Los docentes interinos
también son funcionarios y trabajan para el Estado.
Pero no parece que se
tenga mucho en cuenta. Especialmente, si se piensa en los profesores mayores de
55 años, que pueden verse en el paro por la oposición y el cambio de las listas
de interinos en las especialidades.
En Comunidades
Autónomas como Andalucía, País Vasco y Canarias con diez o quince años de
experiencia los docentes pueden seguir trabajando con contratos sucesivos hasta
que se jubilen. Es lo lógico después de, en muchos casos más de veinte años
trabajando en la enseñanza pública. En Asturias esto no sucede. Es como si
estuviéramos en otro país.
La igualdad que es un
principio constitucional respecto a las normas y funcionamiento administrativo
de las Comunidades Autónomas en relación con los derechos laborales salta por
los aires. Se percibe un agravio comparativo enorme.
Lo que no puede ser es
que los profesores interinos que impartan enseñanza en centros públicos de
Andalucía, por ejemplo, se vean justamente beneficiados por la prórroga de su
contrato laboral por tener más de 55 años y los diez o quince de experiencia
acumulada y los de Asturias u otras Comunidades Autónomas no. Debería aplicarse
en toda España. Es lo racional y lo lógico por numerosas razones.
Es cierto, por otra
parte que Educación quiere que la experiencia puntúe más en las oposiciones a
profesor. Y me parece muy bien. Los sindicatos de la enseñanza, que saben de lo
que hablan, insisten en se tenga manga más ancha con los profesores más
veteranos para que puedan mantener su puesto de trabajo en sus últimos años de
vida laboral.
La experiencia en la
enseñanza es más importante que la simple memorización de unos temas que no
garantizan que el enseñante sepa impartir sus conocimientos adecuadamente.
Si a esto se añade que
el sistema más objetivo para medir los conocimientos y la capacidad de los opositores es un examen
tipo Mir, ya está todo dicho. Y este tipo de examen no es el que se aplica a
los opositores de Secundaria. Lo que perjudica también a los docentes mayores
de 55 años.
Con 250 preguntas con, por ejemplo, cuatro opciones
de respuesta para elegir la correcta todos
los opositores se enfrentarían al mismo nivel de dificultad y exigencia que
puede ser muy alto, pero igual para todos los que realizan las pruebas o
exámenes.
Además, en la
enseñanza media no se imparten conocimientos con el nivel de exigencia de la
Universidad. Y, por tanto, con la titulación de Grado, Licenciatura o Doctorado
es más que suficiente para dar clases con un alto nivel en Secundaria.
Ya se sabe que el
concurso oposición es un procedimiento de selección por mérito y capacidad,
pero muchos opositores con elevada formación no pueden acceder, por diversas
circunstancias, a un puesto de trabajo más o menos estable.
Los opositores o
interinos que son más jóvenes tienen numerosas oportunidades de presentarse en
la misma Comunidad Autónoma o en otras para lograr trabajar como profesores o
conseguir la ansiada plaza fija en la enseñanza pública y ser funcionarios de
carrera. Esto es más difícil para los que ya son profesores mayores. Por tanto,
habría que disponer de unas normas que garanticen su estabilidad en sus últimos
años de trabajo en la docencia.
Algunos sindicatos en
Asturias apoyan a los docentes interinos mayores de 55 años en sus justas
reclamaciones a la Administración regional. Pero parece que todo depende de que
las altas instancias del Gobierno Autonómico asturiano tomen decisiones al
respecto y de que el Parlamento regional aborde el asunto. Los partidos
políticos también deben apoyar esta lucha pacífica por la estabilidad del profesorado
interino.
Hace falta voluntad
política para apoyar a un colectivo de profesores interinos en el presente y en
el futuro. Ya que se mejorarían las condiciones laborales del profesorado
interino mayor para siempre.
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