Ciertamente, el cine
es la explicación en imágenes de la
realidad y, por tanto, está directamente relacionado con las interpretaciones
filosóficas del mundo y de lo humano. Actualmente, parece que todo tiene que
ser expresado en pantallas de cine y televisión. Y con las tabletas y otros
dispositivos electrónicos las imágenes ocupan el espacio cultural de la mayoría
de las personas. Es como si las palabras escritas o habladas perdieran parte de
su valor representativo ante la fuerza de las imágenes en movimiento. Pero no es así.
De hecho, las grandes
novelas dan muchos más detalles a sus lectores que las películas que
representan las vicisitudes de los
personajes. O una parte de las mismas. La profundidad del lenguaje escrito es
mayor siempre que la que ofrecen las películas.
Aunque también es
verdad que los grandes directores de cine saben darnos excelentes películas que
son una especie de sinopsis de momentos de la vida que resultan inolvidables.
Una de las grandes ventajas del cine es que ofrece a los espectadores la unión
de las emociones y sentimientos con las palabras y la música, con toda la
fuerza que esto mismo supone. La pantalla se convierte en un espejo de la vida
en toda su complejidad y sencillez maravillosas.
Filmes como Memorias
de África nos hablan de la grandiosidad de la existencia de la vida y de lo
emocionante que es vivir, si se piensa en la enorme cantidad de experiencias
que se pueden experimentar y de lo feliz que se puede ser. A la vez nos
recuerdan también lo fugaz que es todo y los cambios inevitables de la realidad
causados por el paso del tiempo que es inexorable para todos.
El cine, a mi juicio,
es como una especie de duplicación de la existencia humana, ya que nos permite
vivir doblemente con los personajes y los ambientes y situaciones. Nos pone en
otras épocas con el poder de la imaginación y la fantasía y también con la
ambientación y los efectos especiales. Recrea el pasado. Bastantes veces de
manera infiel, aunque no siempre.
También nos muestra
cómo somos realmente desde la pantalla, incluso con la representación creada
por los actores y con el talento de
todos los que intervienen en las producciones del Séptimo Arte.
En las películas
aparecen reflejadas la grandeza y la pequeñez humana y también los grandes
logros y la extraordinaria aventura que,
en el fondo, puede ser la vida.
En los distintos
géneros de películas se tratan multitud de temas que van desde el amor a la
amistad pasando por el dolor, la soledad, la alegría, el deseo de aventura, la
felicidad y otros muchos aspectos de lo que constituye el mundo de la vida. Y
esto también es tratado por los ensayos de
los filósofos.
La cultura escrita
parece que está siendo relegada a un lugar secundario frente a la invasión de
los contenidos ofrecidos en pantallas. La sociedad de las imágenes en la que
nos movemos deja apartada la cultura libresca como si fuera algo anticuado y
realmente no lo es. En cualquier caso, los libros digitales se leen en
pantallas también, lo que da una idea clara de la fusión de plataformas en la
era digital o electrónica.
La integración de lo
escrito y lo audiovisual creo que es el mejor camino para entender que la
cultura dispone de diferentes canales de difusión y que todos son importantes y
necesarios para la sociedad.
Quizás, lo más difícil
sea la búsqueda de un equilibrio entre lo escrito y lo audiovisual, ya que se
está asistiendo al predominio de lo visual, de las imágenes y del sonido. El
silencio ha perdido la batalla en el mundo actual frente al predominio del
ruido y del alboroto.
La interpretación de
la realidad humana está mediada por las representaciones audiovisuales y por el
lenguaje hablado especialmente. Lo escrito forma parte de la tradición y es
también conocimiento, pero en la sociedad del siglo XXI ha quedado relegado a
una posición secundaria.
En realidad, los
conocimientos están en los libros, en millones de ellos. El análisis e
interpretación de las imágenes y de las
escenas en las películas forma parte también de
la filosofía del cine.
Muchas películas
sirven para explicar cuestiones filosóficas esenciales, porque a través de las
secuencias y la trama de determinados largometrajes se puede observar la
naturaleza humana y social.
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