Diversos
filósofos han considerado que la existencia de Dios es una construcción mental.
O, lo que viene a ser lo mismo, una especie de proyección imaginaria para
neutralizar y relativizar los problemas de la existencia. Valéry llega a decir
que la existencia divina es un acto reflejo de la razón ante el sufrimiento, la
violencia, la injusticia y la mortalidad. Y Feuerbach dice que Dios es una
proyección del hombre que crea sus cualidades fuera de sí. Pienso que la
creencia en Dios no deshumaniza desde una interpretación más abierta y amplia
del cristianismo que es la que procede.
De
todos modos, el mensaje moral de Jesús de Nazaret con las oportunas
matizaciones tiene mucho que decirnos a los seres humanos que vivimos en el
siglo XXI. Aunque estimo que las ideas de este predicador judío que era Jesús
mientras vivió son una hermosa ilusión puesto que impulsan un nuevo tipo de
existencia basada en el amor, la humildad y la comprensión. En este sentido son
universalizables. Y las califico de ilusión porque suponen una tarea real muy
positiva basada en la fraternidad y la solidaridad. Y también aporta una
esperanza que, aunque no se cumpla, puede servir de impulso para la acción.
Existe
otra acepción o sentido de ilusión que podría ser entendida como el resultado
de la imaginación que crea imágenes y conceptos que no pueden ser verificados
científicamente en la realidad. De todas formas, también es verdad que en el
ámbito de las creencias la libertad individual es plena.
El
cristianismo como religión es absolutamente respetable, porque promueve la
bondad y otros valores éticos esenciales. Jesús de Nazaret es una de las
figuras más influyentes en la cultura e historia del mundo occidental y esto no debe ser obviado.También es indudable
que el judaísmo niega su divinidad y que en el islam se le conoce a Jesús como
Isa y es valorado como uno de los profetas más importantes.
Como
escribe Spicq: “La imitación de Jesús, más que en reproducir materialmente sus
hechos y sus gestos, hay que basarla en inspirarse en su espíritu, en
identificarse con su pensamiento y sentimientos”. Estoy de acuerdo con este
planteamiento. Porque Jesús expresa y enseña un nuevo tipo de comportamiento
moral que es radicalmente opuesto a la
injusticia y brutalidad reinante en su época.
La
humildad, el amor, el desprecio de las
riquezas, el valor de la familia y de lo cotidiano y la resistencia ante el
dolor y el sufrimiento culminan en la alegría. Si bien la esperanza en la
resurrección considero que es la cuestión más débil de la doctrina de
Jesús. Fue un líder religioso y parece
que no fue un dirigente político. Sobre
su figura y lo que representa se han escrito toneladas de libros.
Ahora bien, aunque no se
crea en ella como divina, los planteamientos morales derivados de su enseñanza
son aplicables a la vida diaria, ya que la convertirán en más gozosa, bella,
grande e intensa. Se puede tratar de cumplir el paraíso en la tierra, aunque
parezca una tarea imposible, y lo sea realmente. Pero el simple intento
consciente de buscar formas de vida que sean solidarias y fraternas es algo
decisivo, porque supondrá que estaremos divinizando, en parte, la propia vida con
sus complejidades y limitaciones.
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