Partiendo de un
profundo respeto y admiración por la labor realizada por los jueces del
Tribunal Supremo deseo realizar algunas consideraciones respecto al informe de
la Abogacía del Estado.
Antes quiero poner de
manifiesto que los fiscales ya han reiterado que Junqueras, como preso
ejecutoriamente condenado a 13 años de prisión, así como a inhabilitación
absoluta, por el mismo tiempo, no puede
salir de la cárcel, según la interpretación de la Fiscalía, puesto que está
condenado en firme. Por tanto, ha pedido al Supremo que siga en prisión, en
fase de cumplimiento de condena y que se comunique al Parlamento Europeo, ya
que razones jurídicas y técnicas justifican sobradamente este planteamiento.
Según algún diario el
informe de la Abogacía se pliega al separatismo al pedir que Junqueras pueda
ejercer de Eurodiputado. Y supongo que muchos comentaristas políticos estarán
en la misma línea de opinión. Y lo
entiendo.
La Abogacía del Estado
publicó un comunicado insistiendo en que no acepta presiones de ningún tipo y
que sus análisis son estrictamente jurídicos y técnicos. Puedo estar de acuerdo.
Lo que sucede es que las argumentaciones jurídicas se pueden basar en la
jurisprudencia ya existente y también en la mayor o menor fuerza de los
argumentos jurídicos.
Y en este caso, la
Abogacía ha optado por lo más sencillo y ha expuesto una especie de solución
salomónica que no convence. Porque existen diversas contradicciones e
incoherencias de fondo. En un primer momento, parece que no, pero si se
analizan con más profundidad sus recomendaciones al Tribunal Supremo se notan.
Y lo digo con todo el respeto a la labor y conocimientos de los abogados del
Estado.
Quiere que el Supremo
solicite con la mayor brevedad la suspensión de la inmunidad de Junqueras al
Parlamento Europeo. Y esto, aunque se pudiera
lograr, podría durar meses o años y, mientras tanto, Junqueras
estaría libre ejerciendo de
Europarlamentario.
Pero, a la vez, la
Abogacía cree posible que aunque durante unos días, semanas o meses ejerciera su labor política como eurodiputado
esto no pondría en riesgo el cumplimiento de la sentencia del procés, con la
aplicación de las medidas adecuadas, por parte del más alto tribunal español.
Veremos lo que decide
el Tribunal Supremo. Desde mis análisis la razón jurídica la tiene, sin duda,
la Fiscalía que se niega rotundamente a que salga de la cárcel Junqueras. No es
lo mismo preso preventivo que condenado en firme. Aunque Oriol Junqueras
hubiera podido ir a recoger su acta de eurodiputado, en su momento, eso no
haría que no se ejecutase la sentencia, algo que sostiene también la Fiscalía.
Como mucho, a mi
juicio, el Supremo podría intentar que le llegara el acta de Eurodiputado a la
cárcel y que diera un discurso de toma de posesión desde el recinto
carcelario para ser inmediatamente inhabilitado a distancia por el Parlamento
Europeo. Esto, claro está, no se puede
hacer, pero sirve para ver que se ha llegado a una situación absurda, si se quiere hacer un
encaje de bolillos que no se sostiene, por numerosas razones.
La seguridad jurídica
y el cumplimiento de las condenas deben ser iguales para todos los reclusos. La
igualdad ante la ley no puede ser pulverizada dejando ser Eurodiputado a Junqueras,
supuestamente durante un breve tiempo. Ya que, al final, existe un alto riesgo
de que haya recursos del líder independentista y que no cumpla su condena.
Esperemos que esto no suceda. No puede haber impunidad. La misma Abogacía
reconoce explícitamente que la sentencia del procés tiene que cumplirse.
Esquerra ya ha
aceptado el criterio acerca de la inmunidad de la Abogacía del Estado y habrá
investidura. El pleno se celebrará probablemente del 2
al 5 de enero. Sánchez ha ganado el pulso. De cualquier manera, ERC no ha
logrado más que una victoria pírrica, porque veremos lo que decide finalmente
el Tribunal Supremo.
En los próximos meses
con el nuevo Gobierno se verá la estabilidad y fuerza que tiene. No cabe duda
de que es necesaria la aplicación
efectiva de diversas medidas sociales urgentes. Esto es, a mi juicio, lo
prioritario. Lo restante es menos importante. Los políticos se deben a los
ciudadanos y deben buscar su bienestar. En todo caso, esperemos que el consenso
prime en relación con las decisiones políticas que vaya tomando el nuevo
Ejecutivo. Al menos, en lo esencial. En cuestiones menores o formales las
discrepancias no producen consecuencias relevantes.
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