La carta del
presidente de México al Rey Felipe VI y al Papa Francisco es innecesaria e
inoportuna, porque trata cuestiones históricas ya superadas.
En este sentido tiene
razón el ministro Borrell al decir que España no va a pedir disculpas por
hechos que sucedieron hace quinientos años. Que López Obrador hable en su carta de los abusos hechos
durante la conquista por los españoles es como poner de manifiesto algo que
también ha sucedido con otros imperios que han realizado conquistas a lo largo
de la historia.
Lo que no dice en la
carta, según creo, ya que no se sabe el contenido íntegro de la misma, es que los mexicas hicieron más de 136.000 sacrificios humanos con otros
indios de México. Hernán Cortés se opuso radicalmente a estas prácticas de
canibalismo y de guerras feroces y duro sometimiento.
Varios historiadores
de México y de España rechazan totalmente los argumentos del presidente de
México.
Una cosa es la
educación nacionalista del máximo mandatario de este gran país y otra muy
distinta es querer cambiar las consecuencias de un proceso de conquista en la
que también participaron otros países hace varios siglos. No todos los
mexicanos descienden de los mexicas aunque así lo afirmen libros de texto
escolares de México, con los que se educó López Obrador, según indica el
historiador Alfredo Ávila.
Además también el
catedrático de Historia Moderna de la UNED y miembro de la Real Academia de la
Historia Carlos Martínez Shaw viene a decir que la conquista militar de
México causó, como no podía ser de otra manera, muchos sufrimientos y muertes «con
todos los daños que eso supone». Pero
insiste en que también hubo momentos de convivencia y no solo de
resistencia en los tres siglos de sometimiento a España.
Incluso cabe decir que en la conquista
de México por parte de Hernán Cortés con sus 400 o 500 soldados se logró la
victoria fundamentalmente por medio de los grupos indígenas aliados de Cortés
para poder establecer su autoridad sobre más de 100.000 guerreros mexicas. Como
bien dice Martín Ríos «Esos grupos
incluso revindicaron su papel en la conquista para obtener privilegios por
parte de la Corona». Incluso hubo miles de indígenas que acompañaron a los
soldados españoles en posteriores conquistas en Centroamérica.
Un dato a favor de López Obrador es
que en su carta pide disculpas por la represión hacia los indígenas tras la
independencia mexicana en 1821. Los desencuentros, culpas, reproches y rencores
ya han desparecido hace mucho tiempo y no hace falta que se lo recuerde al Rey
y al Papa en su carta. Afirma López Obrador que no va a proceder de manera
legal por los agravios sufridos ni va a
pedir un resarcimiento del daño económico, lo que es lógico.
Lo que no me parece correcto es que
las autoridades mexicanas elaboren un pliego de delitos para mostrarlos ante el
Reino de España este mismo año. Y la pretensión de marcar el 21 de septiembre
de 2021 como día de la reconciliación histórica es, en mi opinión, una falta de
respeto a España y a las más altas autoridades del Estado.
Se debe partir de la idea de
Hispanidad. España y los países hispanoamericanos estamos unidos por una misma
lengua que hablan unos 600 millones de personas. Formamos un espacio cultural
enorme con unas potencialidades increíbles que nos hacen ver el presente y el
futuro con optimismo.
México es un gran país con más de 133
millones de habitantes. Es una nación maravillosa que ha recibido con los
brazos abiertos a filósofos exiliados como José Gaos, Eduardo Nicol, María
Zambrano, Adolfo Sánchez Vázquez, etcétera.
De lo que se trata es de
intensificar la colaboración cultural y
económica a todos los niveles entre México y España y también con los otros
países latinoamericanos. Existen numerosos españoles viviendo en Hispanoamérica
y también muchísimas personas mexicanas y de otras nacionalidades que residen y
trabajan en el territorio español.
Las costumbres de los indios y su
cultura tienen que ser promovidas y respetadas. Esto no supone que no sea
posible una convivencia armoniosa y provechosa en todos los aspectos. La
interculturalidad y la diversidad cultural son una base que enriquece la
existencia siempre que se parta del respeto a las discrepancias y a la libertad
de expresión. España está más volcada a América
por compartir una lengua común.
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