Robert Hooke es un
gran científico inglés del siglo XVII y principios del XVIII. Nació en 1635 y
dejó este mundo en el año 1703. Polemizó sobre numerosas cuestiones de la
física y de la ciencia en general y fue un genio creativo de primer nivel. Su
curiosidad fue inmensa.
Su actividad también
fue frenética en una considerable parte de su existencia. Su libro Micrografía
es una de las grandes obras de la ciencia del siglo XVII, sin ninguna duda.
Es cierto que le
perjudicó la polémica y enfrentamiento con Newton en gran medida causada por la
negativa actitud de este hacia Hooke y que no estaba justificada. Hooke residió
e investigó en el Gresham College en Londres desde 1665 hasta su muerte en 1703.
Su habilidad para la
experimentación le valió el nombramiento de responsable de experimentos en la
Royal Society, que es una de las
primeras sociedades científicas de la época y de las que han poseído mayor
prestigio por los grandes científicos que reunió.
La realización de
experimentos con aire comprimido, bolas de vidrio que explotan, observaciones
microscópicas y las pruebas de la potencia explosiva de la pólvora captaron la
atención y provocaron una gran curiosidad en las reuniones semanales en las que
se entretenían los científicos que
contemplaban los ensayos o pruebas experimentales de Hooke.
Con la Royal Society
surgió también la primera revista científica que se tituló Philosophical
Transactions. El nombre de la publicación es revelador ya que indica que se
trataban cuestiones de filosofía natural que equivale a física y ciencias
naturales incluyendo también la matemática.
Hooke quiso dedicar
sus esfuerzos prioritariamente en la década de 1660 y posteriormente a diversas
tareas científicas. Elaboró una lista en la que exponía a que deseaba dedicar
su atención: magnetismo, investigación sobre la pólvora, observación de los
cielos, mejoras en la navegación, relojes mecánicos de resorte, óptica,
máquinas para el comercio y el transporte, indagaciones sobre las formas y
cualidades de los cuerpos, etcétera.
En realidad, le
interesaban todo tipo de conocimientos, especialmente los científicos. El
resultado de sus investigaciones y descubrimientos es asombroso, porque es
evidente que contribuyó con inventos y aportaciones teóricas en muy diversos
campos del conocimiento especialmente en los citados anteriormente.
Fiel a la influencia
del pensamiento espiritualista de la época en la que vivió escribe Hooke al
maravillarse por la belleza del mundo animal «¿Puede haber alguien tan estúpido que
crea que todas estas cosas son el producto del azar?». Se podría contestar desde los conocimientos de las ciencias
del siglo XXI que, con lo que se sabe de la naturaleza y del universo esto es
realmente posible, ya que el azar interviene de modo muy considerable en los
fenómenos naturales.
Hooke investigó
también, entre otras muchas cosas, acerca del movimiento vibratorio y fue capaz
de pensar en el modo de contar el número de vibraciones del ala de una mosca o
de una abeja comparando el sonido de la misma con el de una cuerda musical. Es
una muestra más de su ingenio y de su habilidad para las mediciones y para las
cuestiones técnicas y tecnológicas. En la mejora de la precisión de los relojes
logró avances increíbles.
En relación con la
teoría de la generación espontánea no estaba de acuerdo con la misma, ya que
consideraba realmente factible que algunas formas de vida se desarrollaran
desde la materia en estado de descomposición.
Como muestra de su
interés por conocer la vida animal en su complejidad pueden servir estas palabras
de Robert Hooke en su observación de los piojos, ya que describe como uno le
chupa la sangre: «que aunque ya no le cabía más, con
todo proseguía chupando más rápidamente que nunca, así como vaciándose con la
misma rapidez por detrás. La digestión de esta criatura ha de ser muy veloz,
pues aunque veía que la sangre que chupaba era más espesa y negra, cuando
estaba en las tripas era de un color rubí muy bonito, apareciendo blanca
aquella parte que se digería en las venas». Todo un ejemplo de la minuciosidad
y precisión de sus observaciones y de
los análisis que realizaba.
Hooke era un filósofo
natural o físico y científico que también se interesó por la elasticidad de los
materiales, ya que desarrolló ventanas de guillotina y aplicó sus
extraordinarios conocimientos científicos con la finalidad de mejorar
considerablemente las técnicas de construcción. También fue inspector
urbanístico.
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