Ciertamente, el
filósofo Karl Popper que murió a los 92
años en 1994 dejó un gran legado con sus libros y con su enseñanza. En la obra
Sociedad abierta, universo abierto el periodista Franz Kreuzer pregunta al pensador austríaco sobre
numerosas cuestiones relacionadas directamente con sus análisis sobre los planteamientos de diversas
corrientes filosóficas y de otros pensadores.
Es lo contrario de un
pensador dogmático. Está abierto a la duda y confía en lo que podemos hacer en
el futuro, aunque es consciente de que, tal vez, las dificultades pueden ser
muy grandes. Esto no significa que no sean superables. Popper no está de
acuerdo con creer que todo está mal. Reivindica el valor de las teorías en
ciencia y de forma general en el saber y en la vida y la política.
Advierte de la
inseguridad característica de todo y fundamentalmente de la vida y la realidad
humana. Escribe que «Los errores son
inevitables. Lo importante es que aprendamos de ellos». Se muestra, por tanto, muy coherente en sus
apreciaciones y en sus valoraciones acerca de lo que sucede en la vida
cotidiana y en el campo de la ciencia y de la técnica. Pone de relieve que las
teorías son intentos de solucionar problemas. Criticó el neopositivismo del
Círculo de Viena. Puso sobre la mesa el falsacionismo que es una de sus grandes
aportaciones a la filosofía de la ciencia. Reafirmó el falibilismo
metodológico, lo que supone admitir que podemos tener razón o no y que el
principio de discusión racional es esencial para aproximarnos a la verdad.
Todo esto confirma que el carácter problemático de la ciencia es
consustancial a la misma. No está de acuerdo con el esencialismo que considera
que es posible una descripción exhaustiva del mundo. En la obra La
sociedad abierta y sus enemigos Popper aplica sus planteamientos acerca de la
ciencia a la historia y a la evolución de la propia filosofía a lo a lo largo
de los siglos. Se opone frontalmente al totalitarismo o al autoritarismo de una
manera rotunda.
Aunque critica al marxismo también
reconoce las buenas intenciones de Marx que se concretan en querer acabar con
la explotación de los hombres en el trabajo. Aprecia y valora enormemente la
función de la sociología para el entendimiento de los cambios sociales, de la
estructura social y de otras cuestiones vinculadas a las relaciones grupales.
Es partidario de una interpretación de la historia del pensamiento político
característica de la generación de Pericles basada en la argumentación y la discusión
y en los procedimientos democráticos frente a la rigidez de la utopía política
de Platón y a la mesocracia de Aristóteles. De hecho, Popper se identifica con
la forma de hacer filosofía política de Sócrates y con el pensamiento de Demócrito. Rechaza el historicismo y el esencialismo en el ámbito de la teoría
política a la que pueden ser adscritos
Platón y Hegel.
Evidentemente, Popper muestra su deseo
de conciliar planteamientos propios de las democracias liberales y afirma con
decisión la libertad como valor fundamental, tanto en el campo de la ética como
en el de la política. La tolerancia y la responsabilidad intelectual siempre
estuvieron presentes en su mente. No en
vano dedicó una conferencia en Tubinga a Leopoldo Lucas que fue un sabio y un historiador que
«en su tolerancia y humanidad, fue
víctima de la intolerancia y la inhumanidad». Se refiere a su terrible destino en un campo de
concentración de la Segunda Guerra Mundial. Murió asesinado junto con su esposa
en 1944 por la barbarie nazi.
Los grados de tolerancia y libertad
son variables, pero estos valores éticos deben ser respetados al máximo, si no
se quiere caer en un desprecio de los derechos humanos que nos conduce a la
maldad más absoluta. Popper apela a lo que escribió Voltaire sobre la
intolerancia y el fanatismo rechazando las actitudes fanáticas e
intransigentes. La afirmación de la libertad de investigación es uno de los
principios fundamentales de todo intelectual.
Considera que el pluralismo crítico es
mucho mejor que el relativismo que no deja ningún punto de apoyo y lo niega
todo al ignorar la verdad. La ignorancia es otro de los males que es preciso
hacer que vaya desapareciendo al poner los medios para saber o conocer. Para
Popper las teorías de la gravitación de Newton y Einstein son conjeturales pero
son saber que se aproxima a la verdad.