Una explicación de la filosofía de este pensador idealista genial
que fue Schelling requeriría muchísimas páginas. En este artículo expongo
algunas cuestiones y rasgos de su pensamiento. Comienzo con una breve
explicación de algunos de los hitos de su vida.
Nació en Alemania en
1775 y falleció en Suiza en 1854. En 1798, a los 23 años, fue nombrado profesor
de la Universidad de Jena, ya que fue un
niño prodigio de la filosofía. Unos años antes se había formado en el Seminario
de Tubinga en el que tuvo de compañeros a Hegel y Hölderlin. Siguió enseñando
en varias universidades alemanas. En 1841 fue llamado para suceder a Hegel en
la cátedra de Berlín. Y formó parte de
la reacción crítica contra la filosofía de la razón o negativa de Hegel.
En 1847 interrumpió
sus cursos públicos por motivos de salud. Escribió y publicó un buen número de
tratados filosóficos ya desde su juventud. Se interesó especialmente por la
naturaleza y el arte. En sus primeros escritos se nota la influencia de Fichte
otro gran filósofo idealista. Schelling elaboró
el concepto de lo infinito que
para él es absoluta identidad de sujeto y objeto, de espíritu y naturaleza.
En su libro de 1797
titulado Ideas para una filosofía de la naturaleza Schelling parte del fenómeno
de la combustión que había sido descubierto en 1783 por Lavoiser y que
convierte en falsa la teoría del flogisto y del conocimiento de lo natural
y de la experiencia de la realidad
empírica. Considera que la vida inorgánica también está dotada de organización
y evolución. Reconoce el valor de la naturaleza que se transforma en espíritu.
En su filosofía
trascendental del año 1800 muestra con desarrollos explicativos como el
espíritu se resuelve en la naturaleza. Su obra Sistema del idealismo
trascendental es una de sus obras filosóficas
más brillantes por la gran profundidad de sus reflexiones. Algo, por
otra parte, característico de su producción filosófica.
Schelling escribe en
relación con su filosofía del arte que «el universo está en Dios como
absoluta obra de arte y como eterna belleza». En la parte final de su vida afirma
la autonomía de la realidad en contra del racionalismo o idealismo absoluto de
Hegel. Es la filosofía positiva.
De todas maneras,
siempre tiene en su mente un principio del romanticismo de su juventud y es el
reconocimiento de lo infinito que se manifiesta en el orden progresivo de la
naturaleza y la historia y que es un
indudable nexo de unión con Fichte y Hegel.
De lo que escribe el
profesor Fernando Pérez-Borbujo en su libro Schelling el sistema de la
libertad se deduce que el pensador
alemán afirma la razón con el ejercicio
de la capacidad de elegir o de ser libres, pero como una evolución hacia una
metáfora de la voluntad.
En relación con las
etapas de la filosofía de Schelling son una clara muestra de cómo fue cambiando
su pensamiento desde la juventud hasta la vejez. En la primera etapa está
influido por Fichte que fue uno de los grandes impulsores y creadores del
idealismo alemán. De este periodo es el libro de Schelling Del Yo como principio de la filosofía que es
del año 1796.
En la segunda etapa
elabora la filosofía de la naturaleza y trascendental. La tercera fase o etapa
es la de la identidad que llega hasta 1809 con su libro Investigaciones
filosóficas sobre la esencia de la libertad humana y sus objetos. La cuarta
fase está explicitada por su obra Las edades del mundo desde 1811. Y en la quinta fase construye su filosofía
positiva que valora lo mundano y la realidad material frente al idealismo
hegeliano exclusivamente basado en la razón.
Cuando Schelling llegó
a Berlín, por iniciativa del rey Federico Guillermo IV, con el fin de eliminar
la «simiente del dragón del panteísmo hegeliano» en su primera lección universitaria en esta ciudad ante un
nutrido auditorio de más de 500 personas, el 15 de noviembre del año 1841,
ofreció su filosofía como una alternativa madura y más amplia que la de su
compañero de Tubinga.
Al principio de la
misma dijo: «Si no estuviera yo profundamente convencido de que puedo
prestar con mi presencia aquí un servicio fundamental a la filosofía, más aún,
un servicio mayor que cualquier otro prestado hasta este momento, no me
encontraría ahora delante de ustedes». Es una muestra clara y contundente
del carácter y talante de este filósofo. Su filosofía está abierta para todos
los que lo leen y piensan con él a través del tiempo.
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