martes, 30 de junio de 2020

SOCIEDAD TOLERANTE



Ciertamente, el filósofo Karl Popper que murió  a los 92 años en 1994 dejó un gran legado con sus libros y con su enseñanza. En la obra Sociedad abierta, universo abierto el periodista Franz Kreuzer  pregunta al pensador austríaco sobre numerosas cuestiones relacionadas directamente con sus análisis  sobre los planteamientos de diversas corrientes filosóficas y de otros pensadores.
Es lo contrario de un pensador dogmático. Está abierto a la duda y confía en lo que podemos hacer en el futuro, aunque es consciente de que, tal vez, las dificultades pueden ser muy grandes. Esto no significa que no sean superables. Popper no está de acuerdo con creer que todo está mal. Reivindica el valor de las teorías en ciencia y de forma general en el saber y en la vida y la política. 
Advierte de la inseguridad característica de todo y fundamentalmente de la vida y la realidad humana. Escribe que «Los errores son inevitables. Lo importante es que aprendamos de ellos».  Se muestra, por tanto, muy coherente en sus apreciaciones y en sus valoraciones acerca de lo que sucede en la vida cotidiana y en el campo de la ciencia y de la técnica. Pone de relieve que las teorías son intentos de solucionar problemas. Criticó el neopositivismo del Círculo de Viena. Puso sobre la mesa el falsacionismo que es una de sus grandes aportaciones a la filosofía de la ciencia. Reafirmó el falibilismo metodológico, lo que supone admitir que podemos tener razón o no y que el principio de discusión racional es esencial para aproximarnos a la verdad.
Todo esto confirma que  el carácter problemático de la ciencia es consustancial a la misma. No está de acuerdo con el esencialismo que considera que es posible una descripción exhaustiva del mundo. En la obra   La sociedad abierta y sus enemigos Popper aplica sus planteamientos acerca de la ciencia a la historia y a la evolución de la propia filosofía a lo a lo largo de los siglos. Se opone frontalmente al totalitarismo o al autoritarismo de una manera rotunda.
Aunque critica al marxismo también reconoce las buenas intenciones de Marx que se concretan en querer acabar con la explotación de los hombres en el trabajo. Aprecia y valora enormemente la función de la sociología para el entendimiento de los cambios sociales, de la estructura social y de otras cuestiones vinculadas a las relaciones grupales. Es partidario de una interpretación de la historia del pensamiento político característica de la generación de Pericles basada en la argumentación y la discusión y en los procedimientos democráticos frente a la rigidez de la utopía política de Platón y a la mesocracia de Aristóteles. De hecho, Popper se identifica con la forma de hacer filosofía política de Sócrates y con el pensamiento de  Demócrito. Rechaza el historicismo  y el esencialismo en el ámbito de la teoría política a la que  pueden ser adscritos Platón y  Hegel.
Evidentemente, Popper muestra su deseo de conciliar planteamientos propios de las democracias liberales y afirma con decisión la libertad como valor fundamental, tanto en el campo de la ética como en el de la política. La tolerancia y la responsabilidad intelectual siempre estuvieron presentes en su mente.  No en vano dedicó una conferencia en Tubinga a Leopoldo  Lucas que fue un sabio y un historiador que «en su tolerancia  y humanidad, fue víctima de la intolerancia y la inhumanidad». Se refiere a  su terrible destino en un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial. Murió asesinado junto con su esposa en 1944 por la barbarie nazi.   
Los grados de tolerancia y libertad son variables, pero estos valores éticos deben ser respetados al máximo, si no se quiere caer en un desprecio de los derechos humanos que nos conduce a la maldad más absoluta. Popper apela a lo que escribió Voltaire sobre la intolerancia y el fanatismo rechazando las actitudes fanáticas e intransigentes. La afirmación de la libertad de investigación es uno de los principios fundamentales de todo intelectual.
Considera que el pluralismo crítico es mucho mejor que el relativismo que no deja ningún punto de apoyo y lo niega todo al ignorar la verdad. La ignorancia es otro de los males que es preciso hacer que vaya desapareciendo al poner los medios para saber o conocer. Para Popper las teorías de la gravitación de Newton y Einstein son conjeturales pero son saber que se aproxima a la verdad.



jueves, 25 de junio de 2020

CIELO, PARAÍSO O NADA




El Cielo es un concepto presente en varias religiones. Supuestamente está habitado por ángeles, dioses o héroes. Se cree que es un lugar de felicidad eterna. Parece que desde el zoroastrismo llegó al judaísmo y posteriormente al cristianismo. Es una especie de paraíso al lado de Dios. Y es un espacio de gozo y alegría sin fin.
Existen a lo largo de la historia diversos planteamientos acerca del paraíso. El que parece más plausible es el que indica que es un lugar espiritual y, por tanto, inmaterial. De todas maneras, también es cierto que a lo largo de los siglos ha sido objeto de controversia. Se cree que el alma de Jesús fue al Paraíso después de su muerte en la cruz  y que era un lugar diferente al del Padre Dios en el cielo  después de su ascensión a  los cielos.
En cualquier caso, es evidente que para Dante que estaba formado en la Escolástica de su tiempo el Paraíso es un mundo inmaterial y etéreo, dividido en nueve cielos en su Divina Comedia. El gran escritor y pensador florentino tiene presente en su inteligencia el Itinerario de la mente en Dios de San Buenaventura que buscaba platónicamente tres grados de aprendizaje. Primero, el Extra nos que expresa el conocimiento sensible en la teoría platónica, a continuación el  Intra nos  que corresponde  a la visión  y al final del proceso el Supra nos que es, en realidad, la experiencia del Empíreo o del conocimiento intelectual. Desde su concepción literaria y conceptual la morada de Dios no es un  espacio físico  y es una realidad empírea. Al llegar Dante a la presencia de Dios  se ve envuelto por la luz y lo puede ver.
La relación del Cielo con la muerte es evidente y clara.  Ante la realidad de la muerte que nos alcanzará a todos, sin excepción, cabe preguntarse qué nos espera después de la partida de este mundo material. Y las respuestas posibles se concentran en dos alternativas generales. O bien no existe nada después del fallecimiento o existe otra vida en el más allá.
Desde los análisis de la ciencia está claro que no existe funcionamiento cerebral con encefalograma plano. Y los 70.000 pensamientos que tenemos al día son la expresión de la actividad electroquímica del encéfalo. La experimentación médica, biológica y bioquímica reafirma que la nada es lo que nos espera después de nuestro paso por la realidad material. Es la muestra evidente de que el materialismo filosófico tiene razón.
De todas formas, es indudable que las creencias son libres y pueden ser muy beneficiosas para infinidad de personas en su tránsito a la deseada vida supraterrena o a la resurrección al final de los tiempos.
El gran teólogo y filósofo San Agustín explica en su libro Confesiones en el que relata su vida el momento de la muerte de su madre Mónica y lo que sintió  y escribe: «Así, viendo que quedaba desamparado de grande consuelo como de ella recibía, mi alma estaba traspasada de dolor y pena, y parece que mi vida se despedazaba, pues la mía y la suya no hacían más que una sola». Genial descripción psicológica y filosófica de lo que representa la muerte de una madre. La brillantez intelectual del profesor de retórica que era Agustín se plasma de una forma magnífica.
Cielo, paraíso o nada pueden ser, en cierto sentido, equivalentes, ya que si una vez muertos no sentimos nada y no tenemos dolor ni sufrimiento, esto es algo que se parece bastante a la felicidad, puesto que no ser conscientes de nada es lo mismo que descansar. Es como una especie de descanso eterno pero sin sueños que podamos recordar. Puede parecer terrible, si se analiza tal cual, pero no lo es.
También es cierto que filósofos de la talla de Unamuno poseían un ansia de inmortalidad incompatible con la muerte total que su intelecto les decía que iban a sufrir para siempre. En cambio, Epicuro destacó en su enseñanza que el miedo a la muerte no tiene razón de ser.
Autoengañarse sobre las consecuencias de la muerte no tiene resultados negativos y puede ser hasta positivo  para superar mejor el proceso de morir que al final es lo más importante. De lo que se trata es de vivir al máximo para no desperdiciar ningún instante del tiempo que nos ha concedido el azar.  El valor de la vida es lo decisivo.


martes, 23 de junio de 2020

REBROTES EN ESPAÑA




El coronavirus todavía no ha sido vencido. Los 14 rebrotes en el territorio español pueden ser la punta del iceberg. Con un cinco por ciento de prevalencia o de supuesta inmunidad de toda la población parece que no es para echar las campanas al vuelo. O se extrema la prudencia, por parte de todos, o podemos volver al confinamiento en unos meses. Esperemos que no, pero nadie lo puede asegurar.
El Gobierno se plantea decretar el estado de alarma por territorios, si los rebrotes se descontrolan. Algunos dicen  que se debería confinar  a los que no usan la mascarilla obligatoria o que no se la ponen correctamente. Puede parecer excesivo, pero se trata de evitar una segunda oleada que parece probable, tal como van las cosas. Si a esto se unen los casos importados de Brasil, Bolivia y otros países es pensable que la situación se descontrole mucho en los dos próximos meses de verano.
El control de los aeropuertos debe ser más riguroso de lo que ya es. La libertad de movimientos por los países europeos supone riesgos evidentes de contagios por el coronavirus. Si aumenta mucho el número de vuelos diarios en Barajas de 100 a unos 1.200 la cantidad de turistas o viajeros a controlar hará muy difícil  que no nos veamos afectados por muchas personas contagiadas que difundan más el COVID-19 por España. No ha acabado todo. Y no sirve de nada quejarse, si vuelve a haber confinamientos en determinados territorios, por la falta de prudencia de una parte  considerable de la población.  El sentido común parece que ha sido puesto entre paréntesis. Los más de 40.000 muertos en España nos recuerdan lo que puede volver a pasar en unos meses.
En Alemania un rebrote obliga a confinar  a 360.000 personas. Es un claro aviso de lo que puede pasar en otros países europeos.  En Israel están teniendo problemas serios con el coronavirus. Además, están aumentando los rebrotes en Europa con el desconfinamiento.  Si todas las personas fueran responsables y tuvieran un comportamiento respetuoso con las normas de obligado cumplimiento esto no pasaría, pero no es así.
Si vienen muchos turistas británicos, norteamericanos, brasileños, etcétera., la situación se puede volver caótica para poder evitar la transmisión comunitaria en el plazo de semanas o meses.
El verano puede ser un caldo de cultivo ideal del COVID-19 al que parece no afectarle el calor para su infectividad o capacidad de contagio. Si más del 70% de la población no se pone la mascarilla y no respeta la distancia de seguridad, poco se puede hacer. Estamos en las manos del azar y de la suerte. Así de rotundo y claro. Es lamentable que el porcentaje de ciudadanos que si cumplen las medidas de protección tengan que verse perjudicados por los que desobedecen las normas impuestas por Sanidad.
Parece que se imponen las ganas de vivir y disfrutar a toda costa sobre la razón y la prudencia. Pero, resulta que también se puede gozar de la vida sin ser imprudente o temerario en la conducta.
Lo que hagamos de ahora en adelante tendrá sus consecuencias.  Acción y reacción.  Estamos en una especie de guerra sin cuartel contra esta pandemia. Está aumentando preocupantemente el número de contagiados y muertos por causa de este virus terrible en el mundo. Y con la globalización existente esto supone que la interacción entre las personas va a suponer hacer frente a nuevos riesgos que no se pueden eludir. Esperemos que la vacuna contra el coronavirus esté disponible en octubre con millones o cientos de millones de dosis y que nuevos medicamentos  efectivos en esta lucha aparezcan en el mercado y puedan ser recetados por los médicos.
La pandemia se está expandiendo en Latinoamérica de una manera brutal y en África las perspectivas son también negativas. No es de extrañar que la operación de paso del Estrecho se haya suspendido este verano. Porque el tránsito de más de 3 millones de personas desde Marruecos a varios países europeos a través de España es un riesgo enorme  que no se quiere correr.
En todos los países del mundo los Gobiernos deben poner en vigor normas de protección para evitar que se contagie, en unos años, una considerable parte del total de la población mundial y con el propósito de que no se produzcan muchos millones de muertes por causa de esta horrible pandemia. Dependemos, sobre todo, de la responsabilidad individual.


viernes, 19 de junio de 2020

ACADEMIA DE PLATÓN




El libro de Ramón Román Alcalá profesor de la Universidad de Córdoba titulado El enigma de la Academia de Platón es una excelente obra  que trata numerosos aspectos de la filosofía  de este gran pensador.
Platón a pesar de ser un supuesto ejemplo de pensamiento dogmático, en realidad, también dejó en suspenso muchos aspectos de su filosofía desde planteamientos escépticos, tentativos o abiertos. El libro trata también la historia de la Academia durante varios siglos hasta su final.
No cabe duda de que Platón elaboró una doctrina teórica que aunque sujeta a variaciones  poseía una estabilidad, pero no quedó inacabada a su muerte. Los sucesores de Platón desarrollaron diferentes orientaciones siguiendo al maestro. 
Desde planteamientos escépticos la herencia doctrinal platónica fue objeto de interpretaciones durante varios siglos. De todas formas, el estudio de la producción filosófica del maestro de Aristóteles nunca se detuvo.
La hipótesis del autor de este libro es que «Arcesilao, con fines dialécticos y sin deformar el pensamiento de Platón, recuperó todos aquellos elementos  escépticos  que pertenecían  a la propia tradición socrático-platónica, promoviendo  no algo original  sino dando la primacía  a uno de los innumerables rostros de Platón». Las explicaciones orales o no escritas de Platón fueron decisivas y forman parte de su doctrina, aunque sus obras escritas son las que han llegado a la actualidad.
El mismo Platón era absolutamente consciente de que su investigación filosófica dejaba muchas cuestiones abiertas a más indagaciones. Era un conocimiento en proceso. Los principios platónicos, tal como los explicaba en su magisterio directo mientras vivió, se mezclaron o combinaron con los propios de sus sucesores al frente de la Academia, aunque podían ser distinguibles o diferenciables.
La práctica del diálogo y la práctica de la dialéctica filosófica abrieron nuevos planteamientos, en el campo de la interpretación del idealismo platónico y en la libertad exegética o interpretativa, pero sin caer en contradicciones con la enseñanza platónica.
El método socrático que encaja perfectamente con el planteamiento filosófico de su discípulo Platón era muy adecuado para el desarrollo de la filosofía, ya que la utilización de la ironía  y el uso de formulaciones dubitativas hacen  avanzar el conocimiento, aunque, en un primer momento, pueda parecer que no.
La Academia fue fundada por Platón alrededor del año 387 a. C. en los jardines de Academo en Atenas. En el frontispicio de la misma se puso la siguiente inscripción: Aquí no entre nadie que no sepa geometría. O matemáticas ya que daba una enorme importancia a su estudio e investigación. También se enseñó medicina, retórica y astronomía. Es la precursora de las Universidades.
La Academia tuvo tres grandes periodos. El primero tras la muerte de Platón en el año 347 a.C.  con  Espeusipo, Xenócrates, Polemón, etcétera y que llega hasta el año 260 a.C. El segundo con la vuelta al método socrático y con planteamientos escépticos con Arcesilao y Carnéades. Y el tercero y último con Filón de Larisa y Antioco que desarrolló una actitud ecléctica junto con otros pensadores. O, expresado de otro modo, Academia antigua, media, nueva.
En el año 529 de nuestra era la Academia platónica fue clausurada por el emperador Justiniano, pero la labor realizada por la misma durante más de ochocientos años fue asombrosa y magnífica en todos los sentidos. No cabe duda de que la búsqueda de la verdad y el deseo de saber son los impulsos que han movido al mundo occidental a lo largo de la historia.
En este sentido, la tarea de Platón y la de sus continuadores fue magnífica. Además, las otras escuelas filosóficas como el escepticismo, estoicismo. eclecticismo y epicureísmo junto con otros filósofos a lo largo de los siglos fue esencial para impulsar el pensamiento crítico y también la ciencia.
Este libro de  Román Alcalá aporta profundas explicaciones sobre las discusiones doctrinales de los escépticos contra los dogmáticos en la Grecia clásica.   A la vez explicita el difícil surgimiento del escepticismo en relación con la filosofía platónica y con algunos de los filósofos posteriores a Platón. Las páginas del libro son un itinerario lleno de erudición sobre los avatares de ese periodo apasionante de la transmisión del legado filosófico de  Aristocles o Platón.
La investigación histórica, filológica y filosófica ha dado grandes resultados en relación con el conocimiento de una parte significativa de lo que ha sucedido en la Academia. Es un libro de lectura muy recomendable porque analiza  un gran número de cuestiones.


martes, 16 de junio de 2020

SEGUNDA OLA DE CORONAVIRUS




Parece que en Pekín y en otras zonas de China ha llegado la segunda oleada del Covid-19. Es para tomar nota de lo que puede pasar en unas semanas o meses en Europa y más concretamente en España. Y sin ser alarmista, ya que lo datos están sobre las mesas de los expertos. En China ya están confinadas más de 90.000 personas. Podría haber en la capital de este país asiático muchos contagios y el foco ha sido otro mercado.
Las autoridades chinas reconocen que la capacidad de propagación o infectiva es muy alta  y mayor que en Wuhan. Esperemos que en los próximos tres días se controle este brote, ya que, si no es así, está claro que las consecuencias podrían ser catastróficas para el mundo.
Tiene su origen en el mercado de Xinfadi de Pekín que  es el más grande de la ciudad y tiene una extensión equivalente a casi 160 campos de fútbol. Recibe las visitas de 15.000 personas diarias. No es extraño que los mandatarios chinos hayan entrado en una especie de actitud de guerra para controlar el rebrote. También los contagios se han extendido a otras tres provincias chinas.
No hay que olvidar que la capital china tiene más de 21  millones de habitantes y el total del país supera los 1.400 millones.  Parece que es una cepa más contagiosa que la de Wuhan, según señalan los  especialistas. Incluso desde China se dice que esta cepa  se pudo haber originado en Europa.
Por otra parte y, por si no fuera ya bastante, las autoridades de la OMS vigilan el Nipah que es un virus muy letal y  podría dar lugar a nuevas pandemias en el futuro. Ha habido casos en Malasia en 1998 y en Bangladesh en 2004. También se han producido casos humanos en la India desde 2003 hasta 2008 y, en los siguientes años hasta hoy, no se han documentado nuevos brotes. El huésped natural de este virus es un murciélago.
Ante esta situación mundial se puede confiar en la suerte y en que el azar juegue a nuestro favor o habría que seguir con las medidas de precaución recomendadas miles de veces en los medios de comunicación de una manera insistente y repetitiva. Es una cuestión de salud pública.
Los brotes de coronavirus que están apareciendo en varias partes de España son un aviso de lo que puede suceder, si no se toman todas las medidas de protección. Dependemos de la responsabilidad individual para no volver otra vez al confinamiento, en cuestión de semanas o pocos meses. Así de claro lo dicen algunos virólogos.
Y no parece, por lo que se ve en los informativos de las cadenas de televisión, que la inmensa mayoría de los ciudadanos se pongan la mascarilla y respeten la distancia de seguridad.  De poco sirve que se diga que se puede sancionar con hasta cien euros de multa y luego ante cientos de miles o millones de personas en toda España que no se ponen la mascarilla obligatoria no se haga nada.
En relación con la posibilidad de adelantar la vacuna contra la gripe para que no coincida con una posible segunda ola de la pandemia en nuestro país creo que va a ser estudiado por Sanidad, como es lógico. Si pierde eficacia la vacuna no parece conveniente.
La salud es mucho más importante que la economía, sin duda. En Brasil y en otros países parece que algunos gobernantes no piensan así. Lo de Bolsonaro es increíble. En el bello territorio brasileño están enterrando a los fallecidos por Covid-19 unos encima de otros.
Es indignante también la cantidad de muertes que se están produciendo en Estados Unidos y en el mismo Brasil. Y se observa  en las noticias como mucha gente está totalmente abandonada a su suerte en Latinoamérica y especialmente en Bolivia y en otros Estados. El azar campa a sus anchas y hace de las suyas ante la desorganización y el caos existente.
Y si pensamos en Rusia y África los datos de contagios siguen subiendo de modo preocupante y son muy elevados. Cada día en el mundo se producen 134.000 contagios más. En un planeta que cada vez está más comunicado los peligros aumentan. Y con la desescalada en Europa los riesgos se multiplican. Los contagios importados son algo a vigilar para que sean evitados. Los  movimientos de las personas en las vacaciones, en teoría, son controlables sanitariamente.

jueves, 11 de junio de 2020

NEUROÉTICA




En el libro de la profesora y filósofa Adela Cortina titulado Neuroética y neuropolítica se tratan cuestiones directamente relacionadas con la educación moral. Aunque es un libro publicado en el año 2011 su contenido sigue siendo adecuado para el entendimiento del presente y para proyectar el futuro.
Es indudable que como decía Kant «El hombre llega a serlo  por la educación, es lo que la educación le hace ser». Las ciencias experimentales que intentan explicar el funcionamiento del cerebro están en el inicio de las investigaciones de la neuroética. La plasticidad neuronal es algo comprobado y se está investigando especialmente los últimos años para saber cómo se produce. El entendimiento de las bases neuronales en la toma de decisiones y en las acciones voluntarias forma parte de un conocimiento más profundo de los mecanismos neuronales implicados en el conocimiento y en los comportamientos conscientes.
Pero la neuroética debe tener en cuenta que existen unos límites éticos en ciencia y tecnología que no tienen que invadir la libertad individual y la intimidad de las personas. En relación con el respeto a la dignidad humana escribe  Cortina que «son justamente las neurociencias las que nos darán  las bases para ese universalismo, porque nos permiten adentrarnos  en las bases cerebrales de la conducta humana, sea económica, religiosa, estética, filosófica, política o moral». Evidentemente, el relativismo ético, a mi juicio, no es admisible ya que perjudica a los demás, porque sin criterios coherentes y estables para el desarrollo de conductas los problemas se multiplican, sin soluciones racionales. Otra cuestión diferente es el relativismo cultural que es entendible.
En relación con los juicios morales me parece que es posible una convergencia entre los racionalistas y los intuicionistas. El emotivismo moral de Hume está basado en la intuición y no en la razón. Sentimos que una conducta es mala y la desaprobamos de modo inmediato sin necesidad de razonamientos. En cambio, el modelo racionalista ejemplificado, por ejemplo, por Kant está fundamentado en nuestra capacidad de juicio o en la racionalidad.
En estos momentos ya se está investigando lo que piensa una persona a partir de los registros de la actividad cerebral. La profundidad de este tipo de estudios es progresiva y se avanza de forma lenta. Una cosa son las acciones de mover miembros que se pueden estudiar en función de distintas mediciones de la actividad cerebral  y otra  saber el contenido de los pensamientos. Y esto plantea claros interrogantes éticos sobre la licitud de este tipo de investigaciones, que pueden ser abordados también por la Bioética. La distinción entre el bien y el mal según los estudios sobre el funcionamiento cerebral indican que existe una moral universal.  Y es algo que también  afirma Francisco Mora un experto en estas cuestiones.
Los juicios morales se deben basar en razones, pero también tienen que apoyarse en las emociones, ya que su combinación armoniosa es lo que dará mejores resultados. También es cierto que existen dilemas o situaciones extremas o trágicas  que superan lo común y habitual como la propia  de lo relatado en La decisión de Sofía, obligada en un campo de concentración a elegir entre sus dos hijos a cuál quiere salvar de la muerte.  
Desde la perspectiva de la existencia cotidiana valores como la atención y la estima adquieren una relevancia absoluta  y se expresan también en la obligación moral de no dañar. Pero no es suficiente con estos planteamientos, porque hace falta también solidaridad, fraternidad, justicia y verdad para que la sociedad se reconstruya desde su interior que está conformado por los individuos.
Se puede optar por el caos del individualismo egoísta o por la ética y la aplicación de leyes y normas justas.  La mejor es, sin duda, esta última.  Que el componente emocional  es decisivo en la toma de decisiones y en las conductas se pone cada vez más de manifiesto, pero no se debe olvidar que la racionalidad es fundamental para darse cuenta de una gran cantidad de aspectos que son esenciales a la hora de decidirse  en cualquier ámbito. Por eso es tan importante educar y formar en el desarrollo de las habilidades de razonamiento en la enseñanza  y también en la formación general de cualquier persona. Porque la capacidad crítica y analítica y la elaboración de  juicios junto con la lógica  son las que nos hacen verdaderamente humanos y más inteligentes y sirven para la construcción de una vida grande y plena.


TUTORIAL SOBRE HEIDEGGER

martes, 9 de junio de 2020

NUEVA EUROPA




Estamos en el inicio de una nueva época. Con la llegada de la pandemia del coronavirus los cambios se han acelerado. Los grandes avances tecnológicos y científicos están dando forma a maneras diferentes de abordar los problemas sociales. Es necesario  que los Gobiernos tomen nota de que todo es posible para garantizar el bienestar general de los ciudadanos.
Sería preciso que el tamaño de los sistemas administrativos y burocráticos sea mayor de lo que ya es. No extraña que un 27% de los jóvenes quieran ser funcionarios por la estabilidad económica que proporciona y todas las personas tendrían que tenerla, con distintos procedimientos laborales. Y esto  para  que los derechos de todos no sigan siendo algo puesto en cuestión en la realidad cotidiana, por falta de medios y personal. En la sociedad telemática o digital en la que ya estamos instalados la eficiencia puede ser mucho mayor.
Una vida digna para todos ya  no es algo utópico, porque se puede conseguir, pero es precisa una organización extraordinariamente minuciosa por parte de los Estados, en relación con el desempleo y las medidas que se tienen que tomar para que el bienestar llegue a todos los que lo necesitan, sin exclusiones ni excusas.
La pobreza sea extrema o no se puede solucionar. La voluntad de hacerlo  es lo primero y lo segundo es poner toda la carne en el asador, ya que no valen las medias tintas. Las ayudas económicas tienen que llegar a todos los que las necesiten. Da igual que sean millones de personas  en cada país. Es obligación de los Gobiernos atender sus necesidades económicas básicas de modo inmediato.
Con la revolución digital que se está produciendo las decisiones económicas se pueden acelerar y la productividad aumentar significativamente. El egoísmo y el individualismo excesivos son contraproducentes y causan problemas sociales profundos y extensos.
La creación de riqueza  es una de las claves para que Europa salga de su estancamiento y progrese mucho más. El ejemplo está en China que en unos veinte años ha conseguido ponerse a la cabeza del mundo en tecnología. Y lo ha logrado por la perseverancia y tenacidad de sus ciudadanos que se han esforzado de modo ejemplar. Inteligencia y constancia son los impulsores de una sociedad mejor en todos los sentidos.
Las libertades son otro de los frentes abiertos en Europa. No se puede vivir adecuadamente sin plena libertad. También son muy  importantes los valores éticos que actualmente en algunos ambientes están siendo sustituidos por contravalores y por el relativismo más atroz. El respeto, la disciplina, la bondad y la solidaridad deben ser las palancas que nos mueven, si no queremos que siga existiendo una sociedad europea insolidaria y violenta. Y esto es aplicable al resto del mundo.
La arbitrariedad debe desaparecer de las costumbres y de los modos de  actuar en la vida cotidiana. Sin embargo, cada vez se ven más actitudes irracionales y arbitrarias tanto en política como en otros campos. La lógica y el orden junto con la justicia social son las claves de bóveda de una  estructura  europea sólida y fuerte.
Europa es el origen de la civilización occidental, pero no debe quedarse marginada ante la irrupción del coloso chino y de otros grandes países como India. La cultura europea es el sistema de referencia universal en el ámbito de la filosofía, la literatura y de las Humanidades en general.
Una considerable parte de los inventos y descubrimientos que han transformado el mundo proceden del territorio europeo y esto debe ser destacado. Podemos estar orgullosos de ser europeos, pero ante los tremendos retos que tenemos ante nosotros es necesaria una energía  que está en nuestro interior y que es preciso desplegar con coraje y determinación.
La acción masiva es lo que nos llevará a alcanzar nuevas cotas de desarrollo y  avance en todos los aspectos. Y uno de los requisitos es la fuerza de voluntad y saber lo que deseamos para la construcción de una Europa renovada  que se sostiene en sus esencias griegas, latinas  y cristianas y que, al mismo tiempo, se moderniza a pasos agigantados para no perder las grandes ventajas de la digitalización o de los procesos telemáticos en todos los ámbitos.
Frente a la deslocalización  es posible crear nuevas empresas en cada país de la Unión Europea  que potencien las economías nacionales o estatales, con disposiciones específicas que garanticen su sostenibilidad. Todo esto que he expuesto supone una labor ingente, pero es posible.

jueves, 4 de junio de 2020

VIVIR ETERNAMENTE



En el libro de Victoria Camps titulado La búsqueda de la felicidad  la autora  que es catedrática de Filosofía moral y política de la Universidad Autónoma de Barcelona escribe sobre el sentido de la vida y acerca de la  mejor vida que podemos lograr, entre otras muchas cuestiones.
En relación con el deseo humano de una vida sin fin o eterna  escribe Nietzsche «Deberías realizar únicamente aquellos actos  de los que gustes ser autor o autora repetidas (quizá infinitas veces). Y a su vez, deberías evitar aquellas acciones con cuya reiteración no quisieras verte relacionado».
Eso sería lo que plantea el eterno retorno pero parece demasiado exigente para unos seres imperfectos como somos los seres humanos, aunque puede entenderse como un plan de acción ideal.
Realizar cosas perdurables en el tiempo es otro de los modos de alcanzar una cierta inmortalidad en la memoria colectiva o en Internet que cada vez está más omnipresente en la realidad individual y social. Esta vida terrenal  que vivimos se puede eternizar con lo que creamos y hacemos. Es indudable que la libertad y la independencia son valores irrenunciables si se quiere ser realmente feliz.
Como escribe Victoria Camps «Lo que hizo más feliz  a Montaigne fue poder encerrarse en su castillo a leer y escribir sus Ensayos». Se comprende perfectamente. El mismo Spinoza que era un pensador ateo, panteísta o materialista  considera que lo más apropiado para el ser humano es vivir con alegría y no con tristeza.  Afirma el filósofo holandés que la divinidad no es una persona sino que es idéntica a la substancia o la  naturaleza. Todo lo que produce alegría debe ser buscado desde el planteamiento  de su Ética.
Desde el utilitarismo de Mill la libertad es entendida como el  gobierno de uno mismo. Se entiende que Camps esté totalmente de acuerdo con el valor de la originalidad al igual que el filósofo inglés. Porque es cierto, como escribe la filósofa española, que «Dejarse arrastrar  por el poder de la masa  significa caer en la mediocridad imperante». Cada persona debe dirigir su vida de una manera autónoma y sin depender de modas y cambios culturales, estéticos, etcétera. Lo que no significa que cada sujeto no pueda incorporar a su proyecto vital lo que le ofrece la cultura y el ambiente de su tiempo.
Indudablemente, la limitación de la vida humana no hace posible la perfección absoluta. Todo está sujeto a los cambios que produce el fluir del tiempo. Las fatalidades son inevitables y la principal es la muerte. Bentham que es uno de los fundadores del utilitarismo  consideraba que no era suficiente con los bienes materiales  que son patrimonio de las capas sociales mejor situadas en la sociedad capitalista.
Estaba convencido de que eran necesarias reformas estructurales para que se lograra un progreso social para todos. Y esto lo decía y escribía a finales del siglo XVIII y en el primer tercio del siglo XIX.
Es curiosa la anécdota que se relata en este libro de Camps referida a Sócrates, ya que este pide una flauta para aprender un aria musical  y sus discípulos le preguntan  acerca de para qué le servirá poco antes de tomar la cicuta. Y contesta: De nada, solo para conocerla antes de morir.
En realidad, la monotonía no es algo completamente evitable en todas las circunstancias y situaciones vitales. Algo también afirmado por Bertrand Russell que escribe «hay un cierto número  de cosas buenas  que no son posibles  sino con un cierto grado de monotonía». Es evidente que los gustos se educan y si se quiere alcanzar un cierto nivel en las ciencias, las humanidades y las artes es preciso dedicar muchísimas horas a la lectura, el estudio y la investigación a lo largo de la vida para alcanzar la excelencia.
En efecto, como también dice Victoria Camps, solo llega a disfrutar leyendo quien ha leído mucho. Es verdad, por otra parte, que la capacidad de escribir proporciona inmensas satisfacciones a los autores, ya que al poder poner sobre el papel o la pantalla en blanco del ordenador las palabras se construye desde la más plena libertad lo que se quiere  decir sin limitaciones ni cortapisas y esto es  una de las acciones más  grandes en el campo de la creatividad humana. El pensamiento crítico es lo que más nos conviene para ser más felices buscando el bienestar en todos los sentidos  y valorando acertadamente el contexto.

martes, 2 de junio de 2020

EPICÚREOS



En el libro de Catherine Wilson titulado Cómo ser epicúreo esta profesora de Filosofía de la Universidad de Nueva York ofrece una extensa serie de consideraciones sobre la utilidad del epicureísmo para la vida moderna. El miedo y el temor son los enemigos de la felicidad y hacen que desaparezca la tranquilidad de la mente o del ánimo. Por tanto, la consecuencia está clara: lo fundamental es vivir sin miedo a nada y luchando por vivir una vida plena y gozosa.
También es decisivo afrontar los avatares y contratiempos de la existencia desde planteamientos positivos y descubriendo el gran valor de la resiliencia y del optimismo. Desde un enfoque filosófico la ontología epicúrea establece la existencia de átomos y vacío siguiendo el atomismo de Demócrito.
En lo referido a la causalidad Epicuro y sus seguidores insisten en la influencia del azar y en el libre albedrío humano. El hedonismo epicúreo busca que los seres humanos se libren del dolor y vivan placenteramente. La existencia virtuosa debe ser el objetivo fundamental de las personas, ya que de este modo serán realmente felices. La mesura y la serenidad se contraponen a los excesos que no son lo mejor para la vida humana.
Los hedonistas no consideran que las emociones sean perniciosas. Al contrario, están convencidos de que son generalmente buenas y positivas. Admiten un cierto relativismo desde una perspectiva más bien antropológica. Piensan que el suicidio es la supresión de la vida y lo desaconsejan a diferencia de los estoicos.
Epicuro se apartó del bullicio de la ciudad de Atenas y vivió de un modo bucólico alejado del mundanal ruido. Como escribe Wilson «Su escuela de filosofía estaba en un jardín (en realidad, una arboleda), que se cree se hallaba situada extramuros de la ciudad, y en ella se debatía de  filosofía, se comía y se escribían libros y cartas».
En relación con el  sufrimiento los epicúreos piensan que  es minimizable, lo que es un buen planteamiento que está en concordancia con los procedimientos médicos de la medicina contemporánea.  
Respecto a la felicidad Epicuro está convencido de que consiste en estar libre de ansiedad y miedo. Se reafirma el valor de la alegría y la satisfacción y también del entusiasmo. En cambio, para los estoicos se es feliz sin tener ningún trastorno emocional.
En cuanto a la educación los epicúreos luchan contra la superstición. Porque el conocimiento es útil y es fuente de placer intelectual que es el más elevado. Sobre el valor de las emociones que son esenciales en las decisiones que tomamos en la vida Catherine Wilson escribe que «Reprimir las emociones es perder consciencia del mundo y conexión con él».
En relación con la muerte la ética helenística epicúrea es muy clara, ya que afirma con rotundidad que no existe nada después de morir. Es una especie de dormir eterno pero sin sueños y sin ningún tipo de consciencia o de inconsciencia.
Desaparecemos físicamente para siempre. Al igual que las plantas desaparecen o los animales mueren sin más, sin pasar a otra vida. La clave es, en consecuencia, vivir al máximo sabiendo que unas generaciones suceden a otras y que en la vida todo se repite, aunque el desarrollo de la experiencia de vivir sea apasionante en sí misma, precisamente, por su brevedad y finitud. Según la filosofía epicúrea  los dioses, si existen, no se preocupan de la humanidad y son ajenos a ella.
Aunque la mayor parte de los escritos originales de Epicuro se han perdido se pueden recuperar parte de ellos al poder ser restaurados hasta ser legibles a pesar de la erupción del Vesubio en el año 79.
Los epicúreos pensaban que siempre existió algo desde un planteamiento cosmológico. Sería como el precursor de la materia. Actualmente, como también dice Wilson «nos hablan de fluctuaciones de partículas virtuales, apareciendo y desapareciendo en el vacío cuántico, que dieron lugar al espacio, el tiempo y la materia».
Epicuro no creía en el destino, ya que confiaba en el poder de la libertad humana. En este sentido, es una ética  que  no es fatalista o pesimista y que apoya las actitudes valientes y también el coraje ante los desafíos de la existencia. Anima a luchar por lo que queremos, ya que no hay nada que perder y mucho que ganar. La pasividad y  el desaliento no forman parte del estilo de vida de los seguidores de este filósofo helenístico que tuvo en cuenta las enseñanzas de Aristóteles.