La
resistencia y la tenacidad son el fundamento de la fraternidad humana.La obra
de Josep María Esquirol titulada La resistencia íntima expone reflexiones sobre
lo cotidiano y también replantea numerosas cuestiones acerca de la condición
humana. Es un análisis del mundo en el que convivimos unos con otros desde
perspectivas diferentes que son enriquecedoras. Las contradicciones de la
existencia y las formas de superarlas son desarrolladas a través de
planteamientos filosóficos que repiensan
lo existente desde enfoques nuevos que son constructivos y que huyen de
la negatividad y del conformismo.
El
cuidado de uno mismo se puede entroncar con las enseñanzas de los epicúreos y
de los estoicos. Y la proximidad con los semejantes puede entenderse como la
expresión de una comunidad cívica solidaria que se ocupa de todos y que
propicia el bienestar social e individual.
Se
comprende que diga que «la ética de la vida corriente no lo es de la
apariencia, mientras que el poder, la riqueza y la gloria se cifran a menudo en
la apariencia». En efecto, una vida más humilde, desinteresada y a la vez apasionada
es posible y deseable.La actividad reflexiva no es exclusivamente algo
especulativo y abstracto, ya que también está en directa y profunda relación
con la realidad presente.
La
línea de la vida nos puede deparar casi innumerables sorpresas y oportunidades
y la condición para aprovechar las que
nos apasionan está, a mi juicio, en una actitud de curiosidad y en un
entusiasmo basado en la pasión por realizar lo que nos gusta.
Porque
la existencia avanza siempre hacia lo desconocido, pero desde lo que ya se sabe
que ha pasado. Podemos pensar que la vida es circular y aunque lo pueda ser en
algunos aspectos no lo es en su dinamismo proyectivo. Somos seres de proyectos
y, por tanto, esa es la fuerza principal de los seres humanos. Es algo que
supera cualquier tipo de marginación o exclusión.
El
ensayo de Esquirol es una invitación a
pensar de forma original nuevos modelos vitales que se basen en una exploración
de nuestra resistencia y fortaleza de modos nuevos.
Por
ejemplo, lo que supuestamente es una apariencia de debilidad, en el fondo, no
lo es en ciertos sentidos y me estoy refiriendo a la vejez. Ya que conlleva una
riqueza de experiencia que está atesorada en la mente del sujeto y en sus
sentimientos. Lo que supone también una mayor presencia del sí mismo.
La
puesta en valor de la resistencia o de la fortaleza incluye en una red
semántica común y compartida con la capacidad de aguantar, emprender, soportar
y ser paciente ante las adversidades y los problemas.
Se
puede hacer un recorrido por los diversos sistemas filosóficos y analizar las
respuestas a los posibles modelos vitales y razonar acerca de los más
deseables.
El
buen sentido y el sentido común fueron un buen patrón de conducta para
Descartes en su moral provisional, pero son posibles otros sistemas éticos. Las
escuelas helenísticas de la Antigüedad afirman la tranquilidad de ánimo como
uno de los resortes o fundamentos principales de una vida en la que la
resistencia, la perseverancia y la tenacidad y fortaleza nos hacen vivir mejor
logrando lo que se desea.
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