viernes, 10 de marzo de 2017

DERECHO A LA PRIVACIDAD





Parece preocupante que el propio televisor escuche, incluso estando apagado, por un programa de espionaje. Existe un derecho a la privacidad de todos los ciudadanos del mundo. Y ni la CIA ni la NSA ni ningún otro servicio de inteligencia como el MI5 deberían espiar a las personas. En España y en otros países existen unas garantías legales para que no se espíe indiscriminadamente y de forma generalizada  a todos.
Si es necesario espiar debe ser con autorización judicial para buscar información sobre actividades delictivas o delincuentes y, si es preciso, en procesos de investigación policial en los que sea absolutamente imprescindible y con el visto bueno de las instancias judiciales.
Con los sistemas tan extraordinariamente sofisticados y potentes que poseen las principales agencias de seguridad  ya citadas  se pueden espiar todas las llamadas telefónicas y todos los mensajes, correos electrónicos, wasaps, etc.La obsesión por la seguridad no justifica de ninguna manera que se invada ilegalmente la intimidad de los individuos.
Según Wikileaks existen cientos de millones de documentos de la CIA que suelen ser códigos de programas informáticos que son usados en acciones de espionaje. Si esto es cierto y parece que lo es, estamos ante una situación en la que el propio gobierno de Estados Unidos tendría que intervenir para evitar que esto siga sucediendo. Y la justicia norteamericana también sería racional y coherente que tomara medidas al respecto o que interviniera para parar este espionaje generalizado e indiscriminado en todo el mundo.
La privacidad de las comunicaciones está reconocida en todas las constituciones y en los Derechos Humanos. El respeto a los derechos no es algo sin importancia que está supeditado a la seguridad. Se puede proteger la libertad de todos, sin necesidad de espiar de modo masivo. El fin no justifica los medios.Y parece que para las agencias de seguridad e información estadounidenses el propósito o la finalidad justifica la invasión de la vida privada de las personas. Es como si toda la gente pudiera ser sospechosa de algo.
Actualmente se sabe que muchos terroristas y delincuentes se comunican de forma directa o en persona sin dispositivos electrónicos para evitar, de este modo, ser espiados en sus conversaciones. Si se ha instalado malware a nivel masivo esa algo que no puede ser tolerado. Ya que creo que si lo hace una persona particular puede ser delito.
Además, también se sabe que la red de espionaje denominada Echelon intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día. Y parece que se está usando para espionaje económico también. Supone además una destrucción e invasión de la privacidad de las personas en cualquier parte del planeta.
La libertad de expresión y la privacidad  en las comunicaciones son la base de cualquier estado y si esto no se respeta, una nación queda deslegitimada y no puede ser considerada como  una real y auténtica democracia. En España, por ejemplo, me parece que se pueden dar lecciones a Estados Unidos en el respeto a los derechos de la persona. En nuestro país la presunción de inocencia está más fuertemente afirmada que en Norteamérica.

Es plenamente racional, coherente y justo un estado de derecho en el que prima el imperio de la ley y de las garantías respecto al respeto de los derechos cívicos que están por encima de una supuesta seguridad que no es tal. Se puede proteger eficaz y eficientemente la seguridad de los ciudadanos, sin necesidad de eliminar su derecho a la intimidad. Y a las pruebas me remito. Sin ir más lejos a España que es todo un espléndido ejemplo de buen hacer en su política de seguridad nacional y en la labor policial. 

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