Euclides fue un
matemático y geómetra griego que dejó un legado de conocimientos que ha
perdurado hasta nuestros días. Vivió
desde el 325 a. C. hasta el 265 antes de nuestra era. Su existencia
transcurrió en Alejandría durante el reinado de Ptolomeo y
algunos autores dicen que también vivió en Damasco.
Su libro Elementos de
geometría ha influido durante toda la Antigüedad y también en la Edad Media en
los estudiosos de las matemáticas. Sus investigaciones y enseñanzas matemáticas
en la mayor sede del saber de la época como era el Museo de Alejandría son
cruciales para el desarrollo de la ciencia. También lo son las investigaciones
de otros científicos que desarrollaron su labor
en el periodo alejandrino.
El método euclidiano
toma como modelo a la lógica deductiva aristotélica para sus desarrollos.
Euclides recogió el saber geométrico y matemático que conocía y lo incorporó a
su tratado aportando también planteamientos nuevos.
Los procedimientos
geométricos se resuelven trazando figura con regla y compás. Esto es lo que se
observa, si se analiza esta obra de Euclides. Uno de los problemas de su época
era el de la cuadratura del círculo. Alguno de sus teoremas es muy conocido: la
suma de los ángulos interiores de cualquier triángulo es 180 grados.
Puso las bases de un
edificio de conocimiento constituido por definiciones, postulados y nociones
comunes. Como indica Ana Millán Gasca «El mérito de Euclides no fue inventar teoremas: consistió, al
contrario, en saber integrarlos como piedras de su sistema,…».
Las demostraciones por
medio de su expresión escrita podían alcanzar una consistencia que superaba el
paso de los siglos y esto también lo sabía Euclides y los otros sabios del
periodo helenístico alejandrino.
La matemática antigua
surgió con los primeros filósofos presocráticos y también con Hipócrates el
padre de la medicina. Y es una clase de
saber desinteresado, pero a la vez muy necesario en el conocimiento. Supone también una forma de conocimiento puro
y es, en realidad, la contemplación de la verdad.
Se entiende
perfectamente que para Platón fuera un saber imprescindible y que en la entrada
de su Academia apareciese grabada la
frase: No entre nadie que no conozca la geometría.
La finalidad de los Elementos de Euclides era doble. Por
una parte se recopilaba el saber geométrico de la Antigüedad griega y por otra
se enseñaba una forma de demostrar los teoremas y también de la manera de
construir una teoría matemática. Es, indudablemente, el padre de la Geometría.
En relación con las
definiciones Euclides escribe que: un punto es lo que no tiene partes. Una
línea es una longitud sin anchura y los extremos de una línea son puntos.
Respecto a las nociones comunes dice Euclides que las cosas iguales a una misma
cosa son también iguales entre sí.
Euclides también escribió una Óptica que fue analizada por los artistas
del Renacimiento que pensaban en la aplicación de la perspectiva en sus obras
pictóricas.
En el siglo I a. C. la
ciudad de Alejandría, según escribe Estrabón, dispone de una gran biblioteca
que contiene unos 700.000 rollos. Y ya lleva varios siglos desde que fue
fundada. El Museo de Alejandría era una gran institución del saber que al igual que el Liceo de Aristóteles
disponía de un paseo, un lugar de reunión al aire libre y una gran biblioteca
que se cree que llegó a poseer un millón de rollos.
El intercambio de
saberes que se produjo en Alejandría durante varios siglos fue prodigioso. Al
ser puerto de mar con el cosmopolitismo que esto ya, por sí mismo, suponía
también se propiciaba un ambiente que
daba lugar a que se transmitieran nuevas
ideas y conocimientos. Y que en el
propio Museo los mejores científicos y
filósofos discutieran e investigaran con total libertad sobre cuestiones muy
diversas. Los Ptolomeos compraron muchísimos libros para su gran biblioteca de
Alejandría.
Atenas seguía siendo
la referencia fundamental en el campo de la filosofía, como es lógico, pero en
el ámbito científico Alejandría conseguía atraer a los mejores hombres de ciencia
de la época y, en todo caso, el intercambio de cartas y escritos era otra forma
esencial para que las grandes mentes de la física y de las otras ciencias se
mantuvieran informados de sus descubrimientos. La red de comunicación que
existía en el tiempo de Euclides era lenta, por razones obvias, pero efectiva.
Somos herederos de la ciencia alejandrina.
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