jueves, 19 de septiembre de 2019

GOBERNABILIDAD




La repetición de elecciones es la clara constatación del fracaso absoluto de la negociación política entre los partidos para la formación de gobierno.
Si el 10N el resultado es similar al de las anteriores elecciones generales y, según dicen los expertos en estas cuestiones, puede serlo muy probablemente, el bloqueo político puede prolongarse de modo indefinido.
La fragmentación de los votos puede incrementarse, si aumenta la abstención por la irritación de una parte de la ciudadanía ante la incapacidad para formar un gobierno estable, que haga posible la toma de decisiones políticas que afectan a la mayor parte de la población de una forma directa.
Se puede especular todo lo que se quiera y pensar que esto no va a suceder, porque se lograrán pactos de gobierno o  coaliciones, pero es probable que no.
Un país no se puede permitir estar en una situación crónica de gobierno en funciones durante más meses o años. Me parece que no. Es catastrófico desde un planteamiento económico y social.
Aunque pueda pensarse que es utópico o difícilmente realizable habría que cambiar algún artículo de la Constitución española. De tal forma, que si después de un plazo de un mes, pasadas las elecciones, no se llegara a la formación de un nuevo gobierno se articulara un procedimiento político que hiciera posible que el partido con más votos pudiera gobernar con unos meses de tiempo, antes de verse sometido a la aprobación por la mayoría del Congreso.O con algún otro sistema parecido consensuado por el Parlamento español.
Se perciben dos bloques diferenciados en el panorama político español. El que dispone de mayor número de escaños es el de izquierda. El bloque de centro derecha tiene menor peso político en el Parlamento nacional. Aunque Pablo Casado espera conseguir mayoría absoluta el 10N no es seguro que lo logre.
A esto se añade que Rivera no quiere sumarse, de momento, a España Suma. Ciudadanos está a la expectativa y parece que podría pactar en menos de un mes con el Partido Popular. Todo esto depende, lógicamente, de los resultados electorales que serán creo bastante parecidos a los ya conocidos de la última cita electoral.
Porque, si surge el nuevo partido de Errejón y se presenta a las nuevas elecciones puede lograr un considerable número de votos de Podemos y también, en parte, de Ciudadanos. E incluso, tal vez más votantes, si se incorpora Carmena al partido de Iñigo Errejón.
Si a esto se añade un posible aumento significativo de la abstención, por motivos obvios, que están en la mente de todos, parece que habrá la misma división de votos o incluso algo mayor todavía.
Un dato importante a tener en cuenta es que un 41% de los votantes le gustaría que Errejón creara su partido para el 10N. Además, el 60% de los ciudadanos que votan a la izquierda también ven con buenos ojos que surja el partido de Errejón.
Como se puede ver el panorama político es  muy complejo y volátil. La intención de voto es difícil de predecir con aproximación. Los sondeos y encuestas harán su labor las próximas semanas, pero tienen por delante una tarea muy complicada.
Lo esperable es que no se repita después del 10N una situación de bloqueo político similar a la actual. Pensionistas, parados, funcionarios y trabajadores con salario mínimo están afectados por la falta de un gobierno. El empleo público respecto a ciertas oposiciones también está sujeto a las consecuencias de este bloqueo político.
En definitiva, no es racional que todo un país y especialmente sus ciudadanos sean los más afectados por la falta de gobernanza o de gobernabilidad.
No se puede dejar caer la responsabilidad en los votantes españoles que tienen perfecto derecho  a votar lo que deseen. Son los políticos los que deben asumir este fracaso en toda regla.
Una considerable parte de los ciudadanos están irritados y descontentos por esta situación. Y tiene difícil solución, si predominan los intereses partidistas sobre el bien general de los ciudadanos españoles.
Es evidente que lo primero es conformar un gobierno en solitario o en coalición o pacto con una cierta estabilidad. Para lograr esto no cabe duda que debe ser prioritaria una voluntad política firme y fuerte que posibilite alcanzar un acuerdo de gobierno de una vez por todas. España como país no puede esperar más meses en esta situación esperpéntica. Un gobierno en funciones no es suficiente.

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