Ciertamente, el
temperamento es difícil de cambiar, porque es el resultado de nuestra herencia
biológica, por tanto, es de origen genético. En cambio, el carácter es
definible como la adquisición por parte de la persona de los valores y
costumbres sociales. Existen tantos caracteres como sujetos en el mundo.
Por otra parte, la
personalidad es, en realidad, la unión del temperamento y carácter y se expresa
en todas las conductas que realizamos desde una perspectiva psicológica.
Indudablemente, el
sistema neurológico de cada individuo es
clave en la formación de la personalidad, pero forma parte del temperamento. En
relación con la estructura mental y
conductual de las personas destaca la teoría de Eysenck. Entre sus libros más
influentes pueden citarse: Los fundamentos biológicos de la personalidad de
1969 y La medición de la personalidad de 1976.
Eysenck establece de
un modo muy coherente un modelo jerárquico de la personalidad. En primer lugar,
indica que existen en las conductas humanas respuestas específicas que suceden
en una única ocasión o de modo esporádico, por ejemplo, rascarse la nariz. En
segundo lugar, también son identificables las respuestas habituales que son los
modos de comportamiento típicos de las personas. En tercer lugar, Eysenck habla
de los rasgos primarios que son
constantes o se reiteran en los actos como la sociabilidad o la impulsividad. En cuarto lugar, se puede afirmar que son
definibles una especie de macrorrasgos que son habituales y permiten hacer
relativas predicciones de la conducta y que son: extraversión, neuroticismo y
psicoticismo.
Según Goldberg y
McCrae son definibles claramente y sin ninguna duda cinco dimensiones básicas
de la personalidad o cinco diferentes formas de ser. Por supuesto, todo esto
está ampliado y diversificado por las diferencias individuales del carácter de
cada individuo.
La primera de
estas dimensiones es la amabilidad que
manifiestan o expresan los sujetos que son agradables en su modo de
comportarse siendo generalmente
simpáticos o, al menos, empáticos. La segunda es la extraversión que
muestra la gran sociabilidad y don de gentes de los sujetos que tienen esta
forma de ser. La tercera dimensión se puede denominar neuroticismo y está
caracterizada por inestabilidad emocional. La cuarta es la responsabilidad y
los que poseen esta estructura conductual tienen una alta motivación de logro y
controlan sus impulsos. La quinta es la
apertura a la experiencia y es la propia
de las personas reflexivas y de amplios intereses a los que les gusta la cultura
y son creativos.
Respecto a la
evaluación de la personalidad se puede realizar de un modo objetivo con
diversos procedimientos y técnicas valorativas y observacionales.
Los psicólogos pueden
evaluar la personalidad con bastantes métodos. Uno de ellos es la observación
directa que para la mente preparada de cada psicólogo es una herramienta o
técnica potente y efectiva para hacerse una idea bastante aproximada de cómo es
la persona.
Además, también se
utilizan las entrevistas clínicas que sirven para saber los planteamientos y la
experiencia subjetiva de cada individuo. Puede ser con guión previo o sin él. A
través de las preguntas el psicólogo o psicoterapeuta puede averiguar por medio
del discurso del sujeto la personalidad que tiene.
Actualmente, se
utilizan cuestionarios de personalidad con múltiples preguntas y que son muy
precisos. Por ejemplo, el cuestionario de personalidad de Catell mide 16 rasgos
de personalidad con 185 ítems. Aporta mucha información al psicólogo sobre los
sujetos a los que se aplica.
En cuanto a los test
proyectivos el más fiable es el de apercepción temática que fue elaborado por
Murray. Está compuesto por 20 tarjetas que muestran escenas ambiguas. Al contar
la historia de cada dibujo atribuyendo sentimientos y pensamientos a los
personajes los individuos muestran su
personalidad.
La complejidad de la
conducta humana es también el resultado de la libertad que tenemos para
comportarnos. Lo fundamental en las conductas es dar explicación de las mismas.
Y la sensibilidad y la capacidad de argumentación son también las palancas que
dan impulso y potencia a los actos.
Ya que somos seres
racionales que contamos con una rica emotividad y esto hace que el lenguaje sea
la gran baza de que disponemos para hacernos entender. La psicología actual ya
posee un amplio repertorio de técnicas para estudiar las conductas. En una
sociedad en la que los padecimientos psicológicos cada vez son algo más común y
habitual parece que la resistencia ante el sufrimiento y los avatares de la
vida es primordial.
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