Está
disparándose la ludopatía en los jóvenes en estos últimos años. Las apuestas
deportivas online y otro tipo de juegos de azar con dinero está creando numerosos ludópatas o adictos al
juego patológico. Y una parte considerable de los mismos son adolescentes. El
juego online es más adictivo que el presencial, porque se puede jugar con el
móvil, el ordenador o la tableta durante las 24 horas del día.
La
publicidad de las casas de apuestas es muy abundante y hace que muchas personas
caigan en las redes de un juego compulsivo y que no es moderado y responsable.
El que se apueste cada vez más dinero y juegue más gente supone un problema
para muchos individuos y familias. Puesto que hay sujetos que se gastan
cantidades elevadas en poco tiempo y las pierden en el juego online y en otros
juegos de azar.
La
casa o plataforma de juego siempre gana y los clientes, si no juegan con muy
notable moderación siempre pierden. Y los menores de edad no pueden jugar
online con dinero. La media de edad de los jugadores online ha bajado a los 18
años y es preocupante. En los eventos deportivos en directo no se debería
permitir la publicidad, porque es vista también por menores.
El
juego presencial asociado a bingos, juego de cartas, etc., está también
causando problemas económicos muy graves a numerosas personas y también con el
juego online muchos jugadores están contrayendo muchas deudas.
Y
que haya trampas en los registros de los jugadores debería ser evitado. No
puede ser que un mayor de edad se registre para que jueguen menores que le dan
el dinero para jugar en su lugar por turnos, algo que está sucediendo en
nuestro país. Hay chavales que se pasan la tarde jugando con apuestas de
dinero.
En
Barcelona y en otros lugares ya se está tratando por adicción al juego a
pacientes de 14 años. Y es que la
percepción del riesgo es menos profunda en la juventud. Y las técnicas de
autocontrol no son generalmente practicadas por los que juegan de modo
reiterado y continuo. Además, la tentación de apostar puede ser muy fuerte para
bastante gente por el continuo martilleo
de la publicidad.
Los
padres, dicen los psicólogos y expertos en estas cuestiones, tienen que poner
límites a sus hijos. El problema no son
los juegos sino la actitud ante los mismos. El control de los impulsos y de las
emociones es fundamental para no caer en la ludopatía. Y los juegos que más
enganchan a los adolescentes son los que conllevan estímulos visuales y
ensalzan la inmediatez. El apueste ahora
es una expresión peligrosa especialmente para los jóvenes y también para los
que ya no lo son.
Y
aunque los jugadores empedernidos creen que pueden salir solos de su adicción,
en realidad, la mayor parte de las veces necesitan ayuda de especialistas o
médicos. La repetida frase de que es la última vez que juego en muchísimas
ocasiones y situaciones no se cumple.
A
mi juicio, las autoridades políticas deberían aumentar más los controles para
evitar que los menores jueguen online con dinero. Y se deberían realizar más campañas de
sensibilización acerca de la adicción al juego a través de las nuevas
tecnologías en pleno siglo XXI. Si esto no se hace adecuadamente creo que irá
aumentando sin parar el número de ludópatas en España y también entre los
jóvenes.
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