No se dan las
condiciones mínimas para que los profesores interinos preparen las oposiciones
con un mínimo rigor. Las tareas telemáticas han aumentado el doble la
dedicación y el tiempo empleado por los docentes por causa de la pandemia. Y a
esto es preciso sumar las horas de preparación de clases, exámenes,
recuperaciones, reuniones, corrección de pruebas escritas, etcétera.
Y lo que no puede ser
es que haya que robar horas al sueño para que los opositores estudien o repasen
en profundidad muchos temas de su especialidad. En Madrid más del 64% de los docentes están convencidos
de la necesidad de aplazar las pruebas de la oposición.
En Castilla-León han
decidido que los interinos no tengan la obligación de presentarse a los
exámenes y que puedan seguir trabajando ocupando vacantes. Esta medida debería
ser aplicada también en Asturias. Se podría, como una medida excepcional,
prorrogar los contratos de los docentes interinos con más de 15 años de
experiencia laboral en los años que les restaran hasta su jubilación para los que tengan más de 55 años.
El estrés laboral no
puede ser un castigo impuesto, al que además se añada la falta de igualdad para
los opositores, que tienen que multiplicarse para impartir sus conocimientos en los
institutos y encima tener que presentarse a la oposición. En muchos casos, ya
son doctores además de licenciados, lo que acredita sobradamente su capacidad y
saber.
A pesar de los
protocolos anticovid no va a haber forma de comprobar si los opositores han
estado en cuarentena o han sido contactos estrechos de un contagiado. Esto
supone un riesgo añadido en la oposición en Asturias. La limitación de los
contactos sociales es una quimera, ya que no es controlable. La distancia de
seguridad es otra entelequia, que se está viendo que no siempre se respeta, por
muchas causas en nuestra sociedad.
La declaración
responsable de no estar contagiado no creo que sea muy útil, por muchas razones
que son fáciles de imaginar. Los asintomáticos son otro grave problema añadido.
Si se celebra la
oposición en Asturias puede haber profesores que después de más de 26 años de
docencia en la enseñanza pública se queden en la calle a falta de unos pocos
años para jubilarse. Simplemente, por la intransigencia de la Administración
que no atiende a razones. Es lamentable que esto suceda. Los funcionarios
interinos no son un número que se borra sin más, son personas y profesionales
de la enseñanza. Si existe un 30% de profesorado interino es por algo. Es
necesario para que funcione adecuadamente y con calidad el sistema educativo
asturiano y esto mismo beneficia a toda la sociedad asturiana. No es algo menor
y sin importancia.
Además, por si no
fueran suficientes estas razones está claro que van a coincidir fechas de
vacunación con las fechas de las pruebas y esto no se va a poder solucionar. Y
muchos opositores jóvenes no estarán
vacunados. Por otra parte, no hay que olvidar que las PCR fallan como bien
saben los médicos. Y las PCR negativas no siempre lo son, con lo que aumenta
notablemente la posibilidad de contagios, si pensamos también en los
asintomáticos.
En fin, un cúmulo de
despropósitos que puede llevar a un aumento exponencial de la tasa de contagios
y conducir a las UCI a opositores y miembros de
los tribunales con neumonía bilateral u otras graves dolencias causadas por el
coronavirus. Con 7.000 opositores, si no se aplaza la oposición, el desastre
sanitario parece garantizado y luego no sirve de nada quejarse.
Habrá
responsabilidades y se pueden dirimir en los tribunales. Además, la sentencia
del Tribunal Europeo de hace un año
sobre fraude de ley en la contratación laboral de los interinos ya está
produciendo consecuencias, con
determinadas decisiones de tribunales españoles respecto a demandas de
trabajadores interinos, que son juzgadas y aceptadas por los jueces.
Lo deseable y lo lógico es que las Administraciones Públicas fueran flexibles y aceptaran
contratos que se pudieran prorrogar o un sistema de acceso especial con más
estabilidad valorando la experiencia ya acreditada durante muchos años.
En País Vasco,
Andalucía y Canarias al menos ya prorrogan los contratos de los docentes
interinos con 15 años o más de experiencia
docente y más de 55 años hasta que se jubilen. Es de sentido común.
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