intereses. Actualmente, la
escritura creativa facilita aprendizajes
que pueden ser muy valiosos para los que se inician en la labor de la
escritura como arte. Aunque, desde mi
experiencia, sé que lo esencial es la lectura y la constancia y perseverancia
escribiendo. La inspiración es, en realidad, trabajo y más trabajo y
dedicación. Escribiendo se aprende a escribir.
Si bien los escritores
se ponen manos a la obra con un sentimiento de diversión y de aventura que es
un puro goce anímico. Que de la nada salga algo con sentido es muy agradable y
satisfactorio. Lo grande de la escritura es que todo lo que se escribe son
palabras fijadas para siempre sobre la pantalla que funciona como una especie
de papel digital o sobre las hojas en blanco.
La publicación de los
escritos puede adoptar distintos formatos.
Al final, los libros pueden ser
tratados, novelas que agrupen varios relatos o que cuenten una sola
historia, ensayos que integren varios artículos o capítulos más o menos
extensos, recopilaciones de artículos que ya han sido publicados en diarios y
cuentos o relatos breves.
Existen muchos modos,
por ejemplo, de escribir novelas cortas o largas, pero la clave está en
escribir de forma continuada sin miedo y luego al final revisar lo escrito para
pulirlo, ampliarlo, cambiar partes, si es preciso, o perfeccionar o mejorar el
contenido ya redactado.
Seguir un guión o esquema con lo planteado en cada capítulo
parece lo más apropiado para no desperdiciar tiempo y centrarse, y es lo
aconsejado por los expertos, pero cada escritor tiene su forma de hacer las
cosas.
No cabe duda que el
orden y la organización parecen, en principio, más necesarios para la
elaboración de un escrito de más de cien páginas. En los artículos
periodísticos que tienen una extensión aproximada de unas dos páginas no es
precisa una organización minuciosa de lo que se va a comentar o explicar. Pero
en novelas de cientos de páginas la tarea de composición y ordenación de los
personajes y de las situaciones requiere
una adecuada planificación y estructuración.
En el fondo, a mi
juicio, para escribir novelas o tratados las notas o los cuadernos con datos,
citas, observaciones, etc., son muy útiles para facilitar el avance en lo que
se está escribiendo.
Es verdad que también
existen escritores que escriben de memoria, sin falta de notas o esquemas de
apoyo. Depende, sobre todo, del género literario y del tipo de escrito. Si, por
ejemplo, se escriben unas memorias muchos prefieren acudir a sus recuerdos y
plasmarlos según son capaces.
En las novelas que
mezclan lo autobiográfico con la narración de historias vitales y
circunstancias sociales con una mezcla de realismo y ficción, la pura
rememoración con la invención verosímil de situaciones, descripciones y escenas
puede ser más que suficiente.
Grandes escritores
utilizaban cuadernos de notas para anotar ideas que se les ocurrían,
observaciones, datos, contenidos históricos o geográficos y otras cuestiones de
cara a disponer de más material para la redacción de sus escritos del tipo que
fuesen.
La buena y extensa
documentación es primordial, generalmente, para ponerse a escribir. Y esto no
quita originalidad al escritor. Puede ser original aunque consulte información
para no cometer errores en la ambientación de sus narraciones y ajustarse a lo
característico de cada época histórica y a las circunstancias.
En los escritos menos
extensos la libre espontaneidad puede aparecer de modo más frecuente. En los
más largos también la libre asociación de ideas y relaciones por medio de la
memoria y la imaginación crea
combinaciones verbales escritas originales.
sábado, 7 de julio de 2018
viernes, 6 de julio de 2018
jueves, 5 de julio de 2018
miércoles, 4 de julio de 2018
LIBERALISMO
Judith Shklar que
nació en 1928 y murió en 1992 es una filósofa política estadounidense. Debería
ser más conocida su obra filosófica. Aunque su nacimiento fue en Letonia
desarrolló su labor profesoral y creadora en Norteamérica.
Fue pionera en el
acceso a la docencia universitaria con el grado de catedrática en el
Departamento de Ciencia Política de Harvard. En su libro El liberalismo del
miedo expone al igual que en otras obras sus ideas liberales y sus
planteamientos acerca de la sociedad, el gobierno, la injusticia social, y
otras muchas cuestiones relacionadas directamente con la búsqueda de una
sociedad igualitaria.
Su liberalismo busca
el menor mal. Especialmente para las capas sociales más desfavorecidas y para
los individuos en peor situación económica. Rechaza y critica los abusos de los
gobiernos respecto a la población civil. Frente a las situaciones de
vulnerabilidad considera que no vale quedarse de brazos cruzados.
El gobierno tiene que
reaccionar y garantizar los derechos económicos de todos. Se puede pensar que
afirma una actitud política parecida a la propia de la socialdemocracia. Debe
impedirse la marginación social y económica de las personas, ya que son condenables como es lógico.
Como también señala
Honneth comentando a Judith Shklar: «De forma totalmente contraria a Rawls
o a Arendt, la superioridad ética del liberalismo frente a otras nociones
políticas de orden, según Shklar, debe resultar única y exclusivamente de que, gracias a sus mecanismos institucionales,
sea capaz de evitar las peores
vulneraciones que en cada caso se podrían infligir históricamente al hombre». Se puede ser tolerante y humanitario y no ser liberal. Es,
por ejemplo, el caso de Montaigne, según Shklar. En un sentido riguroso y muy
preciso de lo que se entiende por liberal es coherente afirmarlo. No cabe duda
de que con Locke surge un liberalismo político claro que es la base de una
parte de la doctrina liberal del siglo XVIII. Es evidente que la crueldad es un mal absoluto y no se puede permitir ni
tolerar. Lo sostiene Judith Shklar con razones incontestables, a mi juicio.
Porque el desarrollo
personal no debe ser impedido por la injusticia social existente en el estado.
No extraña que afirme que: «Si se puede universalizar
la prohibición de la crueldad y
reconocerla como condición necesaria para la dignidad de las personas, entonces
se puede convertir en un principio de moral política». Y el sistema judicial tiene que estar abierto a
recursos para que sean garantizados los
derechos de los individuos y de los colectivos de personas.
Como conclusión está
claro que es posible una interpretación que afirma la justificación de la
defensa del estado del bienestar. Esto no es contradictorio con el liberalismo
de Shklar que no es el capitalismo neoliberal salvaje que impera o domina en el
siglo XXI.
En el fondo, tanto el
socialismo como el liberalismo bien entendido buscan el mantenimiento del
cumplimiento efectivo de una calidad de vida adecuada para todos los
ciudadanos, por el hecho de haber nacido y estar vivos.
De lo que se trata es
de encontrar fórmulas que propicien la consecución de una vida digna con unos bienes materiales
que la garanticen. Y existen. Desde la renta mínima vital para los que la
necesiten hasta la subida de algunos impuestos a las rentas más altas y a
grandes empresas y bancos con desorbitantes ganancias anuales. Y no son
utopías, pero es necesaria la voluntad política para llevarlas a la práctica.
Con simples especulaciones de gabinete político no se consigue.
La crueldad que existe
en las zonas de guerra y de pobreza extrema debe ser eliminada de modo radical. Los medios pueden
ser muy diversos. No es algo imposible de conseguir.
Los líderes políticos de los países conscientemente
pueden buscar formas de reducir las grandes desigualdades económicas
existentes. La movilización social de los propios ciudadanos también es
decisiva porque pude ser vista en los
medios de comunicación masiva. La libertad es un valor ético esencial. Y no se
puede ejercitar adecuadamente en un contexto de pobreza, explotación laboral y
marginación.
Los grandes pensadores
políticos generalmente han sido conscientes de las contradicciones sociales y
económicas y han querido ponerles remedio o solución. Judith Shklar no ha sido
insensible al sufrimiento moral de las personas, todo lo contrario.
PROPORCIONALIDAD Y JUSTICIA
El libro de Remedios
Zafra titulado El entusiasmo es un magnífico ensayo. No cabe duda que lo que expone en sus 252
páginas son descripciones, reflexiones e interpretaciones muy hábilmente
redactadas sobre los grandes problemas relacionados con el trabajo creativo
digital.
En un mundo cada vez
más arbitrario y anárquico en muchos aspectos lo justo parece algo raro. Y la
proporción y la coherencia van desapareciendo de bastantes ámbitos de la
realidad laboral y social. La
precariedad en el trabajo está sustentada en la explotación y en la ausencia de
los derechos de autor en muchas ocasiones.
Lo que no es lógico ni
racional es que las empresas se aprovechen del trabajo digital gratuito que es,
por ejemplo, escribir y publicar. Lo que ganan los medios de comunicación del
tipo que sean con la publicidad tiene que servir para pagar algo a los que
colaboran en ellos.
El tiempo de creación
de un bien o un contenido cultural hay que pagarlo, aunque sea poco. No todos
los creadores de contenidos, de la clase que sean, tienen que vivir por amor al
arte. Lo que sucede es que como existen
miles de creadores que escriben y publican gratis, pues a conformarse con lo
que digan los medios.
Como dice el refrán a
la fuerza ahorcan y muchos aceptan colaborar, y se entiende, contentándose con
el pago en visibilidad y prestigio, pero no es lo realmente justo. Por lo explicado anteriormente.
La situación en España
debería cambiar y también internacionalmente. Con nuevas leyes o normas que se
cumplieran los creadores deberían cobrar por sus publicaciones, aunque fuera
una modesta cantidad de dinero por cada artículo.
La propia Remedios
Zafra a lo largo de su libro plantea la necesidad de un cambio sustancial en el
sentido que estoy diciendo. Las costumbres sociales y las mentalidades
colectivas son transformables para buscar justicia proporcional. Como escribe
Zafra: «Y no es fácil cambiar para quienes ostentan el poder porque
ya lo tienen». Que los diarios digan que no pueden pagar no deja de ser
una excusa más.
En todo caso, en
España se echa de menos un control del gobierno o de las instancias adecuadas
para que los diarios digitales, por ejemplo, paguen las colaboraciones de sus
articulistas de forma obligatoria, aunque sea con 10 o 20 euros de pago mínimo
por artículo. Es lo que puede valer una hora de trabajo. Esto sería lo justo y
proporcional y no le que sucede actualmente. La arbitrariedad y la injusticia
no deben ser la base de sustentación de las empresas de comunicación. Y si no
que cierren las que no puedan pagar algo a sus articulistas. Si se lograra esto
miles de personas podrían vivir de escribir artículos o crear videos y audios.
Los que se oponen a
esto caen en una lógica capitalista de la explotación del trabajo gratuito de
los demás. Y no importa que haya muchos articulistas o escritores dispuestos a
aceptar estas condiciones. Siguen siendo absolutamente irracionales e injustas.
Si se reparte el
pastel del trabajo habrá porciones para todos. Para unos más y para otros
menos. Pero lo que no es racional es que sea solo para unos pocos nada más. Y es que como escribe Remedios Zafra de modo
muy acertado y racional: «La credibilidad, como el afecto, como
el reconocimiento social, son pagos necesarios, son pagos valiosos, pero nunca
pueden ser pagos suficientes. Son maliciosos si no se realizan sobre un suelo
material que ofrezca garantías de vida digna, mayores grados de libertad para
evitar actuar con “miedo” o “heroicidad”».
Si los diarios son profesionales se entiende que tienen que pagar a los
que colaboran con sus escritos. Ya que la plantilla de periodistas no es
suficiente para que escriban en todos los espacios de cada diario.
Sin los articulistas
que colaboran y publican gratuitamente no se llenarían un considerable número
de páginas en cada periódico actualmente. Y esto conviene tenerlo presente y no
olvidarlo. No digo que el que quiera no pueda publicar gratis, si así lo desea,
porque tiene otro trabajo, pero esto no se debería aplicar a todos los que
escriben en los diarios.
La industria cultural
puede dar trabajo a miles o cientos de miles de personas más, pero debe ser
regulada con mejores leyes para que los creadores de contenidos puedan poder
vivir de lo que les entusiasma y apasiona.
lunes, 2 de julio de 2018
domingo, 1 de julio de 2018
LA ROJA A CASA
Los españoles no se
merecen el partido que jugó la selección española contra Rusia. Y siento tener
que decir esto, pero se ajusta a la forma de jugar que se ha visto. En los
informativos de las principales cadenas de televisión españolas también tienen
claro que España ha mostrado que está sin juego.
Es cierto que la
habilidad técnica es notable como corresponde
a la calidad de los futbolistas de la selección, si bien se necesita que
el juego sea más variado y profundo. Contraataques y, sobre todo, jugadas más
veloces. Y también disparar mucho más a portería para intentar marcar.
Si, únicamente, se
esperan los fallos o errores del otro equipo lo más probable es que no se logre
ganar el encuentro. Y esto parece que la selección española o los futbolistas
no lo han considerado.
No se trata de negar
el esfuerzo y la entrega de los jugadores, pero su juego no fue efectivo. No se
puede estar todo el partido y la prórroga pasándose el balón como si fuera un
entrenamiento y esperando el error del equipo rival.
Aunque el equipo haya
realizado más de mil pases y esto suponga un una cifra que desde 1996 no
lograba ningún país, no es suficiente. Sin un juego de ataque que cree
ocasiones de verdad en el fútbol actual no se logran victorias.
Es verdad que España
no ha sido derrotada en el mundial de Rusia, pero eso no justifica o sirve de atenuante respecto a la falta de goles. La vuelta a casa se veía
venir. El cambio de entrenador a dos días del comienzo de la competición es
otro factor que causa problemas a cualquier combinado y es algo presente en las
mentes de muchos aficionados españoles, diría que de la mayoría o de una buena
parte.
Ya se sabe que en una
competición de este gran nivel todo es muy difícil, algo que nadie niega. De
todos modos, las cosas se pueden hacer mejor. La preparación técnica de los
partidos creo que es claramente mejorable. Deben buscarse alternativas para
ganar en efectividad. El gol de España fue en propia puerta de un jugador ruso.
Ante Rusia que no ha sido hoy, al menos, una selección que destacara por su
nivel España no ha sido capaz de demostrar su superioridad técnica
traduciéndola en goles. De poco sirve tener la posesión de la pelota un
75% si no se gana.
La decepción de los
más de once millones y medio de españoles que han visto el partido por
televisión creo que ha sido mayúscula y no es para menos. Porque, si España
resulta eliminada jugando con profundidad y con muchas o bastantes ocasiones de
gol, los aficionados entenderían la derrota como una consecuencia de la mala
suerte, que también influye en el deporte.
Lo que no es de
recibo, a mi juicio, es la forma de jugar aburrida, lenta y monótona durante casi todo el tiempo del partido por
parte de la selección. Si un sistema o táctica de juego no funciona habrá que
poner en marcha otras en el mismo encuentro o cambiar a más jugadores o hacer,
de alguna manera, que las instrucciones de juego del entrenador se cumplan.
En cualquier caso, los
comentaristas y periodistas deportivos ya hablaban de serias dudas sobre la
efectividad del juego de la selección y sobre sus posibilidades reales de
seguir adelante en el Mundial de Rusia. Y, por desgracia, las peores
suposiciones se han confirmado. Es triste ver llorar a varios jugadores
españoles ante la eliminación y lo digo con todo el respeto. Se trata de buscar
soluciones y no de señalar culpables.
A lo mejor el estilo
de juego de España tiene que cambiar y
dejar en segundo término el famoso tiquitaca, ya que da resultado ante
selecciones de países de menor nivel futbolístico, pero no sirve ante
combinados nacionales potentes. Dar pases cortos y disponer de una posesión del
balón abrumadora no sirve necesariamente para ganar partidos. En cambio
disponer de alternativas de juego diferentes ante rivales con formas de jugar
muy distintas puede ser decisivo.
Lo que está claro, en
mi opinión, es que ha de hacerse un profundo análisis acerca de lo que debe
hacerse para que la selección española
de fútbol vuelva a ser mucho más competitiva y que ataque más y mejor.
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