La
toma de posesión de Donald Trump abre un periodo de incertidumbre en el mundo.No
se sabe con certeza las consecuencias de sus decisiones políticas para mantener
un equilibrio mundial. Tampoco se sabe si provocará más guerras o logrará la
paz. Su falta de experiencia política puede ser un problema decisivo en su
acción de gobierno y en su toma de decisiones. Aunque también es esperable que
modere su carácter y sea sensato al ser presidente de Norteamérica.
Debe
aprovechar que hereda de Obama una economía que está en crecimiento con un bajo
nivel de paro. Es evidente que la potencia militar de Estados Unidos es
apabullante y su servicio de espionaje e inteligencia también lo es. Este magnate de la construcción y estrella de
la televisión ha pronunciado frases que han herido la sensibilidad de numerosas
personas. Y ha tenido comportamientos que no han sido correctos. Pero, puede rectificar como presidente de la
nación más poderosa del planeta y ser prudente y juicioso en sus actos,
decisiones y palabras.
La
democracia americana con Trump parece que va a tomar un nuevo rumbo, ya que
accede al poder un gran empresario que no es un político al uso. Y esto plantea
varios interrogantes. Puede optar por eliminar la tecnocracia como forma de
gobierno y pensar en mejoras radicales del bienestar de todos los ciudadanos y
residentes en Norteamérica. Aunque con su programa político y su intención de
construir el muro de separación con México las cosas se ponen difíciles
para que se logre una política de
inmigración racional y basada en los derechos humanos.
Si
se entra en el comentario y análisis del primer discurso de Trump como
presidente la valoración es positiva. Suena a populista, pero si se fueran
cumpliendo bastantes aspectos del contenido expuesto significaría que se iría
avanzando en la senda correcta. Si la riqueza de Estados Unidos no es propiedad
de una minoría y repercute en el pueblo,
la prosperidad estará garantizada en el presente y en el futuro. Ya que ha
dicho que “los políticos han prosperado, pero cada vez hay menos empleos y más
fábricas cerradas”.
Proteger
los intereses de Norteamérica es en lo que más insiste Trump. En el comienzo de
su mandato parece que tiene las manos libres y el poder absoluto para hacer lo
que quiera.
Si
se preocupa de garantizar que los más desfavorecidos tengan garantizada su
dignidad con ayudas económicas o renta básica hay margen para la esperanza.Y
también si protege a las clases medias tan afectadas negativamente por la
crisis económica.
Los
retos que debe afrontar Trump de cara a la política exterior son grandes y
complejos. Debería apoyar más a España y al resto de Europa. Y respecto a China
y a otros países es mejor que sea prudente
para no desencadenar conflictos internacionales que pueden llevar a más
guerras.
En
relación con las protestas desatadas por miles de norteamericanos por su acceso
a la presidencia se debería considerar que ha llegado al poder
democráticamente. Y aunque,
prácticamente, la mitad de la población no lo quiere al frente de la
nación es legítimo que lo esté. Habrá que darle, al menos, el beneficio de la
duda respecto a su acción de gobierno.
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