miércoles, 26 de abril de 2017

EL LEGADO DE CERVANTES



Aunque murió en la pobreza fue el creador de la novela. Del Quijote y sus otras novelas y escritos se desprende una fina percepción de las complejidades de la vida y de sus avatares.
Escribió tomando como base de sus relatos su capacidad para inventar historias con gran ingenio y con ironía, humor y  también con un realismo con matices idealistas que supera la dureza de la existencia. Superó los desengaños y la desilusión y vivió, según confiesa, lleno de deseos hasta el último día de su existencia.
Era plenamente consciente de las dificultades que se encuentran al caminar en el mundo, pero seguía adelante con muchos proyectos sabiendo que la finitud inherente al ser humano le impediría realizarlos todos.
Escribe Cervantes: «Mucho prometo, con fuerzas tan pocas como las mías, pero ¿quién pondrá rienda a los deseos?». Lo que muestra su forma de ser, su actitud activa e ilusionada ante lo que pretende hacer. Incluso escribe otra frase que expresa claramente otro matiz o aspecto de su personalidad al decir «Con poco me contento, aunque deseo mucho».
No es de extrañar que sea considerado el más grande escritor de la literatura española, ya que abrió la vía de la novela con su genialidad y también con su desatada escritura, sus propias palabras, para expresar que mezclaba en sus escritos lo épico, lírico, cómico y trágico. Al igual que la propia vida y su misma existencia.
Miguel de Cervantes fue soldado, recaudador, poeta, dramaturgo y acumuló una gran cantidad de experiencias ya que también viajó mucho. Se marchó de joven a Italia al parecer por un duelo en el que hirió a un maestro de obras. Llegó a Roma en diciembre de 1569. La lectura de los poemas caballerescos de Ludovico Ariosto y de los Diálogos de amor del judío sefardita León Hebreo influyeron en su producción escrita. El neoplatonismo está presente en su concepción del amor.  Recorrió el territorio italiano y le gustó mucho el arte italiano. En El licenciado Vidriera relata y describe los lugares que visitó en tierras italianas.
Su experiencia como soldado le dio alegrías, pero también pesares. En la famosa batalla de Lepanto a causa de una herida en el combate se le anquilosó la mano izquierda, porque un trozo de plomo le seccionó un nervio. Lo que no impidió que siguiera con sus ocupaciones y escribiendo con perseverancia, tenacidad e ingenio. En 1575 fue apresado por piratas sarracenos y estuvo prisionero en Argel durante cinco años. Intentó  escapar hasta en cuatro ocasiones de su cautiverio y al final fue liberado.  Tuvo un comportamiento heroico. Y esto también le sirvió para afrontar el resto de su vida como escritor con una gran energía y sin desaliento ante las contrariedades y problemas que sufrió en su última etapa vital. Es verdad que poseía grandes cualidades en el arte de escribir y llega a decir que «Yo soy aquel que en la invención excede a muchos».
No en vano se le llama el Príncipe de los Ingenios. En España fue recaudador de impuestos para la  Armada  Invencible. También recauda impuestos atrasados. Estuvo encarcelado varias veces. Y, según dice él mismo, el Quijote se gestó en la cárcel. Al menos la idea de esta gran novela se le ocurrió estando preso por, supuestamente, haberse apropiado de una parte de los impuestos que recaudaba. De todos modos, está demostrado  y probado que murió en la pobreza, con lo que su buen nombre me parece que queda a salvo.
La imagen de la vida que ofrece Cervantes es una combinación de realismo, idealismo, valor, modestia, coraje y afán de superación. Los valores ejemplares que enseña en sus libros se concretan en la invención continua, la aspiración a lo mejor y al entusiasmo que no renuncia a los deseos y al ideal perseguido sin desfallecer hasta el final. Es otra parte de su extraordinario legado.



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