El libro Las veladas de San Petersburgo
es un ensayo magnífico. Está escrito entre los años 1803 y 1817 por Maistre y
es ameno y muy apropiado para saber acerca de los planteamientos políticos,
sociales y filosóficos existentes en este periodo histórico. Aunque se le puede
considerar como enfrentado al pensamiento revolucionario y también al ilustrado
sus reflexiones son profundas y originales. Se puede pensar que es reaccionario
porque afirma la contrarreforma.
No cabe duda de que se le puede
considerar conservador. Si bien pienso que es más acertado decir que afirma un
cierto irracionalismo que es el fundamento esencial de su pensamiento, ya que
escribe: «El hombre recto conoce, ordenadamente, por un sentimiento interior,
sin previo examen, la falsedad o la exactitud de ciertas proposiciones, muchas
veces sin haber tenido los estudios necesarios para hallarse en estado de
analizarlos con perfecto conocimiento de causa».
Maistre fue un conde saboyano que
destacó como escritor, filósofo y político. Su vida transcurrió desde 1753
hasta 1821. Las veladas de San Petersburgo fue su mejor obra y a lo largo de siglo y medio influyó mucho
en el mundo occidental.
Al ser embajador del rey Víctor Manuel I
entre los años 1803 y 1817 ante la corte del zar en San Petersburgo pudo
observar de modo pormenorizado y completo la sociedad rusa y analizar diversos
problemas políticos.
De todos modos, Maistre demuestra en sus
Diálogos sobre el Gobierno temporal de la Providencia que es el subtítulo de su
libro que le interesan infinidad de cuestiones filosóficas discutidas
en su época.
Por ejemplo, dialogando sobre el deseo
dice Maistre sobre Locke: «Creedme: no os fiéis de Locke, que nunca ha
comprendido nada a fondo. El deseo, que no ha acabado de definir, no es más que
un movimiento del alma hacia un objeto que la atrae». Parece excesivamente dura
la crítica, pero puede tener su parte de razón. Su ataque al empirismo de Locke
es desproporcionado. En cualquier caso, Joseph de Maistre muestra su amplia y
profunda erudición filosófica a lo largo de las 424 páginas de su ensayo.
Como pensador no estaba de acuerdo con
el pensamiento ilustrado y también rechazaba el racionalismo y el progresismo
liberal. Poseía genio e ingenio y fue admirado incluso por sus rivales, lo que
da una medida de sus capacidades.
Respecto a la repercusión y el valor de
los libros dice que depende de las circunstancias favorables y mucho menos, en
bastantes ocasiones, del mérito
intrínseco.
Como se mueve en ambientes
aristocráticos se comprende que en las Veladas componga un diálogo dieciochesco
entre tres aristócratas cultivados: un conde saboyano que es él mismo, un senador
ruso que es también su amigo y un noble francés. De esta manera, diversifica y
enriquece el contenido de su libro con perspectivas, comentarios, descripciones
y análisis nuevos que eliminan la monotonía en el curso de la lectura de su
ensayo.
Se opuso a los planteamientos
filosóficos de Descartes y Malebranche. Porque piensa que la razón humana no
puede llegar a conocer el orden divino, puesto que la perfección del ser humano
desapareció tras el pecado original. Aunque considerando la imperfección de la
naturaleza de los seres humanos ya es suficiente para darle la razón.
Fue profundamente influido por el
pensamiento de Böhme, Swedenborg y
otros. Es el célebre creador de la frase «cada nación tiene el gobierno que se
merece» que parece muy racional y que ha sido utilizada innumerables veces.
Su estilo como escritor y filósofo, al
ser un libro que se desarrolla como un diálogo, parece más vivaz y atrayente
para los lectores que disfrutan de la lectura de sus páginas. Y aunque podamos
estar en desacuerdo con algunas de sus apreciaciones y reflexiones es indudable
que sabe expresarlas con precisión y brillantez.
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