Diálogo o guerra, ya que no es posible
un término medio diferente a esta disyuntiva.
Putin asegura que el gobierno de Corea
del Norte nunca detendrá su programa de
pruebas atómicas hasta que no se sienta seguro y critica a Estados Unidos al
hablar de “histeria militar sin sentido”. Por otra parte, la diplomacia
norcoreana reitera que nunca pondrán su arsenal nuclear disuasorio sobre la mesa.
A pesar de sanciones económicas o de bloqueos comerciales por parte de otros
países.
En cambio, Merkel es decidida partidaria
de las vías diplomáticas para superar la escalada de pruebas con artefactos
nucleares.
A mi juicio, si existe una agresión con
misiles con cabeza nuclear a un territorio como Guam, por ejemplo, Estados
Unidos estaría legitimado a usar su poder militar con todas las consecuencias.
Y lo mismo es pensable respeto a hipotéticos ataques a Corea del Sur o a Japón.
El gran problema de las armas atómicas
es que ya disponen de ellas una serie de países y se puede producir una guerra
que sería devastadora, si se usara una parte de las mismas.
El fanatismo puede superar todas las
sanciones imaginables y esto Trump debería tenerlo presente. No sirven de mucho
las advertencias ante un país asiático que está aumentando la potencia y el
número de unos misiles que pueden disponer de cabeza atómica. Y, si logran que
una cierta cantidad de ellos sean intercontinentales, parece que las cosas se
complican.
Porque el Gobierno de Corea del Norte está apoyado,
en una considerable medida, por Putin y
China. Algo muy a tener en consideración por las restantes potencias del
mundo. Rusia y China disponen de un arsenal atómico impresionante.
Que Corea del Norte sea una dictadura
parece que no preocupa a Putin ni a los mandatorios chinos, por razones que no
hace falta explicar.
El caos de la política internacional
ante el asunto de la desenfrenada carrera nuclear del gobierno norcoreano es
inmenso. No se alcanza unanimidad y cada país va por su lado sin más.
Lo que está claro, en mi opinión, es que
Estados Unidos no está para dar lecciones al mundo acerca de la carrera
atómica, porque es el país que más armas nucleares ha producido y el que
primero las creó y utilizó contra población civil inocente y desarmada en
Hiroshima y Nagasaki. Y es, por tanto, uno de los causantes de la proliferación
de armas de destrucción masiva. A pesar de las peticiones de Einstein y otros
científicos se usó la energía atómica para fines bélicos. Y esto lo digo con el
máximo respeto por los ciudadanos estadounidenses que non son responsables de
las decisiones de sus presidentes.
La paz pende de un hilo y Corea del
Norte lo puede cortar en cualquier momento. Aunque es probable que espera unos
meses hasta que disponga de misiles de largo alcance con cabeza nuclear.
Países como Irán y Pakistán también
están en el punto de mira o de observación del Gobierno norteamericano, porque
disponen de armamento atómico o pueden disponer del mismo pronto, como es el
caso de los iraníes, y esto mismo puede
desestabilizar la escena internacional. Son diez países los que ya han
realizado pruebas atómicas. Es un dato que
pone sobre la mesa la posibilidad
de una tercera guerra mundial que, posiblemente, aniquilaría el planeta.
Es preciso optar por la paz. Por otra
parte, la población de Corea del Norte está viviendo en unas condiciones muy
difíciles y sin libertades, según se sabe. Y la comunidad internacional no hace
nada, puesto que se mantiene pasiva.
En caso de desatarse una guerra entre
Estados Unidos y Corea del Norte, por un ataque real con misiles de los
norcoreanos a otro estado, podría implantarse un régimen político democrático
para los norcoreanos auspiciado por la Unión Europea y también por otros países
y la ONU.
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