Cada tres segundos
aparece un nuevo caso de demencia en el mundo. Es un dato escalofriante. Ya
existen cincuenta millones de personas con demencia. Y con el aumento de la esperanza de
vida o de la longevidad el incremento del número de demencias puede ser
exponencial.
Por esto es deseable
que los esfuerzos de investigación en relación con la elaboración de nuevos
fármacos que ralenticen el avance de los diferentes tipos de demencia sean
aumentados, por los distintos países más desarrollados en el campo de la
medicina.
Parece que dos
medicamentos que están en una fase de experimentación ya ofrecen buenos resultados. Un ensayo clínico de un
medicamento contra el Alzhéimer está siendo efectivo ya que se ha constatado
una ralentización del 61% en la progresión de esta enfermedad. Con la
extracción de plasma se podría desplazar la beta-amiloide del cerebro.
EL segundo
fármaco denominado BAN2401 elimina la
placa de proteínas beta-amiloide y ralentiza los efectos del Alzhéimer. Lyn
Kramer es el jefe médico que ha dirigido la creación de esta medicina en una
compañía japonesa.
En estas
investigaciones faltan por realizar los ensayos de fase 3 y esperemos que sean
un éxito. En cualquier caso, lo que parece indudable es que dentro de veinte o treinta años se habrán
descubierto fármacos que potenciarán la cognición y otros que serán efectivos
en el tratamiento de las demencias.
Además, la medicina o
los laboratorios médicos de investigación más puntera o avanzada buscan reducir
el envejecimiento celular. Esto mismo es aplicable a la disminución del
deterioro de las neuronas por los efectos de la edad y del paso del tiempo. De
esta manera se lograría que la calidad de vida y las expectativas de una
existencia más larga y sana esté al alcance de un mayor número de personas.Está
claro que debería afectar positivamente a todos los ciudadanos.
Estos dos amplios
itinerarios de investigación deben coincidir y combinarse en el futuro. Lo más
problemático es en estos años de transición hasta el año 2030, por ejemplo. Se
comprende la importancia de incrementar el dinero invertido en todo lo
relacionado con la investigación de muy alto nivel para curar el Alzhéimer y los otros tipos o clases
de demencia. O, al menos, detener su avance en los primeros estadios de la
enfermedad. Así se conseguiría que los pacientes puedan gozar de una cierta
autonomía vital y de una aceptable calidad de vida. Porque todo lo relacionado
con la atención a la dependencia puede hacer que cambie el modelo asistencial
de la medicina en España y en otros países del mundo y de una manera notable.
Considero que un tema
prioritario para los Estados es darse cuenta de que las predemencias y las demencias
desbordarán la asistencia médica en unos años, si no se logran avances reales
con medicamentos que paralicen el avance de esta enfermedad o la curen. Porque
se necesitarán varios cientos de miles de cuidadores más de los ya existentes
actualmente para atender las necesidades de los sujetos afectados por demencia.
O, al menos, es lo previsible.
No cabe duda que a día
de hoy las terapias se están aplicando, pero no existe una cura total del
Alzhéimer a pesar de que se está investigando en todo el planeta para hallar
fármacos que sean efectivos de verdad.
La incapacidad que se
produce en la última fase de esta demencia es prácticamente absoluta, pero lo
peor es la pérdida de la identidad y del reconocimiento de lo que le rodea al
que la sufre y, por tanto, es terrible. Especialmente para los familiares o
personal que cuida a cada enfermo de demencia.
Se puede pensar que la
totalidad de la sociedad no está suficientemente sensibilizada de toda esta
tremenda problemática. Pero toda persona puede sufrir Alzhéimer, aunque pueda
haber mayor o menor predisposición genética a padecerla o no. En todo caso,
siempre puede haber familiares, amigos o conocidos que pueden sufrir los
efectos devastadores de esta patología del cerebro.
Considero que los
Estados deben poner más medios económicos o más fondos y poner sobre la mesa
nuevas leyes o normas para dar una mejor
asistencia a las personas que padecen este tipo de enfermedades asociadas
generalmente a la edad y también
destinar más ayudas económicas a los
cuidadores. Si esto no se hace de manera suficiente y adecuada el futuro puede
ser caótico e injusto para muchos ciudadanos.
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