Existen
nuevas posibilidades profesionales o trabajos
para las personas dedicadas a las Humanidades. Aunque también es cierto
que, desgraciadamente, se están reduciendo las enseñanzas humanísticas. No es
justo y adecuado, ya que es disciplinas como la Filosofía, el Latín, la
Historia, etc., son esenciales e instrumentales para una formación completa y profunda
de los ciudadanos.
La
capacidad de pensar, razonar, argumentar, etc., son primordiales en una
sociedad moderna y avanzada. No es algo de lo que se pueda prescindir y que no
produzca consecuencias en el presente y en el futuro. Los humanistas, si se quiere
la gente de letras, domina unos campos de conocimiento importantísimos.
Es
indudable que las ciencias y la tecnología son una de las bases de nuestra
sociedad y de nuestra forma de vida en la actualidad. Pero también lo son las ciencias sociales o humanas. Ya se habla
de Humanidades digitales y no me extraña.
La
creación de marcos de sentido y de comprensión de la compleja realidad que nos
ha tocado vivir es absolutamente necesaria. La necesidad de interpretar los
nuevos avances y aplicaciones de las nuevas tecnologías y aplicaciones de los
dispositivos electrónicos es un reto.Y se precisa pensamiento, capacidad de
entender y también saber formular las preguntas más adecuadas en cada momento y
situación.
Y
a esto los sujetos que se dedican a las Humanidades pueden ser los que sepan
plantear las interrogaciones decisivas para seguir mejorando y avanzando. Por
ejemplo, las Leyes de la Robótica de Isaac Asimov establecen que los robots no
dañen a los humanos ni por acción ni por omisión. Y el control de estos
protocolos corresponde a filósofos, psicólogos, historiadores, sociólogos,
etc., porque son los que analizan e investigan la realidad humana y social.
Los
protocolos éticos son imprescindibles y los filósofos son los encargados de
establecerlos y justificarlos. Ya que la tradición ética y filosófica supone un
bagaje decisivo de cara a reafirmar los principios éticos mínimos que deben, a
mi juicio, servir de base a la convivencia humana en la sociedad actual.
También
existen riesgos en el ámbito de la Bioética, ya que, en mi opinión, el derecho
a la vida y la prolongación de la existencia son algo indiscutible y que no
deben ser objeto de planteamientos economicistas. Por ejemplo, las declaraciones de un alto cargo
japonés que venía a quejarse del gran número de personas mayores o de avanzada
edad que vivían en su país no son justas y no respetan el derecho lógico a
vivir el mayor número de años que se pueda.
De
lo que se trata es que, con los grandes desarrollos tecnológicos del mundo
digital en el que ya estamos, todos podamos disfrutar de unas mejores
condiciones de vida y también tengamos una existencia más cómoda, satisfactoria
y larga.
Según
varios expertos en Inteligencia Artificial en los próximos años y decenios
asistiremos a cambios tecnológicos muy rápidos que transformarán los estilos de
vida de las personas de forma muy notable. Y el aumento de la longevidad será
un hecho gracias a los extraordinarios avances de la medicina y de la
biotecnología. Y conviene insistir en que las ciencias no están reñidas con las
Humanidades, sino todo lo contrario, puesto que son complementarias. Los
grandes genios, científicos e inventores del Renacimiento ya lo sabían y lo
practicaban en su propia existencia. Pensemos en Leonardo da Vinci y en Galileo
y Newton.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario