En Asturias se debe
aplazar la oposición de Secundaria por muchas razones. Esta pandemia no está controlada y el bien común y la salud y la vida de los
opositores está por encima de unos exámenes.
En el territorio
asturiano, aunque se intente descentralizar la sede de los tribunales puede
haber concejos perimetrados, por causa del coronavirus. Si aumentan los
contagios el concejo de Salas, por ejemplo, puede ser perimetrado. Y esto puede
suceder en más concejos asturianos.
Y si en una semana o
dos suben mucho los contagios es posible que nadie se haga cargo de controlar la situación y los
opositores y los funcionarios que conforman los tribunales se vean en una
situación límite, en la que peligre su salud y hasta su vida. El proceso de
vacunación en Asturias está siendo muy
lento, porque hay muchísima población sin vacunar. Esto es una realidad.
Los criterios de
vacunación están cambiando continuamente y no llegan las cantidades de dosis
necesarias y la administración de las mismas es farragosa y muy lenta.
Los opositores que
vengan de otras Comunidades no se sabe si están inmunizados o vacunados. Los
propios opositores pueden no estar vacunados para junio. Y se presentarán
opositores contagiados con el tremendo riesgo de contagio que eso supone, sin
ninguna duda. Un caos absoluto.
Entre ellos los
menores de 30 años, por ejemplo, con los riesgos consiguientes para todos los
que participen en la oposición. Un mes de tribunales de oposición para los
funcionarios que los componen puede pasar una factura tremenda, que puede
significar contagiarse de coronavirus y enfermar o morir. Y, por desgracia, es
posible y de ninguna manera es descartable.
Si los opositores
tienen que presentarse de manera obligada a los procesos selectivos, como es el
caso, pueden hacer test de antígenos un día o dos antes de la oposición e ir a
las pruebas y si resultan contagiados pedir responsabilidades al SESPA o a la
Consejería de Educación incluso con una
posible denuncia judicial.
Todos los riesgos
están presentes, si no se aplaza la oposición. Y nadie se los merece. En
Alemania y Francia están confinados. En Asturias podemos llegar a una situación
parecida en las próximas semanas con un notable aumento del número de contagios
por la cuarta ola.
Además, por si no
fuera suficiente, los que estén vacunados también pueden contagiar y la mayor
parte estarán sin vacunar. A día de hoy el 6% de la población española está
vacunada. Es un porcentaje muy reducido del total. Puede haber un rebrote en
junio.
Existe una evidente
sobrecarga de trabajo de todo el profesorado y el calendario lectivo sigue
hasta el 30 de junio. Lo del mérito y la capacidad a la hora de presentarse a
las pruebas de la oposición queda en entredicho con estas condiciones laborales
de sobreesfuerzo por causa de la pandemia. Se ha redoblado el esfuerzo y el
tiempo de dedicación a las tareas docentes de todos los profesores con las
clases online y el trabajo telemático.
La oposición está
prevista para junio. Esto provocará problemas y un cierto caos en los centros
educativos, por razones obvias. Forzar la celebración de la oposición en
Asturias sería una temeridad. Aún se está a tiempo de reconsiderar las
consecuencias y aplazar el proceso selectivo para cuando se den las condiciones
de seguridad sanitaria, que son de derecho y son exigibles.
En los próximos meses
las situaciones que se pueden producir en relación con la pandemia son
imprevisibles y más ahora con el anuncio de Pedro Sánchez de una vacunación
masiva que, de producirse, haría imposible que no coincida la vacunación con la
oposición y de no ser así también supondría que muchos irían a las pruebas sin
vacunar y otros contagiados, para poder seguir en la lista de interinos y seguir trabajando.
La huelga del próximo
14 de abril es por el aplazamiento y por la negociación de un nuevo Acuerdo de
Interinidad que garantice una mayor estabilidad al profesorado interino que
realizar una labor imprescindible en Asturias.
El bienestar de todos
y la salud es lo primordial, ya que estamos sufriendo las consecuencias de una
pandemia de unas proporciones no vistas en décadas. No se trata de ir
improvisando, puesto que lo coherente y racional es considerar todos los
peligros y riesgos y actuar en consecuencia. El Gobierno autonómico asturiano
creo que tendría que tomar cartas en el asunto y su presidente, y lo escribo
con el máximo respeto, debería tomar la
decisión de aplazar la oposición educativa.
(ARTÍCULO 1.096)
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