martes, 16 de julio de 2019

SE ACELERA EL CAMBIO




Parece que el cambio climático y el calentamiento global ya están causando graves problemas. La desertización de amplias zonas del planeta avanza a pasos agigantados.
Si a esto se une la desaparición progresiva de miles de millones de árboles por la tala y la deforestación no cabe duda de que estamos asistiendo a una situación preocupante.
Por si esto no fuera ya terrible por sí solo, la contaminación de los océanos con plásticos y otros materiales está alcanzando niveles claramente alarmantes.
Y si se piensa que no se está reduciendo la emisión de sustancias contaminantes procedentes de los hidrocarburos parece que en unos lustros o decenios llegaremos a tener un planeta casi inhabitable en algunas zonas.
En relación con el cambio climático es cierto que el verano ha cambiado y ya no es como el de hace décadas. Se suceden tormentas cada poco en los meses estivales. Menos precipitaciones en  otoño e invierno.   La diferencia entre las estaciones ha disminuido claramente. La temperatura promedio durante el año ha subido de forma general. Los Polos, especialmente, el Polo Norte está perdiendo su masa helada, ya que se están derritiendo poco a poco, en un proceso tal vez muy largo pero inexorable.
La solución para este estado de cosas está clara y es que los países especialmente los que más contaminan dejen de hacerlo. Se puede lograr con la generalización de los automóviles eléctricos y con otras medidas que supongan la utilización de energías renovables que contribuyen de una manera eficaz a la sostenibilidad de nuestro mundo. Quitar importancia a lo que está sucediendo no arregla los problemas producidos por la polución atmosférica y de los mares.
Esperemos  que en unos lustros o decenios no tengamos que usar mascarillas para evitar problemas de salud por la excesiva contaminación.  De hecho, en China, Japón y otros países asiáticos ya están utilizando mascarillas protectoras para respirar.
Millones de personas están  muriendo cada año por el excesivo nivel de contaminación existente actualmente. Además, es preciso pensar en las futuras generaciones que deben disponer de un mundo en el que se pueda vivir con una cierta calidad del aire y con unas condiciones adecuadas.
La selva amazónica corre peligro de desaparecer para siempre, por la tala indiscriminada de extensas partes de diferentes zonas del Amazonas por explotaciones mineras o de otra índole. Y esto está eliminando uno de los grandes pulmones de nuestra tierra.
Algo parecido se puede decir de la selva del Congo o del centro de África que es de una belleza también sobrecogedora y que puede ser destrozada por intereses económicos que no respetan una gran reserva natural que debe estar convenientemente protegida.
En el caso de Indonesia también es necesario poner de manifiesto que es indispensable preservar la selva o jungla existente al igual que en otros países de Asia, como, por ejemplo, la India, Tailandia, Malasia, etcétera.
Además, se están extinguiendo muchas especies de animales y de plantas por la acción humana y esto no debe continuar. Se produce  una extinción natural que es el resultado de la evolución  y esto es lógico, pero no lo es que desaparezcan muchísimas especies por culpa de la explotación humana indiscriminada de los recursos del globo.
La globalización no debe  destruir sino que tiene que apoyar el bienestar humano que se basa también en el absoluto respeto a la naturaleza y a los animales.
Respetar a la naturaleza es también respetarnos a nosotros mismos y a nuestros descendientes, así de claro. Es imprescindible pensar en estas cuestiones y no creer que el planeta lo resiste todo, ya que estamos viendo y experimentando que no es cierto.
Y la solución no es irse a vivir a otros planetas que sean parecidos al nuestro, ya que no es una opción viable en el corto o medio plazo. Nuestro mundo no se puede duplicar y, por tanto, tenemos la responsabilidad de cuidarlo.
Y los que más pueden hacer son precisamente los políticos que ejercen el poder o gobiernan en los numerosos países del mundo, especialmente en los más grandes e industrializados, por motivos obvios.
Según los expertos, nos estamos cargando la tierra. Es verdad que los avances de la ciencia, la tecnología, la ingeniería genética y la Inteligencia Artificial traerán logros increíbles en pocos años, pero, mientras tanto, deberíamos bajar sustancialmente los niveles de contaminación y preservar, de la mejor forma, la naturaleza.



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