Publico artículos sobre cuestiones filosóficas y también sobre temas de interés general. Soy profesor de Filosofía, escritor y filósofo. Invito a los que lo deseen a visitar mi canal de Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCcUgQXHBUIwjdluJYOHEpEA Libros de los que soy autor: Ensayos filosóficos, Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri, Diversa realidad y Perspectivas en Amazon y José Gaos y la filosofía coetánea, etcétera.
viernes, 31 de mayo de 2019
jueves, 30 de mayo de 2019
KELSEN Y LA CONSTITUCIÓN
Hans Kelsen fue un
gran jurista y filósofo austríaco. Nació
en 1881 y dejó este mundo en 1973. En su libro ¿Quién debe ser el defensor de
la Constitución? publicado en 1931 expone sus análisis y reflexiones sobre la
garantía del orden constitucional con consideraciones jurídicas y políticas muy
profundas y argumentadas. En el pensamiento filosófico y político de Kelsen que
es muy original están presentes las influencias de Kant, Hume, Bentham, Austin
y Bobbio, pero como sustrato sobre el que construye su propia teoría política.
Sus planteamientos jurídicos siguen siendo actuales, porque se dirigen a
defender la estructura del poder democrático en los Estados políticos. Y esto
se logra haciendo cumplir el ordenamiento constitucional. Para Kelsen es
evidente que la Constitución de un Estado es el documento legal supremo y esto
no admite dudas. En la denominada pirámide de Kelsen la parte más alta está
representada por la Carta Magna.
Afirma Kelsen que «Como toda norma, también la Constitución puede ser violada
sólo por aquellos que deben cumplirla». Creó la teoría pura del Derecho.
Además fue también el que impulsó con sus escritos y su doctrina el Tribunal
Constitucional de Austria en 1920. En su libro sobre la defensa de la Constitución
considera que este tribunal no toma parte ni a favor del Parlamento ni del
Gobierno. Simplemente defiende la legalidad vigente a todos los efectos y con
todas las consecuencias.
El propio Kelsen
indica que el parlamentarismo es bueno en sí mismo, porque ejerce funciones
necesarias en el ámbito democrático de la representación de los ciudadanos de
cada país o Estado. Y escribe que es «como un compromiso entre la exigencia
democrática de la libertad y el principio diferencial del trabajo que
condiciona todo progreso de la técnica social». Es cierto que a partir de la Edad
Moderna los Estados que se han formado como entidades políticas independientes
son democracias representativas y no es posible que puedan ser directas por la
cantidad de ciudadanos, ya que la época de la democracia directa es la de la
Atenas de Pericles, Sócrates, Platón y Aristóteles. La división de funciones y
tareas políticas es imprescindible en las sociedades políticas contemporáneas.
Según Kelsen en el
derecho positivo lo que vale y es realmente correcto es pensar y comportarse en
el marco de lo permitido por las leyes o normas. En el ámbito jurídico se está
en directa relación con los acontecimientos fácticos y la significación de los mismos está en
función del ordenamiento legal en el que
se realizan los comportamientos o los actos de las personas, colectivos,
etcétera. El derecho para Kelsen es un sistema de normas que regula el
comportamiento.
Kelsen establece muy
claramente en sus escritos que el cambio de los artículos constitucionales debe
requerir unos requisitos duros de lograr. La finalidad es evitar que se cambie
el texto constitucional de forma fácil y se cree inseguridad jurídica y
política en un Estado. Además, es evidente que el acuerdo muy mayoritario debe
ser uno de los principios sustentadores de los derechos y deberes
constitucionales, si se pretende sustituirlos por otros diferentes o
suprimirlos. En este orden de cosas el garantismo planteado por Kelsen y otros
muchos juristas y filósofos políticos parece lo más apropiado desde la
perspectiva del interés general o del bien común.
En el caso del juicio
a la rebelión o secesión de los acusados por la celebración del referéndum
ilegal en Cataluña es entendible que una vez vistas y analizadas las pruebas
ofrecidas por los videos y los testimonios no quede duda de que se usó la violencia para
crear una república catalana independiente. Al menos eso se deduce claramente
del sumario y de las pruebas aportadas.
Se ha violado o
incumplido la Constitución española de forma flagrante e indiscutible y esto no
puede ser objeto de discusión, porque la cantidad de pruebas es aplastante.
Como es lógico existe
la presunción de inocencia, pero, a mi juicio, las pruebas son abrumadoras y no
dejan ningún resquicio para la absolución. De todas formas la sentencia le
corresponde dictarla al Tribunal Supremo. Y sea la que sea yo la respetaré. Además los
derechos procesales de los acusados se han respetado exquisitamente por parte
de los jueces de este alto tribunal del Estado. En relación con la existencia
de presos políticos no es verdad que los políticos catalanes independentistas
lo sean. Se aplica el derecho.
miércoles, 29 de mayo de 2019
martes, 28 de mayo de 2019
REALISMO POLÍTICO DE MAQUIAVELO
No cabe duda de que
Nicolás Maquiavelo inicia un planteamiento político que puede ser denominado
como realista. Siente profundamente la necesidad de que exista un poder
centralizado fuerte y también considera imprescindible que se forme en la
península itálica un Estado nación.
La apasionante vida de
Maquiavelo transcurre desde 1469 hasta su fallecimiento en el año 1527. Este
pensador y político florentino es indudablemente uno de los creadores de las
concepciones políticas modernas.
A diferencia de la corriente
crítica del pensamiento utópico representada por filósofos como Tomás Moro con
su libro Utopía y por otros pensadores Maquiavelo no se centra en el deber ser
ético sino en el ser de la realidad práctica cotidiana y en el ejercicio real
de la política de su tiempo.
En su obra o libro
fundamental que es El Príncipe piensa o reflexiona acerca de los
comportamientos o conductas de los gobernantes para mantenerse en el poder o
alcanzarlo. Uno de los modelos como gobernante es el rey Fernando el Católico ya que supo unificar España, entre otras
cosas.
A Maquiavelo no le
interesa escribir un tratado sobre
teoría política, ya que no es el tema que quiere desarrollar con su escritura.
Sobre las diferentes formas de gobierno y los diversos conceptos de poder pudo
explayarse en otros escritos y cartas.
La propia realidad es
lo que ocupa el interés de Maquiavelo y sobre lo que quiere discurrir. Era un
extraordinario observador de la naturaleza humana. Se puede decir que era un
político muy perspicaz y agudo. Destaca especialmente por su gran capacidad
para conocer la psicología de las personas.
Estaba convencido de
la utilidad de la forma de gobierno republicana, aunque también consideraba que
en situaciones excepcionales como la que se vivía en su época podía ser
necesario que hubiera monarcas fuertes que impusieran el orden en una península
itálica dividida política y territorialmente.
No tiene ninguna duda
de que para mantenerse en el poder un gobernante es absolutamente indispensable
tener en cuenta la maldad intrínseca humana, ya que, si se obvia esto, se está
condenando inexorablemente al fracaso en política. Así de rotundo se expresa Maquiavelo. No hay que olvidar que
la situación social, política y religiosa en la que vivió este pensador
florentino fue muy convulsa. Conoció de cerca numerosas intrigas políticas,
traiciones, etcétera. No en vano fue embajador de Florencia y secretario del
gobierno florentino.
Los Estados de España
y Francia son los grandes ejemplos de naciones unificadas que sirvieron de modelo
para Maquiavelo. Frente al conjunto de
repúblicas independientes y desunidas de su tiempo veía la necesidad de una
Italia unida y fuerte con el poder de un solo gobernante. Y consideraba que el
gran impedimento para la unión de las mismas era el Estado pontificio. Y
escribe al respecto lo siguiente: «La única causa de que Italia no se
encuentre en el mismo caso, de que no tenga una sola república o un solo
príncipe, es la Iglesia».
Ciertamente en El
Príncipe afirmó que el gobernante está por encima de las leyes y que precisa de
cálculo y violencia. En este sentido, Maquiavelo está seguro de que el temor o
el miedo mantiene el poder, aunque reconoce que lo mejor y más deseable es que
los dirigentes políticos sean apreciados y respetados por los súbditos o
ciudadanos. No pone en cuestión que es un valor esencial la libertad del pueblo
y se muestra defensor del republicanismo.
Como escribe Maurizio
Viroli biógrafo de este genio del Renacimiento: «Maquiavelo simplemente observa que
hay circunstancias excepcionales en las que los príncipes pueden verse
obligados a ser traicioneros, crueles, infieles». No se puede comparar lo que sucedía
en su época con guerras continuas en Europa con lo que ocurre actualmente en
Eurasia.
No estaba a favor de
ningún tipo de dictadura, pero si pensaba que los Estados tenían que ser
fuertes y estar bien organizados y dirigidos. La finalidad última es el bien
común que garantiza a la vez la continuidad en el ejercicio del poder.
El gobernante debe ser
un gran organizador y saber prever las consecuencias probables de sus
decisiones políticas. Consecuentemente debe actuar con prudencia y astucia en
su persecución del bien general de todos. Pensó que César Borgia era capaz de
lograr la unidad de Italia y se equivocó. La situación política variaba de modo
tremendo en cuestión de años y no se podía predecir.
lunes, 27 de mayo de 2019
domingo, 26 de mayo de 2019
sábado, 25 de mayo de 2019
viernes, 24 de mayo de 2019
jueves, 23 de mayo de 2019
SENTIDO DE LA VIDA
En el libro El sentido
de la vida de Gustavo Bueno se plantean numerosas cuestiones que conforman un
sólido y extenso tratado de filosofía moral.
A través de la profundísima crítica y de los detallados análisis del
fundador del materialismo filosófico nos adentramos en el conocimiento mundano
y científico de la moralidad y también en las explicaciones acerca del
concepto de Espacio Antropológico y en la idea de persona y el concepto de individuo.
Puesto que las
relaciones interpersonales y la convivencia son parte indispensable de la
existencia, ya que el hombre no debe vivir aislado del mundo o de la realidad
en la que, sin duda, está integrado, porque es un ser real. Lo antropológico es
lo humano y no lo animal o lo cósico y natural. Bueno también analiza la
libertad y los derechos humanos desde la perspectiva materialista que
contradice o niega rotundamente la justificación de los planteamientos
espiritualistas o idealistas en cuanto a su fundamentación efectiva.
Realmente en este
libro de Bueno no se pretende la fijación de una idea predeterminada del
sentido humano de la existencia. Porque es una tarea que debe llevar a cabo
cada persona en el transcurso de su vida. Este gran filósofo explica que cada
ser humano «Puede explorar en la dirección de su propio sendero, evitando
que se extravíe por otros». De todas maneras es evidente que lo
mejor y más adecuado es que cada individuo o sujeto explore por su propia
cuenta el significado o los significados que quiere dar a su existencia. Y en
esto representan un papel primordial la libertad y los deseos y aspiraciones de
cada persona.
En relación con la
búsqueda del sentido de la vida Bueno está convencido de que se puede encontrar
en el plano fenoménico o material del mismo discurrir existencial de cada
persona. Esto causa un cierto nivel de incertidumbre o inseguridad, porque no
existe un sentido o una multiplicidad de significaciones o sentidos a priori.
Lo que produce una indudable sensación de que existe una cierta complejidad, puesto
que la vida puede tener múltiples sentidos que se hallan con el paso del tiempo
y con la experiencia vital resultante.
Otra cuestión decisiva
es que las personas, según Gustavo
Bueno, deben analizar con suma precisión y de modo riguroso los propósitos o
fines de su vida para no confundirse y emprender caminos equivocados. El uso de
la razón y la consideración de las circunstancias vitales son fundamentales para la correcta dirección
de los proyectos de cada sujeto.
Y es cierto que la
construcción de la orientación o el sentido no siempre es suave y armónica como
también pone de manifiesto Gustavo Bueno. Ya que puede haber conflictos y
problemas de todo tipo. Es algo consustancial a la propia realidad del mundo.
La vida es procesual y
dialéctica y en este planteamiento se puede poner de relieve lo que también
decía Ortega y Gasset y Julián Marías acerca de la capacidad de elegir de cada
hombre o mujer. En efecto, no podemos dejar de elegir, ya que si no lo hacemos
estamos eligiendo también.
Y los proyectos,
actividades y decisiones que no se toman es porque no se pueden elegir a la vez
todas las posibilidades: son innumerables y marcan la finitud y la limitación
de la existencia humana. Lo que no se hace expresa el campo de libertad y simultáneamente también
define el sentido de la vida para cada sujeto determinado. Puesto que no se
delimita únicamente a través de decisiones reales y efectivas. Lo no escogido
indica el camino a seguir, al menos, en parte.
De este modo,
desaparece la objetividad del sentido de la vida. En realidad, existen tantos
sentidos como personas. Lo que ocurre es que la aplicación de la capacidad
crítica, del juicio y la argumentación racional clarifica el sentido de la vida
en función de las pasiones e intereses de cada individuo. Porque racionalidad y emoción no son
antitéticos como se suele pensar, ya que están integrados en la inteligencia
humana. Es el intelecto sentiente explicitado por Zubiri en su magistral
trilogía.
Por tanto, la subjetividad del sentido responde a los
criterios y modos de vida de cada persona. La gran diversidad de costumbres,
actitudes, formas de ser, etcétera., producen una inmensa variedad de sentidos
de la vida. Lo fundamental desde un enfoque materialista y racional es pensar
sobre el proceso vital.
miércoles, 22 de mayo de 2019
martes, 21 de mayo de 2019
BAYLE Y LA LIBERTAD
Es un filósofo francés
que destacó por su capacidad crítica, ingenio y erudición. Nació en 1647 y
falleció de tuberculosis en el año 1706 a la edad de 59 años. Ya desde niño se
formó con la lectura de los autores griegos y latinos y de este modo aprendió
las lenguas clásicas. Fue siempre un gran lector. A los 28 años comenzó a ser
profesor más concretamente el 11 de noviembre de 1675. Dedicaba cinco horas
diarias a sus clases y tuvo que componer un Curso que era, en realidad, una
especie de libro de texto para sus estudiantes. Fue un excelente profesor de
filosofía.
Fue acumulando más
conocimientos a lo largo de su trayectoria vital y al disponer de una
extraordinaria tenacidad consiguió convertirse en un gran sabio o erudito. Su
obra principal es el Diccionario histórico y crítico de 1697. Fue perseguido
injustamente por sus ideas políticas y religiosas y fue obligado a abandonar su
patria. Bayle insistía con razones de peso en el origen puramente
convencional de muchos hábitos y
costumbres de su tiempo.
No cabe duda de que
estaba convencido de que la razón sirve más para destruir prejuicios o falsas
ideas que para construir sistemas. Dudaba acerca de numerosas cuestiones, pero
utilizaba su potencia de juzgar para ser coherente y buscar la verdad. Decía Bayle que
«No hay nada más insensato que razonar contra los hechos». No construyó ningún
sistema filosófico y desarrolló un pensamiento crítico y escéptico con una
actitud ecléctica. Quiso sustentar su pensamiento en la verdad y en la libertad
de conciencia, pensamiento y expresión. En definitiva, siendo tolerante y
razonando en profundidad sobre la realidad y lo humano.
En algunos de sus escritos, por
ejemplo en La católica Francia bajo el reinado de Luis el Grande, defiende con
poderosos argumentos la tolerancia basándose en los derechos de la conciencia.
También describe de forma muy realista
los horrores de la persecución por causa de la Inquisición. Y escribe al
respecto lo siguiente: «Dios nos guarde de la inquisición protestante; dentro
de cinco o seis años será tan terrible que suspiraremos por la romana como por
un bien». Y esto lo comenta en 1689.
A juicio de Pedro Bayle es evidente
que la moral es una parte de la filosofía esencial, ya que trata de los
comportamientos correctos y buenos y de los negativos ya que estos son los que producen consecuencias en la
vida cotidiana de los seres humanos. Considera, acertadamente, que el ateísmo
no se opone a la ética, porque ésta se encuentra en otro plano de análisis
superior, incluso por encima de la misma religión. Lo que no significa que
Bayle no valore los principios religiosos como similares, en cierto sentido, a
los morales. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la ley natural y la razón y
la conciencia son más que suficientes para que se necesite de la fundamentación
de la doctrina religiosa o teológica en el ámbito de la ética o de la moral.
Como escribe Bayle «La idea particular
de cada hombre es lo que constituye en cada uno su verdad». Y tiene razón. No
se puede justificar ningún tipo de fanatismo o imposición en el campo de lo
humano y tampoco en el ámbito religioso.
Si bien nuestro pensador está de
acuerdo con muchos planteamientos del racionalismo de forma general es evidente
también que en moral afirma el estricto poder de la racionalidad a la hora de
actuar o comportarse. Como comenta Julián Arroyo Pomeda: «Bayle realiza una
firme defensa de la conducta autónoma». Y está claro que no se puede dejar de
seguir los dictámenes de la conciencia personal. Esto es aplicable también a
los tiempos actuales. La fuerza de la razón y de la ley y la libertad cívica no
puede ser oprimida por la fuerza de la violencia.
Bayle habla del ateo honesto como una
expresión también de los derechos de la conciencia. Cada individuo genera su
propia conducta y si se ajusta a derecho es completamente libre de seguir con
su comportamiento. El caso de Tomás Moro es paradigmático al respecto. Quiso
más morir y afrontar con dignidad la decapitación que renunciar a la libertad de su conciencia
moral y a lo que consideraba que era justo. Bayle con sus escritos también
polemiza y discute con otros sabios de su época exponiendo sus argumentos con
rigor.
lunes, 20 de mayo de 2019
domingo, 19 de mayo de 2019
sábado, 18 de mayo de 2019
viernes, 17 de mayo de 2019
jueves, 16 de mayo de 2019
FILOSOFÍA DE LA TÉCNICA
La tercera edición
corregida y aumentada del libro de Félix Duque titulado Filosofía de la técnica
de la naturaleza está ya publicada. Es una obra o un tratado monumental y amplio de más de 500 páginas en las que este
filósofo realiza un recorrido a través
de la historia de la humanidad y de los procesos culturales. Se entiende
perfectamente que Duque esté convencido de que este libro podría haberse
llamado también Ensayo sobre la materialización de las Ideas.
Félix Duque es
Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y posee un gran prestigio
académico por su labor profesoral y por sus obras filosóficas. Nació en 1943 en Madrid.
Entre sus libros se
pueden citar algunos como, por ejemplo, Historia de la filosofía moderna. La
era de la crítica y Filosofía para el fin de los tiempos, La fuerza de la
razón. Invitación a la lectura de la “Crítica de la razón pura” de Kant,
etcétera. Es un gran especialista en el idealismo alemán, especialmente en
Hegel y Kant. Sus comentarios a la Ciencia de la Lógica y su traducción de la
misma son un hito más de su producción escrita como filósofo de primera línea.
A lo largo de la
Filosofía de la técnica de la naturaleza Félix Duque muestra una inmensa
erudición en el desarrollo de sus análisis y explicaciones. Es una especie de
tratado de antropología y, en cierto sentido, de filosofía de la historia
también. Desde una actitud crítica y con una precisión, rigurosidad y
minuciosidad digna de alabanza expone sus planteamientos acerca de las
transformaciones materiales y su influencia decisiva en el surgimiento de las
ideas y de las ideologías y estructuras sociales y políticas. Una de las
grandes virtudes o cualidades de la escritura filosófica de Duque es, a mi
juicio, la capacidad de establecer conexiones entre múltiples aspectos de la
técnica y la tecnología en relación directa o indirecta con los modos de vida y las realidades
históricas.
Escribe Duque sobre
nuestra actualidad lo siguiente: «Es tan solo en nuestra época cuando
tiende a cerrarse el desequilibrio entre reproducción e invención, mediante el
establecimiento planificado de instituciones científicas. Sería anacrónico
proyectar nuestro estadio natural sobre los anteriores». Es cierto, frente a la falta de consideración o
desprestigio de la técnica, por ejemplo,
en el primer tercio del siglo XIX en Alemania las cosas han cambiado de modo
radical afortunadamente. Como se sabe Humboldt en la Universidad de Berlín
fundada en 1812 prohíbe de forma contundente la enseñanza técnica. De todas
maneras, también es verdad que ya en el idealismo absoluto de Hegel aparece la
idea de dirección que presupone planteamientos o nociones de control, ordenación y planificación y que son
el antecedente de la sociedad de la información o digital de los siglos XX y
XXI.
La historicidad de los
seres humanos es una de las constantes de cualquier investigación antropológica
o histórica que se realice. Según Félix Duque
el origen no es sino que acontece históricamente. Y las conexiones entre
los mitos y las interpretaciones vinculadas a la técnica y lo natural son la
tarea de los filósofos, antropólogos e historiadores. La naturaleza inquisitiva
de los individuos es la expresión de asombro ante la realidad en su pluralidad
y multiplicidad enorme.
En su libro Félix
Duque habla del sentido de la técnica natural o de la naturaleza cibernética,
la globalización, el terrorismo, Internet y otras numerosas cuestiones. Y lo
hace con una riqueza conceptual y analítica abrumadora porque es extraordinaria.
El poder de crítica
que manifiesta el autor en esta obra es un ejemplo de su pensamiento innovador,
ya que profundiza siempre en las posibles causas de los problemas éticos,
sociales e incide con sus reflexiones en las complejidades vitales que afrontan
los seres humanos en un mundo fragmentado, disperso y que ha perdido, tal vez,
la unidad de sentido o los valores universales que hace décadas lo sustentaban.
Parece que estamos en
el fin de los tiempos, según Duque, y esto mismo da que pensar. Se puede
considerar que la tecnología nos puede llevar a una especie de paraíso terrenal
en las próximas décadas o que existe un cierto peligro de destrucción de lo
auténticamente humano, tal como se entiende desde hace siglos. Para Duque es evidente que la Red Social
constituida en Internet es capaz de producir cambios en los grupos sociales y
su entorno.
miércoles, 15 de mayo de 2019
martes, 14 de mayo de 2019
SCHELLING Y LOS ESTUDIOS
En sus Lecciones sobre
el método de los estudios académicos expone a lo largo de catorce conferencias
o lecciones sus planteamientos sobre la enseñanza. Este libro del gran filósofo
idealista que fue Schelling se publicó en 1803 y es la expresión impresa del
último curso que dictó en ejercicio de su actividad docente en la Universidad
de Jena en el año 1802, ya que continuó su magisterio en otras universidades.
Los intereses de
Schelling siempre fueron muy amplios. Escribió sobre filosofía de la naturaleza
y extendió sus análisis y reflexiones al campo del arte, la religión, la
historia y los problemas del ser, el conocimiento y el mal y la libertad. Todo
era objeto de su atención y pensamiento.
Desde una perspectiva
pedagógica considera, a mi juicio, acertadamente que existe una unidad ideal o
si se quiere espiritual utilizando una expresión suya que abarca o comprende dentro de sí la
variedad de disciplinas y ciencias
existentes.
La cultura desde el
enfoque de la pedagogía, tal como la interpreta especulativamente el pensador
alemán es única, aunque pueda ser subdividida en ramas diferentes en función de
características peculiares. No puedo estar más de acuerdo.
La diferenciación
entre conocimiento humanístico y científico es una manera de entender los
distintos tipos de saberes, pero la integración de los mismos como un mismo
modo de conocimiento me parece
indudable. El propio Schelling insiste en ello ya que escribe «No existe ciencia que en sí estuviera en
oposición con la filosofía; más bien todas tienen su unidad en ella y por
ella». La interdisciplinariedad fue cultivada con energía y pasión por este
filósofo germano y de ello da muestra en sus libros y en sus clases.
Porque las ciencias naturales y la
matemática son la base del conocimiento de la ciencia de su época y también de
la nuestra. El deseo de aprender es universal y se aplica a todo lo que es posible conocer. No sabe de
límites. El afán de totalidad es propio de la mentalidad filosófica ya que el
ser humano se hace numerosas preguntas sobre el mundo y la realidad que
responden a un claro interés metafísico. Es la búsqueda de sentido tanto
general como particular. Desde la perspectiva filosófica de Schelling debe
comprenderse el todo en la unidad. Es una especie de monismo.
Schelling profundiza en su
consideración del aprendizaje o del más
profundo o deseable. Ya que piensa que no debe ser una mera reproducción
mecánica de lo grabado o retenido en la memoria sino la elaboración original de
lo aprendido que ya no se olvida puesto que ha quedado incorporado al acervo
propio. Porque escribe que «Reproducir la materia dada, no en su forma dada y
particular, que puede ser aprendida, sino en una forma original y particular,
tal es el verdadero complemento de la enseñanza misma».
Schelling, como es lógico, elabora una
serie de argumentaciones muy profundas y convincentes acerca de la necesidad de
desarrollar en los alumnos o estudiantes desde el principio de su educación o
formación la penetración mental, la capacidad de entender e imaginar y otras
potencialidades de la inteligencia.
Y esto se consigue principalmente a
través de los distintos lenguajes simbólicos existentes. La matemática y las
otras ciencias usan lenguajes artificiales para disponer de mayor precisión en
sus teorías, formulaciones y operaciones. Las jergas científicas y la
filosófica buscan rigurosidad y precisión y la eliminación de la ambigüedad en
lo que se conoce.
Se entiende, por tanto, que Schelling
escriba adelantándose a su tiempo que «No conozco ninguna ocupación más
apropiada para ejercitar en la edad temprana la penetración, la sagacidad, la
inventiva, que el estudio de las lenguas,
principalmente el de las lenguas antiguas».
La filosofía también
es un conocimiento fundamentalmente basado en el lenguaje. Aunque parta de lo
general y abstracto también está inmersa en lo concreto y en la realidad
material.
Es análisis de otros
saberes y crítica coherente de los mismos y también de la materialidad de lo
mundano. Todos los fenómenos de la realidad pueden ser objeto de la reflexión y
esto es esencial y decisivo. Esto está
bien no olvidarlo. Es la indiscutible grandeza de la filosofía.
No es solamente pensar
lo pensado como el motor inmóvil de Aristóteles es examinar lo dado que, en
realidad, es la totalidad. La curiosidad universal es la gran fuerza que
impulsa siempre el saber o la filosofía.
lunes, 13 de mayo de 2019
domingo, 12 de mayo de 2019
sábado, 11 de mayo de 2019
viernes, 10 de mayo de 2019
jueves, 9 de mayo de 2019
EXISTIR
El libro de Michel
Onfray titulado La fuerza de existir es como dice el autor un manifiesto
hedonista.Y se comprende perfectamente desde los planteamientos ateos de este
filósofo francés.
Es evidente que
filosofía y vida están intrínsecamente interconectadas o unidas. Ya que la
capacidad de pensar no se ejercita en el vacío sino sobre y en la realidad.
Como bien dice Onfray «La biografía de un filósofo no se
limita al comentario de sus obras; abarca la naturaleza de la relación entre sus escritos y su
comportamiento. Sólo el conjunto puede llamarse una obra». En efecto, está claro que a
lo largo de la Historia de la Filosofía tanto Platón como Aristóteles y
otros numerosos filósofos han mostrado en su producción escrita y en sus enseñanzas y conductas que la
filosofía lo abarca todo y no es algo separado de la existencia o de la vida.
Es también el mismo existir en acto y en proceso.
Al reflexionar y
escribir, al igual que al conversar o discutir, estamos poniendo en acción
nuestro pensamiento o la filosofía que sentimos y expresamos con nuestras
palabras y comportamientos. Aunque se puede diferenciar entre las teorías y la
práctica todo queda englobado en un saber que se denomina filosofía.
Se puede decir que
Onfray está de acuerdo con la expresión del imperativo categórico hedonista que
dice así: goza y haz gozar, sin hacer daño a nadie ni a ti mismo: ésa es la
moral. Es la máxima de Chamfort. En este sentido parece una formulación de una
ética consecuencialista y sobre todo utilitarista y pragmática. Es una moral
material no formal a diferencia de la kantiana.
La filosofía de Michel
Onfray plantea a lo largo de unos treinta libros una propuesta vital y un
sistema a la vez. Es un planteamiento totalizador. Considera, al igual que el
materialismo filosófico de Gustavo Bueno, que la filosofía es una crítica de
otros saberes o ciencias y concretamente
de la totalidad de los conocimientos posibles.
Parte de un ateísmo
posmoderno que delimita su carácter de pensamiento materialista que analiza los
sistemas idealistas o espiritualistas como filosofías que no responden o no
tienen suficientemente en cuenta la
realidad material de todo.
Las variaciones de su
hedonismo materialista abarcan desde una bioética tecnófila hasta una política
libertaria pasando por una ética que supone la construcción del sí mismo.
En relación con el
enfoque de la ética para Onfray «La moral universal, eterna y
trascendente, cede el paso a la ética particular, temporal e inmanente». Lo que sucede es que este planteamiento aunque puede ser
aceptado de forma general como una descripción de lo que sucede en la sociedad
del hiperconsumo puede ser complementado con matices básicos desde una
perspectiva ética más general.
Se puede pensar que es
posible la existencia de variaciones en los comportamientos de las personas en
función de intereses particulares, pero respetando normas morales básicas y que pueden caracterizarse como una ética
mínima. Lo que no parece adecuado es un relativismo radical o un escepticismo
extremo como manifestación de las
conductas de los sujetos en la vida social.
La crítica del
apriorismo en el ámbito moral por parte de Onfray es entendible desde su
perspectiva hedonista y materialista atea, pero es también matizable desde un
enfoque que piense en la dignidad humana y claro está en los derechos humanos
como referencia ética universal.
El hedonismo para este
filósofo galo no supone que no haya que tener como ideal el surgimiento
efectivo de lo humano en el hombre y la superación de lo animal en el sentido
de cruel y salvaje. Y escribe en relación con esto lo siguiente: «Por supuesto, ya nadie cree en una línea divisoria clara y
neta entre lo normal y lo patológico, la razón y la locura, la salud mental y
los problemas de conducta».
Es posible y deseable
una dialéctica de la cortesía que afirma el cálculo prudente de los placeres y
displaceres posibles. Es evidente que la práctica de la bondad o de la cortesía
es una manera efectiva de mejorar las relaciones humanas.
La delicadeza, la
urbanidad, el tacto, la amabilidad y el respeto son formas de expresar una
ética hedonista y materialista y como se puede ver no se oponen a principios
que proceden del ámbito religioso, ya que son coincidentes en muchos aspectos.
Desde los planteamientos libertarios de Onfray se trata de alcanzar la serenidad mental.
miércoles, 8 de mayo de 2019
martes, 7 de mayo de 2019
EDUCACIÓN CREATIVA
Los principios de la
Institución Libre de Enseñanza son un claro ejemplo de la importancia de la
libertad de cátedra y de una formación libre de dogmatismos y basada en la
crítica de ideas.
Uno de los creadores
de esta institución educativa que fue Giner de los Ríos escribe que está en
contra del «sistema memorista, mecánico, dirigido a nuestras facultades
inferiores, para las cuales se digna promulgar
en solemne revelación académica la verdad, oficialmente averiguada y
definida, librándonos de aquel trabajo
de buscarla por nosotros mismos, que
Lessing reputaba el más característico
de seres racionales».
Debe haber un sentido
activo de búsqueda del saber o del conocimiento por parte de los estudiantes.
El método socrático y la intuición son formas muy apropiadas que propician la
espontaneidad y la creatividad de los alumnos. Ya que estos no son un depósito
de conocimientos sino que deben ser sujetos activos de su aprendizaje.
Investigando, dudando,
criticando ideas, cuestionando planteamientos, argumentando de modo coherente y
lógico, etcétera. Intentando autoaprender también con la indispensable
orientación y apoyo de los profesores.
Existe una continuidad
en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es cierto que en función del nivel
cognitivo y de las diferentes edades los contenidos deben ajustarse a las
habilidades y capacidades intelectuales características de cada periodo del desarrollo mental de los alumnos.
Lo que no significa
que no pueda pensarse en una escuela o educación unificada que comprenda las
necesidades de los niños, adolescentes y adultos en su proceso de formación
reglada.
La Institución Libre
de Enseñanza era partidaria de una escuela mixta, porque se pensaba que favorecía
mejor la conquista de la igualdad de género real y no solamente sobre el papel
o en teoría. En definitiva, la coeducación era ya en aquellos tiempos una forma
de impulsar de modo rotundo los derechos de la mujer en el último tercio del
siglo XIX y en la primera parte del siglo XX.
Ciertamente se abrió la senda de
la igualdad del hombre y la mujer a través de la educación compartida.
Si se piensa en una
serie de hábitos que promueven la creatividad en la educación cabe pensar en la capacidad crítica, actitud emprendedora, creatividad y
desarrollo o potenciación de la imaginación.
La curiosidad puede ser la
auténtica motivación que sostiene la pasión por saber o por conocer.
Indudablemente tanto
las investigaciones del profesor Eisner de la Universidad de Stanford como la
teoría de las inteligencias múltiples de Gardner ponen de manifiesto que el
estudio y aprendizaje de las artes potencia la sensibilidad y favorece el mayor
desarrollo de destrezas y habilidades. Y esto es aplicable también de forma
general a todas las Humanidades. La filosofía, la música, el latín y el griego,
la historia, etcétera., son campos del conocimiento que son un arte o se
interesan por el mismo. Y permiten fomentar la perseverancia y la capacidad de
afrontar lo inesperado y también el poder
de la improvisación, si es necesario. Este tipo de materias muestran
múltiples perspectivas o posibilidades del mundo en el que estamos inmersos.
Enseñan también que
con esfuerzo continuado se puede lograr mucho más de lo que a priori se puede
pensar. Además, en todo proceso educativo se pone de relieve que puede haber
varias o múltiples soluciones para un problema, en muchos casos. Tanto el
pensamiento convergente como el divergente son útiles y necesarios, según las
situaciones.
Aplicando
procedimientos como los ya explicados se requiere por parte de los estudiantes una actitud activa en su aprendizaje. Y si además el hábito
lector se refuerza y consolida lo demás no suele plantear problemas serios, ya
que con constancia y dedicación las metas del aprendizaje pueden ser superadas, de forma general, y sin excesivo
esfuerzo.
La motivación intrínseca
es la realmente más útil, ya que supone la persecución de un propósito,
intención o finalidad y mueve a ser
mejores. La búsqueda de la excelencia es lo deseable en todos los aspectos. Y esto en la enseñanza
es uno de los principios a tener en
consideración.
Indudablemente, el
refuerzo educativo o el apoyo a los alumnos con más dificultades de comprensión
es una de las tareas más importantes en una enseñanza inclusiva y que promueve
que todos los alumnos alcancen una formación adecuada. Actualmente, con los
medios digitales se abren nuevas
posibilidades para la enseñanza. Sin
olvidar que la lectura y la escritura son la base del aprendizaje.
lunes, 6 de mayo de 2019
domingo, 5 de mayo de 2019
sábado, 4 de mayo de 2019
viernes, 3 de mayo de 2019
jueves, 2 de mayo de 2019
PENSANDO CON MONTAIGNE
Los Ensayos de Miguel
de Montaigne son una muestra de su agudeza mental aplicada a la experiencia de
la vida. En este gran libro aparecen reflexiones y consideraciones llenas de
ingenio y densidad.
Es todo un mundo lo
que se nos presenta en sus artículos que forman un continuo, aunque pueden
leerse por separado y siguen poseyendo un sentido completo por sí mismos.
Las más de 1.100
páginas de los Ensayos son una especie de diario o biografía y también, en
cierto sentido, de testamento vital. Como dice
Enrique Azcoaga comentando a
Montaigne: «Lo más difícil del mundo en literatura es crear un libro que
suponga una imagen fiel del autor a que se debe». Y se puede decir que el pensador
francés lo logró de modo magnífico.
Montaigne nació en el
castillo de su mismo apellido en 1533 y falleció en el año 1592. Su familia pertenecía a la
pequeña nobleza. Aunque parte del cultivo de la filosofía estoica confía en la
razón humana también y dirige sus esfuerzos a la investigación del juicio
humano.
Es consciente de sus
dudas y de que es preciso mantener una
actitud escéptica en algunas cuestiones. Sus opiniones e interpretaciones son
en sí mismas muy valiosas para el propio Montaigne y las argumenta extraordinariamente
bien en sus artículos. Nada de lo humano o lo divino le es extraño o ajeno.
En sus Ensayos escribe
o habla de multitud de asuntos que le ocupan o le dan que pensar. Montesquieu
dice de Montaigne: «En la mayor parte de los autores veo
el hombre que escribe; en el caso de Montaigne, me encuentro, sin embargo, con
el hombre que piensa». Y realmente es indudable que en su
gran obra Montaigne no se limita a comentar a los pensadores y literatos
antiguos sino que conversaba y pensaba con ellos y también con el lector y,
como no, consigo mismo.
Con originalidad y con
dudas, a veces, en lo que escribía. Además, Montaigne también se muestra
rotundo con su estilo, ya que piensa de
manera enérgica y fuerte.
Escribe en su artículo Del miedo lo siguiente: «A nada tengo tanto miedo como al miedo; de tal modo supera en
consecuencias terribles a todas los
demás accidentes». En efecto, porque no solo en las
batallas en la Antigüedad también en la vida cotidiana produce resultados
indeseados. En cambio la prudencia es lo más acertado, ya que el temor, por sí
mismo, conduce a la inacción o a la evitación y ambas no son la mejor conducta
en un mundo en el que la perseverancia, la tenacidad, y la fuerza son lo que
nos lleva a ser mejores y a la superación de los problemas y dificultades
propios de la existencia de todo individuo.
En el capítulo XLIV de
sus Ensayos escribe Montaigne acerca Del dormir y expone varios ejemplos y uno
de ellos es el siguiente: «Alejandro el Grande, el mismo día de
la furiosa batalla contra Darío, durmió tan profundamente y hasta una hora tan
avanzada de la mañana, que Parmenión se sintió obligado a entrar en su cuarto, acercarse al lecho, y
llamarle hasta dos o tres veces para
despertarle, pues la hora del combate se aproximaba». Esto indica que la
falta de reposo o descanso perjudica la vida
y además el sueño es uno de los placeres de la vida y no de los menores.
En otro artículo
titulado De los libros Montaigne
manifiesta como en toda su obra su gran erudición y numerosas lecturas de
filósofos y autores antiguos y modernos
y escribe que «Cuando un libro me aburre, busco otro y sólo me consagro a la
lectura cuando el fastidio que me domina, si
no hago nada, comienza a invadirme». Me parece muy moderno al decir que
se debe leer con gusto o los libros que realmente nos emocionan o no se nos
caen de las manos por farragosos,
aburridos o poco interesantes. Y el gusto por determinado estilo de escritura
puede cambiar o no a lo largo de la vida. Esto mismo lo explica también
Montaigne.
Y no se plantea ningún
tipo de problema para exponer libremente su opinión sobre todas las cosas e
incluso acerca de las que no conoce mucho. Es consciente de los límites del
conocer. Los breves fragmentos que he comentado son un acercamiento a los
Ensayos de Montaigne y una invitación a su lectura.
miércoles, 1 de mayo de 2019
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