El problema de la
comprensión es uno de los centrales en Filosofía. Ya en la Antigüedad Aristóteles escribió
acerca de la interpretación en su tratado lógico denominado Órganon.
EL lenguaje y su
entendimiento fue una de las cuestiones esenciales para el estagirita en sus
análisis y clasificaciones categoriales y metafísicas. Además, una correcta y
profunda interpretación del lenguaje escrito y hablado también era fundamental
para las investigaciones aristotélicas acerca de cuestiones relativas a la
taxonomía y clasificación de especies animales y para la gran cantidad de temas
que analizaba el gran filósofo del Liceo.
En relación con la
teoría del conocimiento es indudable que
las consideraciones y reflexiones sobre el uso del lenguaje son fundamentales
para la elaboración de los sistemas filosóficos y también para la discusión
sobre aspectos gnoseológicos o epistemológicos.
Ya en el siglo
XIX Schleiermacher pasó de una hermenéutica más centrada en el
lenguaje a otra que es, en realidad, más psicologizante. Estaba convencido de
que era posible una hermenéutica universal que abarcase todos los campos del
conocimiento. Porque la tarea interpretativa se ocupa de las condiciones de posibilidad de la
comprensión misma.
Otro pensador que se
ha interesado por el arte y la técnica de la interpretación es Dilthey, puesto
que los seres humanos se apoyan en la comprensión, la explicación y la
argumentación.
También Heidegger
elaboró una fenomenología hermenéutica. Ya en su libro Ser y Tiempo escribe
acerca del círculo hermenéutico y realiza un análisis existencial y ontológico
del ser humano que coloca en primer plano la labor interpretadora respecto a la
perspectiva puramente psicológica.
Es cierto, por otra
parte, que la hermenéutica como corriente filosófica se ha mostrado crítica a
través de los filósofos que la cultivan con la fenomenología de Husserl. Puede
someterse a discusión la idea de la filosofía como ciencia estricta y también
la idea de la subjetividad como foco de constitución de sentido. Y la intuición
puede pensarse que no es siempre el principio supremo en el ámbito del
conocimiento.
En la compresión de
cualquier texto es evidente que es preciso pensar y conocer el sentido de la
totalidad. También es cierto que, actualmente, se puede saber mejor las
características del mundo cultural e interpretativo en el que está inmerso un
escritor o filósofo.
De hecho, es
determinados casos se ha logrado con el arte hermenéutico conocer mejor a un
escritor de lo que él mismo se conocía, en lo referente a sus intenciones
creativas, sus supuestos y creencias, o
eso parece, al menos.
La bibliografía y los
estudios e investigaciones sobre Nietzsche, Marx, Husserl, Unamuno y Ortega,
por ejemplo, por no citar otros muchos
intelectuales y literatos destacados son inmensas y posibilitan recrear a
través de miles de páginas sus procesos creativos y otros aspectos vitales que
influyeron decisivamente en sus escritos. Y esto considerando la indudable
finitud del conocimiento.
Ricoeur es otro filósofo
que ha hablado y escrito acerca del conflicto de las interpretaciones.
Considera que el análisis de la conciencia es algo fundamental que ha estudiado la fenomenología. Y piensa que
descubrir la infinidad de significaciones que forman parte de la vida humana es
una tarea a desarrollar. Los deseos y las reflexiones son elementos de la
interpretación que están en un primer
plano de la tarea hermenéutica, tanto durante el siglo XX y también en el siglo XXI.
En lo referido a la
posmodernidad está claro que existen grandes representantes de este movimiento
filosófico como son los filósofos Vattimo, Rorty, Baudrilllard, Lyotard y otros
muchos. A mi juicio, el pensamiento débil propuesto por Gianni Vattimo es
entendible si nos situamos en la parte final del siglo XX y en pleno siglo XXI.
Los grandes sistemas metafísicos ya están construidos, lo que no quiere decir
que no sea posible edificar otros sistemas de pensamiento filosófico. Se abren
paso nuevas formas de combinar filosofía con literatura y también un interés
mayor de los pensadores por los asuntos cotidianos, sociales y políticos que
aunque no lo parezca están relacionados entre sí.
Vattimo ha entrado con
su producción filosófica a dialogar y reflexionar sobre aspectos de la realidad
social y también de las cuestiones
éticas desde planteamientos que son considerados como propios de la
hermenéutica crítica. De hecho, en España la profesora y filósofa Teresa Oñate
ha analizado su obra y participa de los planeamientos del filósofo italiano
siendo la principal impulsora de la denominada hermenéutica crítica que es más
práctica y pragmática y no exclusivamente teórica.
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