Somos
seres de paso en este mundo. Y la fugacidad de la vida es algo que debe servir
también para reflexionar y mejorar las
formas de convivencia. Porque no todo es rectificable de una manera inmediata.
Y somos seres con los días contados.
En
una sociedad en la que la educación y el respeto parece que se están perdiendo
en parte. Conviene que desde el ámbito familiar se reeduque a las nuevas
generaciones con buenos valores. Y no digo que no se esté haciendo, pero creo
que no en todos los casos.
No
todo vale en las relaciones sociales y en la convivencia ciudadana. Se pueden realizar reflexiones generales sobre el
respeto y la educación. Es lo que expongo a continuación, con el máximo
respeto.
Una
cierta disciplina en la existencia es buena, porque es señal de que con
esfuerzo y dedicación se pretenden conseguir cosas positivas. Lo que no puede
ser es que la falta de educación sea algo tan frecuente en algunos ambientes.
Por
ejemplo, el respeto a los profesores es algo de sentido común. El docente es
autoridad pública. Y la presunción de veracidad de los docentes es algo
reconocido y amparado legalmente. No conviene olvidarlo o dejarlo en un segundo
plano. Parece que no es algo que sea objeto de discusión. Lo es, por su saber y
por su formación académica. La titulación con la que se accede a la función
docente acredita los conocimientos. Y los profesores han acumulado una enorme
cantidad de horas de estudio, lectura e
investigación que les convierte en expertos en su especialidad.
Está
claro que nadie está diciendo que haya que volver a un autoritarismo despótico.
Eso nadie lo afirma. Pero si es conveniente que se piense en lo que es
necesario mejorar para que las buenas formas sean lo habitual siempre en la convivencia.
El
problema de la indisciplina en las aulas puede tener una diversidad de causas,
pero es preciso tomar medidas. Es importante que todas las familias
controlen a los adolescentes y los
eduquen adecuadamente para que respeten a los demás, disfruten de sus derechos
y también cumplan con sus obligaciones.
La
mayoría de los jóvenes y adolescentes son educados y respetuosos, pero los hay
que no lo son. Ya se sabe que los caracteres pueden ser diversos y eso pasa
también con los adultos. No obstante, creo que existen procedimientos de
modificación de conducta que pueden dar buenos resultados.Y, si esto no es suficiente,
se deben aplicar medidas sancionadoras para evitar que se mantengan las
conductas negativas o disruptivas en las aulas.
Los
reglamentos de régimen interno de los institutos no son algo decorativo, ya que
son importantes y tienen que aplicarse, por parte de los equipos directivos de
los centros educativos, con una interpretación racional ajustada al espíritu de
la ley educativa vigente. Si esto no sucede se está incumpliendo la legalidad.
Lo que no sirve es mirar para otro lado y hacer como que no pasa nada.
Todos
los padres tienen que ser conscientes de que los docentes buscan siempre el
mejor rendimiento y formación de sus alumnos. No son el adversario. Todo lo
contrario. Y todos los estudiantes tienen que saber que los buenos resultados
académicos se logran con esfuerzo, tenacidad y perseverancia, ya que no existen
atajos artificiales o inventados. También es cierto que la influencia de la
desestructuración social y familiar puede ser otro factor que contribuye a aumentar
los problemas de indisciplina.
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