Un
nuevo sistema de grabación de información cambiará de modo radical los soportes
de memoria. Ciertamente, almacenar información en moléculas de ADN supone una
auténtica revolución, puesto que hará real la posibilidad de multiplicar la
capacidad de los discos actuales que se usan en la actualidad. Es un gran
avance que mejorará enormemente la seguridad de las interconexiones, el
intercambio de datos e informaciones y también su conservación. Que dos
científicos hayan guardado una película de los hermanos Lumiére de 1895 en una
molécula de ADN parece de ciencia ficción, pero se ha conseguido. Hace cinco
años ya el genetista estadounidense George Church consiguió almacenar por ver primera un libro en ADN. Es un logro
prodigioso. El ADN es, en cierta forma, el libro de codificación genética de la vida
de cada persona. Y saber que se pueden utilizar los algoritmos de la
combinatoria genética para el archivo de información es algo muy útil.
El
ADN al ser ultracompacto durará cientos de miles de años conservado en
condiciones especiales. Será una información que estará conservada y que podrá
ser recuperada. Y es perfectamente entendible que se haya pensado en nuevos
procedimientos de grabación segura de la información.
En
algún momento cercano, habrá demasiados datos
para los actuales discos duros. “El límite teórico de densidad es 2.000 veces más alto, así que todavía hay mucho margen
para futuras mejoras” explica el genetista
George Church. El ADN es un soporte ideal de almacenamiento puesto que se
puede multiplicar de manera ilimitada y esto mismo representa una ventaja
inmensa.
Además,
según un comunicado de la Universidad de Columbia, el ADN “puede durar cientos
de miles de años si se mantiene en un
lugar fresco y seco, como demuestra la
reciente recuperación de ADN de los huesos de un ancestro de 430.000 años
hallado en una cueva de España en Atapuerca en Burgos.
También
es posible ya el almacenamiento de información en cristales de cuarzo
conservando cantidades ingentes de datos durante más de 13.000 millones de
años, según dicen los expertos en estas cuestiones.
La
creación de ADN sintético es otras de las técnicas cruciales para el presente y
el futuro. De este modo se multiplicará la capacidad para crear dispositivos
eficientes de almacenamiento de datos.
Y
es evidente que el incremento incesante de los contenidos digitales hace
necesarios nuevos soportes más potentes para retener, grabar y archivar una
masa cada vez mayor de informaciones y datos.
Parece
seguro que la bioinformática va a ser una disciplina exitosa en los próximos
años. Si a esto se une la labor de investigación realizada por instituciones
como el MIT parece que estamos a las puertas de una serie de inventos
tecnológicos que cambiarán completamente la forma de vida de una buena parte de
las personas que viven en la tierra.
Además,
la Inteligencia Artificial y los ordenadores cuánticos causarán cambios
profundos en todos los campos del conocimiento y especialmente en la medicina.
Por ejemplo, la clonación de órganos abrirá expectativas nunca vistas para
prolongar todavía más la longevidad humana. Y lo más sorprendente es que la
velocidad de los cambios se acelera casi sin darnos cuenta. Porque la rapidez
de los cambios se retroalimenta por medio de la creciente velocidad con que se
producen las transformaciones tecnológicas. Que son a su vez resultado de
investigaciones cada vez más complejas y especializadas con equipos y aparatos
más sofisticados. Es un proceso de avance lineal en tecnología y ciencia que se
puede calificar como prodigioso y sumamente veloz.
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