Schleiermacher es un
filósofo que es considerado el padre de la Hermenéutica moderna. Nació en 1768
en Breslau y falleció en 1834 en Berlín. Su formación fue amplia y profunda.
Leyó y analizó las
filosofías de Kant, Jacobi, Fichte y de
otros importantes pensadores de su época. El sentimiento es decisivo en los
planteamientos filosóficos de este filósofo. En parte, por la influencia
recibida de Jacobi. Gracias a Eberhard
que era un célebre polemista en Halle nuestro estudioso e investigador
se interesó por la historia y la filosofía como también señala Antonio Lastra
en la edición de la Estética de Schleiermacher.
Ciertamente, aunque
conoció personalmente a Kant, el gran creador del idealismo trascendental, no
quedó profundamente impresionado por su gran cantidad de conocimientos y forma
de ser, según se sabe. De todos modos, lo que es indudable es que la filosofía
kantiana le influirá en sus desarrollos especulativos a lo largo de su
producción filosófica.
Los cursos de Estética que impartió
Schleiermacher en la Universidad de Berlín comenzaron en 1819. Después
de su muerte toda su producción filosófica se fue publicando
paulatinamente, ya que era inédita.
Las enseñanzas
universitarias de Schleiermacher trataban sobre todo de teología, pero también
de estética y filosofía en las universidades de Halle y Berlín.
Articuló una teoría de la hermenéutica que causó una gran repercusión durante el siglo XIX y
también posteriormente en otros pensadores. Para él la tarea de la hermenéutica
es, según sus propias palabras: «entender el discurso tan bien como el
autor, y después mejor que él». Se le puede encuadrar dentro del
idealismo alemán, sin duda.
Aunque en el ambiente
de discusión crítica y de polémicas doctrinales continuas que existía en su
ambiente académico y filosófico es entendible que Hegel lo criticara por seguir
el espíritu kantiano en algunas cuestiones. Si bien, la libertad de pensamiento
siempre debe prevalecer.
Para Schleiermacher la
moderación es uno de los regalos o virtudes del arte o de la actividad
artística con el fin de que «la moderación penetre todo cada vez
más». Se refiere al perfeccionamiento de la vida en la tierra de
la mejor manera posible. Es lo que él considera como la utilidad del arte.
La vinculación del
arte con la religión y lo sagrado aparece con frecuencia en sus obras. No debe
olvidarse que la mayor parte de sus lecciones en la universidad desarrollaban
temas teológicos. En su Estética analiza las diferentes ramas artísticas y
también las características de lo bello y del gusto.
Sus distinciones son
muy precisas y también explica los
objetivos del arte y su relación con el arte ya que escribe: «Nuestro objeto principal de investigación es el significado
ético del impulso artístico en general. Más allá de esto sólo se halla el
significado cósmico. El resultado es el mundo del arte. Este mundo forma parte
de la serie de las cosas y se vincula, por tanto, al espíritu del mundo». Como se puede notar existe una cierta influencia del
pensamiento hegeliano.
La Estética para
Schleiermacher está profundamente unida a los deseos de libertad de los seres
humanos. Se inspira en parte en el romanticismo y en otras corrientes
culturales presentes en su tiempo.
Ética y Estética, por
tanto, están muy unidas o integradas en una misma proyección vital que busca lo
posible mediante el juego del arte y de la expresión en sus múltiples
modalidades.
Se observa una
intención pragmática en su planteamiento de lo artístico como libre creación
humana que da toda su dimensión a la naturaleza humana y que es algo en cierta
forma divino.
Está convencido de que
la comprensión correcta de un escrito o discurso es el resultado de un arte. Y, por supuesto, se deduce que la
composición de escritos también lo es. Por tanto, interpretar y comprender
forman parte de la actividad de todo filósofo o artista del concepto o de la
palabra. En el arte además los estereotipos y los modelos cambian y son
históricos e interpretables desde diversos planteamientos.
Según Schleiermacher
los escritos y las restantes creaciones artísticas son producto del espíritu. Ya que piensa desde
una perspectiva idealista. El lugar para
conocer a Dios es la ética y la moral, según su pensamiento. EL sentimiento y
la intuición son las sendas mejores para relacionarse con Dios, según este
sabio prusiano. Su análisis del arte y de las representaciones artísticas son
magistrales y extraordinariamente rigurosas.