Schopenhauer vivió entre 1788 y 1860. Se formó en el idealismo alemán y
estudió con especial intensidad el idealismo trascendental kantiano y otros
sistemas filosóficos.
No le convencía la jerga de Hegel y otros grandes pensadores idealistas
germanos de su época. Y en sus libros filosóficos desarrolla de modo muy
minucioso y meticuloso sus análisis, argumentaciones, reflexiones y
conclusiones. Su libro más influyente es El mundo como voluntad y
representación de más de mil páginas.
Para Schopenhauer el ser humano es la expresión o manifestación más
perfecta de la voluntad. La motivación y el carácter de cada sujeto es la
ecuación o combinación que explica, en parte, el comportamiento de cada
persona. La filosofía de este pensador es una clara reacción contra el
idealismo apriorístico. Se le puede
considerar un pensador ateo.
En los planteamientos filosóficos de sabio alemán se manifiesta la
intención de poner en valor tanto el materialismo como el método experimental.
Es una forma de reconocimiento también de la justificación y validez de los
procedimientos positivistas.
Según Schopenhauer la Filosofía consiste en conocer la esencia verdadera
del mundo y el método efectivo para alcanzar este conocimiento que es la
metafísica misma, en realidad, es la experiencia tanto interna como externa. La
voluntad es inconsciente y consciente, según los casos y las circunstancias,
para este filósofo alemán.
Para él la vida de cada ser humano es una cadena continua de sufrimientos
realizada a través de la volición y el deseo, que son los dos principios
fundamentales que mueven e impulsan a los hombres y mujeres en la realidad
vital. El esfuerzo enérgico y constante sirve para acrecentar la vida.
La filosofía de Schopenhauer es claramente pesimista, ya que está
convencido de que vivimos en el peor de los mundos posibles. Algo radicalmente
contrario a lo que pensaba y argumentaba Leibniz que afirmaba que existimos en
el mejor mundo posible. Una de sus obras más esenciales es su tesis doctoral de
1813 titulada Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente. En
ella escribe que «La importancia del principio de razón suficiente es
grandísima, porque se le puede considerar como el fundamento de todas las
ciencias. Ciencia no es otra cosa que un sistema de conocimientos, es decir, un
todo de conocimientos enlazados, en oposición a un mero agregado de ellos. Y
¿quién sino el principio de razón suficiente vincula los miembros de un
sistema? Lo que distingue precisamente a una ciencia de un mero agregado es que
sus conocimientos nacen unos de otros como de su propia razón».
A diferencia de Hegel para Schopenhauer la realidad es voluntad
irracional. En relación con el espacio, el tiempo y la causalidad es evidente
que son las formas a priori de la representación desde su perspectiva
epistemológica.
El hombre, como representación, es solamente un fenómeno entre otros
fenómenos, y está sometido a la ley
general de los fenómenos mismos, que es la causalidad, en la forma específica
que le es propia: la de .la motivación.
Pero, puesto que la realidad no se reduce por completo a la
representación, que sólo es fenoménica, hay para el hombre otra
posibilidad ligada a la esencia
nouménica del mundo y de sí mismo.
El grado más bajo de la objetivación de la voluntad está constituido por
las fuerzas generales de la naturaleza. En la contemplación estética, en
cambio, la cadena de las necesidades se interrumpe porque el individuo mismo
es, en cierto modo, anulado.
Todo arte es liberador, y lo es porque es la plasmación de la libertad
individual y de la creatividad artística. Schopenhauer se opone tan resueltamente
al panteísmo como al teísmo.
Sus libros más profundos y
académicos muestran un virtuosismo en el manejo del lenguaje que causa admiración. La precisión y claridad
conceptual de sus planteamientos es enorme. Además, es un filósofo minucioso
que conoce todos los recovecos del alma humana y de los sistemas filosóficos y
sus observaciones y valoraciones están muy bien fundamentadas.
Otra de las grandes virtudes
intelectuales de Schopenhauer es que
también escribió tratados en los que explica la variedad de las
actitudes humanas y las diversas maneras de vivir y sus posibles consecuencias.
Porque el arte de vivir puede ser sometido a análisis y reflexión. Su labor
como escritor e investigador fue realmente enorme. Le interesó también conocer otras culturas como, por
ejemplo, la propia del subcontinente indio.
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