Los principios de la
Institución Libre de Enseñanza son un claro ejemplo de la importancia de la
libertad de cátedra y de una formación libre de dogmatismos y basada en la
crítica de ideas.
Uno de los creadores
de esta institución educativa que fue Giner de los Ríos escribe que está en
contra del «sistema memorista, mecánico, dirigido a nuestras facultades
inferiores, para las cuales se digna promulgar
en solemne revelación académica la verdad, oficialmente averiguada y
definida, librándonos de aquel trabajo
de buscarla por nosotros mismos, que
Lessing reputaba el más característico
de seres racionales».
Debe haber un sentido
activo de búsqueda del saber o del conocimiento por parte de los estudiantes.
El método socrático y la intuición son formas muy apropiadas que propician la
espontaneidad y la creatividad de los alumnos. Ya que estos no son un depósito
de conocimientos sino que deben ser sujetos activos de su aprendizaje.
Investigando, dudando,
criticando ideas, cuestionando planteamientos, argumentando de modo coherente y
lógico, etcétera. Intentando autoaprender también con la indispensable
orientación y apoyo de los profesores.
Existe una continuidad
en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es cierto que en función del nivel
cognitivo y de las diferentes edades los contenidos deben ajustarse a las
habilidades y capacidades intelectuales características de cada periodo del desarrollo mental de los alumnos.
Lo que no significa
que no pueda pensarse en una escuela o educación unificada que comprenda las
necesidades de los niños, adolescentes y adultos en su proceso de formación
reglada.
La Institución Libre
de Enseñanza era partidaria de una escuela mixta, porque se pensaba que favorecía
mejor la conquista de la igualdad de género real y no solamente sobre el papel
o en teoría. En definitiva, la coeducación era ya en aquellos tiempos una forma
de impulsar de modo rotundo los derechos de la mujer en el último tercio del
siglo XIX y en la primera parte del siglo XX.
Ciertamente se abrió la senda de
la igualdad del hombre y la mujer a través de la educación compartida.
Si se piensa en una
serie de hábitos que promueven la creatividad en la educación cabe pensar en la capacidad crítica, actitud emprendedora, creatividad y
desarrollo o potenciación de la imaginación.
La curiosidad puede ser la
auténtica motivación que sostiene la pasión por saber o por conocer.
Indudablemente tanto
las investigaciones del profesor Eisner de la Universidad de Stanford como la
teoría de las inteligencias múltiples de Gardner ponen de manifiesto que el
estudio y aprendizaje de las artes potencia la sensibilidad y favorece el mayor
desarrollo de destrezas y habilidades. Y esto es aplicable también de forma
general a todas las Humanidades. La filosofía, la música, el latín y el griego,
la historia, etcétera., son campos del conocimiento que son un arte o se
interesan por el mismo. Y permiten fomentar la perseverancia y la capacidad de
afrontar lo inesperado y también el poder
de la improvisación, si es necesario. Este tipo de materias muestran
múltiples perspectivas o posibilidades del mundo en el que estamos inmersos.
Enseñan también que
con esfuerzo continuado se puede lograr mucho más de lo que a priori se puede
pensar. Además, en todo proceso educativo se pone de relieve que puede haber
varias o múltiples soluciones para un problema, en muchos casos. Tanto el
pensamiento convergente como el divergente son útiles y necesarios, según las
situaciones.
Aplicando
procedimientos como los ya explicados se requiere por parte de los estudiantes una actitud activa en su aprendizaje. Y si además el hábito
lector se refuerza y consolida lo demás no suele plantear problemas serios, ya
que con constancia y dedicación las metas del aprendizaje pueden ser superadas, de forma general, y sin excesivo
esfuerzo.
La motivación intrínseca
es la realmente más útil, ya que supone la persecución de un propósito,
intención o finalidad y mueve a ser
mejores. La búsqueda de la excelencia es lo deseable en todos los aspectos. Y esto en la enseñanza
es uno de los principios a tener en
consideración.
Indudablemente, el
refuerzo educativo o el apoyo a los alumnos con más dificultades de comprensión
es una de las tareas más importantes en una enseñanza inclusiva y que promueve
que todos los alumnos alcancen una formación adecuada. Actualmente, con los
medios digitales se abren nuevas
posibilidades para la enseñanza. Sin
olvidar que la lectura y la escritura son la base del aprendizaje.
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