lunes, 24 de febrero de 2020

COVID-19 A LAS PUERTAS




Dice el ministro de Sanidad español que hay que mantener la tranquilidad. En España todavía no hay casos confirmados, pero es posible que los haya en las próximas horas o días. Convendría que se distinguiera mejor entre casos clínicos y sospechosos en relación con la información que se ofrece a los ciudadanos a través de los medios de comunicación.
También considero que deberían transmitirse más mensajes o informaciones institucionales a la población española para que se mantenga la calma ante esta pandemia del coronavirus.
El sistema sanitario español es, a mi juicio, el mejor del planeta y posee unos recursos para este tipo de  situaciones que lo coloca a la cabeza de los países más desarrollados.
Dicho esto es evidente que no se debe bajar la guardia. Existen muchas incógnitas sobre cuestiones fundamentales de este virus que ha causado el desplome de la Bolsa y ha sacudido el mundo. El que se hayan disparado los casos de contagio en Italia parece ser que es debido a que el virus cuando se está incubando no da síntomas y contagia.
Lo que explica probablemente que, al no saberse la identidad del primer paciente afectado por el coronavirus en la península italiana, tampoco se pueda frenar adecuadamente el incremento del número de personas contagiadas. Y los que están en el periodo de incubación no lo saben y contagian a otros individuos con los que se relacionan o conviven. Y estos a su vez a otros. También es cierto que bastantes casos pueden confundirse con gripe en los más de 30 países con casos.
El periodo de cuarentena primero se dijo que tenía que ser de 14 días, pero ahora se dice por parte de ciertos investigadores que debe ser de 24 días. En cuanto a las formas de contagio parece que es por partículas o gotas y también por el aire y por las superficies.
En lo relativo a la mortalidad es del 0,1% hasta el 2% aproximadamente, según dicen los expertos. Es una tasa baja, igual o menor que la de la gripe. Lo que sí está claro es que, si en China el Gobierno no hubiera impuesto la cuarentena y y  otros procedimientos preventivos, el coronavirus llegaría a afectar a un 40 o 60% de los ciudadanos de este país asiático.
Esperemos que las investigaciones para hallar una vacuna contra el coronavirus lleguen a resultados efectivos en cuestión de pocas semanas o pocos meses.  Porque, si es preciso aguardar año y medio, la situación mundial se puede complicar mucho, en función de lo que vaya sucediendo.
En Italia, en su Norte que es la parte más rica del país parece que la situación es seria. Algunos supermercados están desabastecidos. Y algunos italianos, como se puede ver en algunas informaciones de los medios, tienen actitudes racistas ante todos los que vengan de China. Y esto sucede  también en otros países de Asia. El coronavirus no es como la peste negra que entre 1347 y 1353 causó la muerte de, como mínimo, 25 millones de personas solo en  Europa, lo que representaba un tercio de la población europea.
En el Principado de Asturias se acaba de activar el protocolo de actuación contra el coronavirus, por una mujer procedente de Italia que presenta síntomas de esta enfermedad y ya está siendo atendida en el Hospital Central de Asturias. También hay tres casos sospechosos en Navarra.
En Italia ya ha habido asaltos de supermercados por la histeria colectiva ante la propagación del coronavirus y no solo en las once localidades aisladas también se han producido en Milán y otras ciudades. El problema del desabastecimiento de mascarillas, geles de manos y guantes de látex  en las farmacias y supermercados italianos  ya es un problema serio ante la creciente demanda.
No tengo ninguna duda de que el gobierno italiano pondrá en marcha las medidas necesarias para solventar este  problema.  Lo que es evidente es que la vida cotidiana en el Norte de Italia ha quedada afectada por el aislamiento forzoso para que no extienda más la epidemia. También el turismo como es obvio. El cierre de los colegios y universidades y de los locales de ocio es una medida indispensable para controlar la situación sanitaria.
Es pensable que en España no se llegue a algo parecido. Los protocolos de actuación están preparados. El riguroso control en los aeropuertos y en las fronteras es esencial.

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