El deseo de vivir
hasta una edad avanzada es entendible y racional.
Ya que la alternativa
es morir joven o siendo adulto. En este sentido, es lógico que las personas
presten atención a su alimentación para que sea la más adecuada.
Un libro del
bioquímico italiano Valter Longo que lleva por título La dieta de la longevidad es muy interesante
porque da información contrastada sobre los beneficios de ingerir alimentos
vegetales, frutos secos y pescado de modo habitual.
Longo posee un
reconocido prestigio a nivel mundial por sus investigaciones y descubrimientos
sobre el envejecimiento y las enfermedades asociadas o relacionadas con él.
Frente a la comida
basura o con mucha grasa es mejor alimentarse con la dieta mediterránea, según
dicen los nutricionistas. Valter Longo ha analizado lo que comen las personas
centenarias y también ha investigado zonas del planeta que destacan por la
longevidad de sus habitantes. Por ejemplo, en Okinawa, sur de Italia, Grecia y
otros lugares.
Los experimentos con
ratones que viven dos años y medio proporcionan datos muy valiosos al respecto,
ya que tienen un organismo muy parecido al humano. Si se logra retrasar el
proceso de envejecimiento no surgen enfermedades que están, de una manera u
otra, vinculadas al mismo.
Este bioquímico
italiano dice en su libro que: «Gracias a la gerontología, la medicina
preventiva y la investigación geriátrica hoy sabemos que la vida – incluso una
muy larga- no está necesariamente asociada a las enfermedades».
A lo largo del libro
el autor da algunas explicaciones de su
trayectoria vital y de su proceso de formación e investigación, ya que son
relevantes para entender sus motivaciones a la hora de escribir su obra. El subtítulo de su libro es: Comer bien para
vivir sano hasta los 110 años.
Parece ser, según
dicen expertos que la ingesta de café reduce el riesgo de padecer Parkinson y
Alzheimer, aunque esto pueda ser objeto de discusión y debate, pero
estadísticas, con un número significativo de datos y pruebas experimentales,
parece que avalan esta afirmación.
De todos modos, es
evidente que leer, escribir y otras actividades que supongan entrenamiento
cerebral ayudan a evitar o retrasar las demencias y el Alzheimer en numerosos
casos, aunque no en todos.
La publicación de este
tipo de libros es algo que beneficia a la gente. Ya que lo que se difunde puede
influir en las conductas alimentarias para hacerlas más saludables, si las
personas así lo quieren, por supuesto. Se comprende que Valter Longo escriba:
«Uno de mis libros preferidos es Uno, ninguno y cien mil, del premio Nobel de
literatura Luigi Pirandello. Su idea era sencilla y a la vez extraordinaria: si
nadie te conoce, en cierto sentido, no existes, pero si te conocen 100.000 eres
las 100.000 personas que viven en sus cabezas».
Aunque no lo parezca
la alimentación influye muchísimo en la posibilidad de vivir cien años o más.
Incluso con buena salud. Y lo reiteran los grandes expertos en estas cuestiones
de la longevidad y el envejecimiento.
Los avances de la
bioquímica, la biología molecular, la medicina, la neurociencia, etcétera.,
están abriendo nuevas posibilidades para poder intervenir a niveles celulares y
lograr que se haga bastante más lento el proceso de envejecer. Longo ha
investigado sobre cómo envejece la levadura: «Lo primero que hice fue decidir
un nuevo enfoque científico; así inventé un método al que llamé “vida
cronológica de la levadura” y lo apliqué para identificar los genes que
intervenían en el envejecimiento». Y
los resultados y aplicaciones de la investigación genética serán una realidad,
probablemente, dentro de veinte o treinta años.
Y surgirán nuevos
medicamentos que puedan curar el Alzheimer y las demencias o hacer que no
aparezcan. Sin hablar de la terapia génica
que consiste en una serie de estrategias con finalidad terapéutica,
fundamentadas en la transferencia de material genético a un individuo. Porque
la longevidad depende, en buena medida, de factores genéticos.
Actualmente, de lo que se trata es de vivir con la mejor
calidad de vida posible. Se puede tener una vejez activa y enérgica o
sedentaria y frágil. No cabe duda de que la actividad física es imprescindible
para mantenerse sano. Y puede ser suficiente con caminar cada día una hora
aproximadamente. Porque el exceso de ejercicio físico puede ser perjudicial,
sin duda, por múltiples razones.
De todas formas, está
claro que en el presente y el futuro ante el envejecimiento y la baja tasa de
natalidad el trabajo de investigación que realizan Valter Longo y otros
investigadores y científicos en busca de una ralentización del proceso de
envejecer con una alimentación más apropiada es crucial y muy importante para
toda la sociedad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario