Uno de los filósofos
que más ha influido en el ámbito del conocimiento filosófico es Porfirio.
Originario de Tiro o Batanea de
Siria nació hacia el 232 de nuestra era y dejó este mundo
en Roma el año 304. Tiro actualmente es una ciudad situada en el sur del
Líbano. Hacia el año 262 o 263 fue a Roma a escuchar a Plotino. Fue su discípulo, y escribió muchas
obras sobre una gran cantidad de temas de un modo brillante. Se le puede
encuadrar dentro del Neoplatonismo.
Compuso grandes
comentarios sobre obras de Platón y Aristóteles. En relación con el Estagirita
comentó sus escritos lógicos. Pensaba que ambos grandes filósofos concordaban
en lo esencial.
Escribió la Vida de
Plotino y también se encargó de la
sistematización y publicación de la obra Enéadas de su maestro y amigo Plotino. Se interesó
también por la filosofía del vegetarianismo, algo que expresa o explica en
su tratado Sobre la abstinencia. Fue
también teórico de la música e historiador.
Durante una estancia
en Sicilia Porfirio compuso libros contra los cristianos y los criticó muy
duramente. Rechazaba especialmente la divinidad de Cristo y elaboró muchos
argumentos para la refutación o negación
de las doctrinas cristianas de su época. De hecho, Porfirio estaba
convencido de que la religión cristiana era perjudicial por ser ilógica,
innoble y contradictoria.
Ciertamente, desde la
mentalidad pagana de su tiempo pueden entenderse, en parte, estas críticas,
pero también es verdad que la libertad religiosa debía haber sido tenida más en cuenta por
Porfirio. Además, en el imperio romano
había muchos cultos que también podían ser considerados como irracionales y
supersticiosos empezando por la religión romana.
De todas formas, sus
polémicas obras sobre el cristianismo, lamentablemente, fueron quemadas en el año 448 de nuestra era. Y de las mismas
solo nos han llegado algunos fragmentos, que junto con los comentarios de otros
autores son suficientes para saber sus planteamientos y lo que sucedió.
La más célebre de las
obras escritas por Porfirio fue, sin duda, su Isagoge o introducción a las
Categorías de Aristóteles, puesto que influyó a través de la traducción por
Boecio al latín de manera muy notable en los pensadores de la Antigüedad y también en la Edad Media. Fue objeto de
numerosos comentarios filosóficos.
Respecto a la doctrina
de Plotino se propuso explicarla de una forma clara y comprensible e insistió
sobre todo en los aspectos prácticos y religiosos. En este sentido, sigue la
senda del Neoplatonismo que afirma que la finalidad de la filosofía es la
salvación del alma. Y para ello es necesaria la purificación de la mente o del
alma mediante el ascetismo y el conocimiento de Dios.
En el proemio de la
Isagoge de Porfirio se plantean tres cuestiones que fueron el origen o naturaleza
de las nociones o ideas generales de tal
modo que como también escribe el profesor Manuel Mañas Núñez quedó abierto el problema de los Universales. Pero no solucionado. La primera cuestión es ¿Los géneros y las especies son realidades
subsistentes en sí mismas o simples
concepciones mentales? La segunda: si son realidades, podemos pensar si son
corpóreas o incorpóreas y la tercera plantea que si son incorpóreas se puede
suponer o especular acerca de si existen fuera de las cosas sensibles o
materiales o unidas a ellas.
Porfirio interpretó la
lógica aristotélica considerando las categorías del ser de Aristóteles en forma
de entidades. En el medievo se valoró a Porfirio como seguidor de este gran
filósofo, al menos en lógica. Esto facilitó los desarrollos filosóficos y
teológicos del problema o la disputa de los universales a partir de Guillermo
de Champeaux, Pedro Abelardo y otros filósofos y teólogos.
Para este pensador de
la Antigüedad los conceptos se
subordinan partiendo de los más generales o los más simples. El Árbol de
Porfirio inició el nominalismo que es un antecesor de las modernas
clasificaciones taxonómicas. Un ejemplo de clasificación es, por ejemplo, pensar que una sustancia puede ser corporal o
incorporal. Un cuerpo puede ser animado o inanimado. Un viviente sensible o
insensible. Un animal racional o irracional
y el ser humano es clasificable de acuerdo con el Árbol porfiriano como
racional.
De lo que no cabe duda es de que su nominalismo incipiente fue el inicio de
esta corriente de pensamiento, que fue
tan decisiva a lo largo de los siglos y que alcanza su máximo vigor con
el filósofo y teólogo Guillermo de Ockham en el siglo XIV.
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