Podemos estar
orgullosos de compartir el proyecto de la Hispanidad con Latinoamérica. Y
México es el país de origen hispano con más población, ya que supera los 133
millones de habitantes actualmente. Solamente México D. F. posee una población
de más de 21 millones y medio de personas. Las cifras son impresionantes.
Los más de quinientos
millones de seres humanos que hablan castellano o español son la fuerza que
sustenta la cultura hispana. La civilización
que llevó al Nuevo Mundo el Imperio
español es un activo de primer orden para entender la situación de los países
hispanoamericanos.
Como se sabe Hernán
Cortés fue conquistador pero también evangelizador como afirma Iván Vélez en su
libro El mito de Cortés. Su figura puede ser comparada con la de Alejandro
Magno, aunque desde unas circunstancias históricas, políticas y sociales muy
diferentes.
Por eso será muy
interesante la lectura de un libro de
Vélez que sale publicado esta misma semana
y que se titula La conquista de México. En él se podrán conocer las
complejidades de todo tipo que supuso la empresa conquistadora y civilizadora
de Cortés que quiso morir también en México.
Supongo que con este libro de Historia se da otro
paso más para destruir la leyenda negra
sobre España en relación con la conquista y colonización de las tierras
americanas. Si es que ya no está destruida. Especialmente, si se piensa en la
labor cultural y religiosa que realizó España en América con unos cientos o
miles de soldados, misioneros, etcétera.
La civilización y
cultura que compartimos con México y el resto de países de Centroamérica y
Suramérica adquiere una significación mayor, si cabe, que hace
décadas, por razón de la globalización y el multiculturalismo.
México es un país que
ha acogido generosamente a figuras de la filosofía de primer nivel como fueron
José Gaos y Eduardo Nicol. Y en su territorio han nacido grandes intelectuales
como Octavio Paz que ha sido un gran poeta y ensayista y que logró el premio Nobel
de literatura en 1990, el Cervantes en
1981. Otro filósofo destacado mexicano fue Eli de Gortari que impulsó la
lógica, la filosofía de la ciencia y la historia de la ciencia desde unos
planteamientos propios del materialismo dialéctico.
El mismo materialismo
filosófico de Gustavo Bueno se ha
implantado en México con discípulos y continuadores de las tesis materialistas
desde perspectivas nuevas y originales. Creando aportaciones filosóficas tomando como referencia el sistema del
materialismo que posibilita la crítica y el análisis racional y coherente de
las diversas realidades existentes en el mundo actual.
El Estado mexicano
siempre ha destacado por saber acoger a los intelectuales o a todos los que se
dedican al pensamiento y a la actividad literaria con los brazos abiertos. En
este sentido es de agradecer que la creación de cultura sea apoyada por las
instituciones, universidades y por el país.
Esto se nota
especialmente, si se piensa, por ejemplo, en los filósofos exiliados como
consecuencia de la guerra civil española y que vivieron muchos años como unos
mexicanos y españoles más.
Lo que se echa en
falta es un mayor reforzamiento de los lazos de amistad con México y con los
otros países que usan la lengua de
Cervantes para entenderse. Deberá
crecer la intercomunicación entre México y España. Aunque los dos países
atraviesan, en parte, situaciones diferentes también es cierto que pueden
ayudarse y colaborar cada vez con más
intensidad. El océano que nos separa puede ser atravesado muy velozmente con
Internet y con los medios de comunicación digitales. Y esto ya está ocurriendo.
Otra de las
condiciones para una mejor colaboración entre México y España es que vayan
desapareciendo la excesiva desigualdad y la pobreza, especialmente, en parte del territorio mexicano.
México por ser vecino
de Estados Unidos está en una situación geográfica privilegiada. Puede acceder
a los grandes avances tecnológicos del gigante norteamericano y a la vez disfrutar del lujo de poseer una cultura y
unas tradiciones muy ricas que, en gran parte, proceden de España. Su cultura
maya o azteca también es muy importante y da forma también a su acervo histórico y cultural. Lo indígena y
lo español pueden convivir perfectamente.
Aunque el Imperio
español fue depredador también civilizó y proporcionó escuelas, universidades y
hospitales a los pobladores de estas
tierras en los siglos XVI, XVII y XVIII. Esto no hay que olvidarlo. Hubo
mestizaje. En otros imperios no.
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