Parece que el futuro de la Universidad
pasa por la formación online de calidad.Y, si fuera gratuita, ampliaría las
posibilidades de aprendizaje de modo muy considerable. Lo que está claro es que
a través de Internet y de un ordenador o tablet se puede acceder a una
infinidad de cursos y de conocimientos y disciplinas.
Los cursos online abiertos y masivos
están revolucionando la formación universitaria. Son los denominados MOOC por
sus siglas en inglés. De hecho, desde hace años se están impartiendo programas
desde Harvard, Yale, el MIT o Princeton. En estas universidades estadounidenses que son
muy exigentes y caras están apostando también por enseñanzas online de acceso gratuito.
De lo que no cabe duda es de que, por el
momento, no se ha generalizado la oferta de
cursos muy especializados, como los que reciben los alumnos presenciales
de estas universidades, que poseen un muy elevado prestigio en Estados Unidos y
en el mundo.
El elitismo en educación es algo que
debería ser un vestigio del pasado. Se debería fomentar más la igualdad de
oportunidades a través de un sistema de becas más poderoso y que llegara a
mayor cantidad de estudiantes.
Los micromásteres pueden ser una de las
opciones formativas que pueden ser aprovechadas por muchas personas en un
proceso de aprendizaje continuo.
Los cursos online gratuitos masivos
tienen grandes ventajas, ya que pueden ser de calidad y a la vez llegar cada
uno a más de 100.000 personas en
cualquier parte del mundo.
En un planeta en el que la gente se
mueve cada vez con más frecuencia y en el que los viajes son cada vez más
frecuentes y abundantes parece que Internet es un aliado decisivo para disponer
de una formación cada vez mejor. Es perfectamente entendible que desde 2012 la
Universidad Politécnica de Madrid implantase este modelo de formación
democrática, virtual y gratuita.
Ciertamente, las posibilidades de la
tecnología y, concretamente, de Internet respecto a la educación y al
aprendizaje son infinitas. Los únicos límites son las ganas de saber y de
esforzarse para lograrlo.
De todos modos, también conviene romper
una lanza en favor de la enseñanza
presencial formal. En efecto, probablemente una de las asignaturas pendientes
de la formación online es, en ciertos casos, los procedimientos de evaluación
de lo aprendido.
Y en este sentido, en función del tipo
de curso y disciplina debe organizarse un sistema de pruebas que valoren el
aprendizaje logrado de modo objetivo y equiparable al propio de la enseñanza
presencial. Algo que se puede lograr sin mucha dificultad, con procedimientos
técnicos precisos y rigurosos.
En unos diez años es posible que las
formas de enseñar cambien considerablemente en bastantes aspectos. Ya están
cambiando. El uso de las nuevas tecnologías en las aulas es más frecuente.
Desde el aprendizaje de idiomas con películas hasta el apoyo práctico en
cualquier materia de cara a las explicaciones de los profesores.
Si bien es necesario poner de manifiesto
o de relieve que la labor del profesor es crucial especialmente en la enseñanza
presencial. Porque en la online la labor del alumno se ve más reforzada por la
abundancia de materiales y de formas de resolución posibles.
Aunque también existe la figura del
profesor tutor que guía la forma de aprender, aclara dudas y muestra formas de
avanzar en el conocimiento de lo que debe ser aprendido.
Estoy convencido que en el presente y en
el futuro lo más importante será enseñar a estudiar e investigar. Es lo
realmente fundamental. Lo demás es cuestión de tiempo y atención a lo que se
realiza.
Especialmente, en los tiempos en los que
estamos en el que el acceso a la información y los conocimientos es instantánea
por medio de Internet. Ser creativo es otra de las habilidades que serán
reforzadas en la era digital. La capacidad mental de combinar ideas es una de
las claves de la creatividad y del talento.
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