Aunque
parezca extremadamente difícil cambiar, de modo significativo, la realidad
económica y social, no es una tarea imposible e irrealizable, en sentido
estricto. Depende de la voluntad de los ciudadanos y de sus representantes
políticos. Ante las muy cercanas elecciones del 26 de junio, cabe realizar
ciertas propuestas que, por supuesto, son discutibles y matizables, pero que
representan, a mi juicio, una parte de las líneas maestras que tendría que
aplicar el nuevo gobierno que salga de las urnas.
Suponiendo,
que no haya que ir a unas terceras elecciones, que me parece lo más probable,
viendo y analizando el panorama que nos ofrecen los sondeos y encuestas, y,
sobre todo, las declaraciones y manifestaciones públicas de los políticos en
campaña.
Por
tanto, expongo algunas líneas de actuación política que considero racionales y
que, en cualquier caso, podrían servir para solucionar el caos económico y
social que están padeciendo, injustamente, millones de ciudadanos españoles, en
muy precarias condiciones sociales, por causa del elevado nivel de paro, los
bajos salarios, la carencia de vivienda, etc. También es verdad que, otros
millones de personas en nuestro país viven holgadamente o bien, pero esto no
puede servir de excusa ni de consuelo.
La igualdad es un valor constitucional. Pero parece que es algo, puramente
simbólico, en la sociedad española, por lo menos, en el ámbito económico.
Una
de las medidas que habría que implementar, en mi opinión, es poner límite a los
beneficios anuales desorbitados de los bancos. Lo que no es lógico ni racional
es que den a los ahorradores intereses ridículos, de menos del uno por
ciento por sus depósitos, y en cambio,
en los préstamos exijan un interés de devolución del ocho o el nueve por
ciento. Sobran los comentarios, aunque se tenga en cuenta la actividad y los
controles del Banco Central Europeo. Habría que cambiar este estado de cosas,
de una vez por todas.
Otra
medida necesaria, y sería la primera a ejecutar es poner a disposición de los
que acrediten y justifiquen necesitarla una renta básica, mientras sea
necesaria, para las personas que la precisen, al no tener ingresos, o disponer
de poco dinero para vivir dignamente.
Son
indispensables sueldos decentes. Los contratos basura deben ser eliminados.
Tendría que haber más inspectores de Trabajo para evitar, en mayor medida, la explotación, en
relación con las condiciones laborales,
etc. Respecto a la Agencia Tributara estoy convencido de que, si hubiera un
mayor número de inspectores y personal especializado para investigar el fraude
a Hacienda, de grandes fortunas, corporaciones, etc., se obtendría una gran
cantidad de dinero que se podría emplear en el beneficio de todos los
ciudadanos españoles que pagan, responsablemente, si les corresponde, sus
impuestos.
Si
a esto añade más viviendas sociales con más ayudas para la compra de pisos, o
alquileres más baratos, también se estaría favoreciendo una mayor cohesión
social, y también la justicia social.
La
igualdad en el acceso a los servicios que está garantizada por el ordenamiento
jurídico, en realidad, no se cumple en muchos casos, ya que según se viva en
una Comunidad Autónoma o en otra, los servicios cambian en sus condiciones. Me
refiero, por ejemplo a la Sanidad, etc. Se puede aumentar la eficiencia del
sistema público de salud. El aumento de la pensiones es otra cuestión
prioritaria que debería ser aprobada y
ejecutada por un nuevo gobierno en España.
También
es imprescindible, a mi juicio, un nuevo pacto educativo que garantice, de
verdad, la igualdad de oportunidades, y que esté fundamentado en el asesoramiento de los
profesores, y en los planteamientos de la comunidad educativa, ya que son los
auténticos protagonistas de la enseñanza. Estamos viviendo en la sociedad del
espectáculo y del éxito rápido, pero en educación el esfuerzo para poder
aprender es lo primordial, y esto no debe ser olvidado por nadie.
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