La
aplicación didáctica de la filosofía para niños es indudable. La capacidad de
pensar se puede desarrollar y potenciar para que sea mejor. Se puede aprender a
pensar. Los niños se están interrogando sobre infinidad de aspectos de la
realidad y es algo esencial. Las niñas y niños están constantemente filosofando
a su manera, a través de sus preguntas. Como escribe Lipman “Si el pensar es un
encuentro, enseñar a pensar tiene que ver como propiciar ese encuentro”. La
vida exige pensamiento y un uso de la inteligencia para entender la realidad en
la que se vive.
Los
niños pueden filosofar en el aula de forma espontánea y disfrutar aprendiendo a
la vez. El enfoque totalizador u holístico es el propio de la filosofía y en
este sentido es muy útil para los niños, especialmente, a partir de los tres
años en adelante. Ya que permite combinar conocimientos diversos de la realidad
potenciando el desarrollo completo de la persona. Antes que Lipman las obras de
Dewey insisten en la importancia de un buen procedimiento metodológico y una
buena didáctica para que los niños aprendan de verdad. Y la reflexión es lo
crucial, a juicio de Dewey. En efecto, los métodos exitosos en la enseñanza
formal y reglada son los que según este filósofo estadounidense “le dan a los
alumnos algo que hacer, no algo que aprender; y si el hacer es de tal naturaleza
que demanda el pensar o la toma de conciencia
de las conexiones; el aprendizaje es un resultado natural”. Además, es
evidente que con la Filosofía para niños se trabajan todas las áreas del
currículo. Los conceptos, procedimientos y actitudes de las programaciones
didácticas pueden ser tratados de forma profunda con la metodología propuesta
por Lipman y otros.
Las
distintas ramas de la filosofía pueden ser trabajadas en todas las etapas educativas con niveles de
profundidad diferentes. Puesto que la filosofía política trata cuestiones
relacionadas con la justicia distributiva, la igualdad, la libertad, el poder,
etc. La filosofía medioambiental plantea preguntas sobre el medio ambiente y
sobre los recursos de nuestro planeta. La filosofía social abarca temas
relacionados con la comunidad, cooperación, etc. La ética versa sobre lo bueno
y lo malo, etc. La estética trata de la definición del arte, la belleza y otras
cuestiones similares. La filosofía de la mente analiza estados mentales,
emociones, cerebro y mente, etc. La epistemología se refiere al conocimiento y
a lo qué se puede conocer, grados de conocimiento, etc. La metafísica trata de
lo real y de la complejidad del mundo. Si bien existen más ramas de la
Filosofía, ya que se interesa por todo.
Los
principales objetivos de la Filosofía para niños son favorecer la actitud
crítica y reflexiva de los alumnos y alumnas.
Desarrollar las destrezas de razonamiento y juicio. El descubrimiento de
los componentes éticos de la experiencia humana. Potenciar los aspectos
emocionales y cognitivos de la experiencia de niños y niñas. Serán capaces de
llegar a la metacognición para poder desarrollar un pensamiento complejo que
les haga reflexionar sobre su propio pensamiento.
El
aula debe ser una comunidad de investigación con una inequívoca apertura mental
a la evidencia y a la razón. Los alumnos deben procurar ser lo más
objetivos posible en sus críticas a ideas
y planteamientos.
Se
deduce que al hacer filosofía se desarrollan varias habilidades decisivas: el
sentido crítico, la creatividad, la capacidad analítica, la concentración, la
escucha activa, la comunicación, la competencia social, el respeto, la
tolerancia, etc.
En
una sociedad como la actual cada vez es más necesaria la filosofía, por
numerosas razones que tienen que ver con los graves problemas sociales de
diverso tipo que está afrontando Occidente estos últimos decenios. El problema
del hambre, la injusticia, la desigualdad, las guerras, la violencia, etc., son
actitudes y situaciones contra las que lucha la filosofía.
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