La filosofía puede ser algo
provocador y siempre es profundamente estimulante. Filósofos como Sartre,
Simone de Beauvoir y Camus marcaron una época y dieron al mundo obras
extraordinarias. Sus reflexiones y análisis enriquecieron el debate filosófico
durante bastantes décadas.El existencialismo y la fenomenología surgieron en la
primera mitad del siglo XX y
respondieron a unas exigencias vitales
que estaban presentes en el ambiente cotidiano.
El libro de Sarah Bakewell acerca de
los pensadores existencialistas y fenomenológos es interesante porque revela y
describe también los avatares y circunstancias que formaron parte de sus vidas.
Hacia 1933 el mismo Sartre en
palabras de Bakewell “Estaba aburrido de enseñar, aburrido de lo que había
aprendido en la universidad y decepcionado por no haberse transformado todavía
en el autor de genio que esperaba llegar a ser desde la niñez”. Y esto sucedía
en el mismo año en que se trasladó temporalmente a Berlín.
Para Sartre los seres humanos no
poseen ninguna naturaleza prefijada o esencial. Es cierto cada sujeto se
construye mientras avanza en su existencia.
En relación con los dilemas morales
que las personas tienen que afrontar en
la realidad el pensador francés decía: “Eres libre, por tanto, elige…es decir,
inventa”. En efecto, la vida es un constante descubrimiento y una continua
creación o invención de lo que se quiere hacer. Y el riesgo forma parte de los
procesos de decisión, porque no podemos disponer de toda la información para
acertar siempre en lo que decidimos.
La libertad es la capacidad de elegir
lo que uno es y será. Pero no se puede evitar el azar y lo imprevisto que forma
parte de la existencia de modo continuo. Lo que obliga a cada persona a
revisar, cambiar y reconducir sus decisiones, si lo considera adecuado. Crecer
interiormente y asumir responsabilidades es algo muy valorado por Sartre,
aunque es afirmado desde un ateísmo que ya surgió en su niñez a los 11 años.
La actividad intelectual de Sartre
fue prodigiosa y también se desarrollaba en los cafés parisinos en tertulias
con otros pensadores y artistas. Era capaz de escribir novela, teatro, ensayo o
tratados filosóficos en medio del bullicio de estos locales de ocio. Aunque
también disponía de un espacio más tranquilo en el café para escribir.
Escribía artículos polémicos y
cofundó también dos periódicos franceses que siguen existiendo en la
actualidad: Los Tiempos Modernos y Liberación.
El interés de Sartre por la
fenomenología se manifestó pronto. Y es lógico, porque la filosofía
fenomenológica trata de describir cualquier cosa que experimentas. Describir
fenómenos es la profunda y apasionante de la fenomenología.
Mayo del 68 representó la expresión
de una rebelión o levantamiento que exigía cambios sociales y que se inspiraba
también en la libertad y la autenticidad analizadas por Sartre y otros
pensadores.
En los lemas de este movimiento
aparecían temas existencialistas. Como, por ejemplo, Prohibido prohibir, Sé
realista: pide lo imposible, etc. Los manifestantes pedían libertad, ya que es
lo más característico del ser humano. Se entiende que el 20 de mayo de 1968
Sartre hablara ante 7.000 estudiantes en el gran auditorio de la Sorbona. El
mundo se puede transformar a base de acciones y lucha. Fue uno de los mensajes
de este gran filósofo. Su ingente y extraordinaria producción filosófica y
literaria es un legado que sigue vivo y que posee un valor incalculable.
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