Parece que el cambio
climático y el calentamiento global ya están causando graves problemas. La
desertización de amplias zonas del planeta avanza a pasos agigantados.
Si a esto se une la
desaparición progresiva de miles de millones de árboles por la tala y la
deforestación no cabe duda de que estamos asistiendo a una situación
preocupante.
Por si esto no fuera
ya terrible por sí solo, la contaminación de los océanos con plásticos y otros
materiales está alcanzando niveles claramente alarmantes.
Y si se piensa que no
se está reduciendo la emisión de sustancias contaminantes procedentes de los
hidrocarburos parece que en unos lustros o decenios llegaremos a tener un planeta
casi inhabitable en algunas zonas.
En relación con el
cambio climático es cierto que el verano ha cambiado y ya no es como el de hace
décadas. Se suceden tormentas cada poco en los meses estivales. Menos precipitaciones
en otoño e invierno. La diferencia entre las estaciones ha
disminuido claramente. La temperatura promedio durante el año ha subido de
forma general. Los Polos, especialmente, el Polo Norte está perdiendo su masa helada,
ya que se están derritiendo poco a poco, en un proceso tal vez muy largo pero
inexorable.
La solución para este
estado de cosas está clara y es que los países especialmente los que más
contaminan dejen de hacerlo. Se puede lograr con la generalización de los
automóviles eléctricos y con otras medidas que supongan la utilización de
energías renovables que contribuyen de una manera eficaz a la sostenibilidad de
nuestro mundo. Quitar importancia a lo que está sucediendo no arregla los
problemas producidos por la polución atmosférica y de los mares.
Esperemos que en unos lustros o decenios no tengamos
que usar mascarillas para evitar problemas de salud por la excesiva
contaminación. De hecho, en China, Japón
y otros países asiáticos ya están utilizando mascarillas protectoras para
respirar.
Millones de personas
están muriendo cada año por el excesivo
nivel de contaminación existente actualmente. Además, es preciso pensar en las
futuras generaciones que deben disponer de un mundo en el que se pueda vivir
con una cierta calidad del aire y con unas condiciones adecuadas.
La selva amazónica
corre peligro de desaparecer para siempre, por la tala indiscriminada de
extensas partes de diferentes zonas del Amazonas por explotaciones mineras o de
otra índole. Y esto está eliminando uno de los grandes pulmones de nuestra
tierra.
Algo parecido se puede
decir de la selva del Congo o del centro de África que es de una belleza
también sobrecogedora y que puede ser destrozada por intereses económicos que
no respetan una gran reserva natural que debe estar convenientemente protegida.
En el caso de
Indonesia también es necesario poner de manifiesto que es indispensable
preservar la selva o jungla existente al igual que en otros países de Asia,
como, por ejemplo, la India, Tailandia, Malasia, etcétera.
Además, se están
extinguiendo muchas especies de animales y de plantas por la acción humana y
esto no debe continuar. Se produce una
extinción natural que es el resultado de la evolución y esto es lógico, pero no lo es que
desaparezcan muchísimas especies por culpa de la explotación humana indiscriminada
de los recursos del globo.
La globalización no
debe destruir sino que tiene que apoyar
el bienestar humano que se basa también en el absoluto respeto a la naturaleza
y a los animales.
Respetar a la
naturaleza es también respetarnos a nosotros mismos y a nuestros descendientes,
así de claro. Es imprescindible pensar en estas cuestiones y no creer que el
planeta lo resiste todo, ya que estamos viendo y experimentando que no es
cierto.
Y la solución no es
irse a vivir a otros planetas que sean parecidos al nuestro, ya que no es una
opción viable en el corto o medio plazo. Nuestro mundo no se puede duplicar y,
por tanto, tenemos la responsabilidad de cuidarlo.
Y los que más pueden
hacer son precisamente los políticos que ejercen el poder o gobiernan en los
numerosos países del mundo, especialmente en los más grandes e
industrializados, por motivos obvios.
Según los expertos,
nos estamos cargando la tierra. Es verdad que los avances de la ciencia, la
tecnología, la ingeniería genética y la Inteligencia Artificial traerán logros
increíbles en pocos años, pero, mientras tanto, deberíamos bajar
sustancialmente los niveles de contaminación y preservar, de la mejor forma, la
naturaleza.
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