jueves, 30 de julio de 2020

GENIO




En el libro de Aristóteles El hombre de genio y la melancolía  el Estagirita elabora una serie de reflexiones directamente relacionadas con el nexo entre la fisiología y el estado del pensamiento. La interacción entre cuerpo y mente está presente  en las explicaciones del preceptor de Alejandro Magno.
Se discute la autoría de este problema XXX del Corpus aristotelicum.  Según Diógenes Laercio el autor es Aristóteles. Según otros investigadores podría ser obra de su gran discípulo y amigo Teofrasto especialmente en la parte inicial. En todo caso, el texto expresa los planteamientos de la filosofía aristotélica que eran compartidos por los seguidores de la escuela del Liceo.  Lo explicado en el opúsculo adopta la forma  pedagógica de preguntas y respuestas. De este modo, se clarifican de mejor manera  determinadas cuestiones relacionadas con la capacidad de crear. 
La teoría de los humores sirve para Aristóteles de base para extenderse acerca de la melancolía y el hombre de genio o de talento.   Jackie Pigeaud escribe que «En el fondo, el melancólico es, él sólo, una multiplicidad de caracteres».  A lo largo del escrito se analiza  la melancolía, los humores, temperamentos y la creación  y los efectos del vino en la mente de las personas y en sus formas de comportarse.
Superar grandes obstáculos y sobresalir en diversas artes o ciencias está reservado a personas que han sido melancólicas. Por supuesto, Aristóteles busca el término medio en las conductas y el equilibrio y la mesura y bienestar o eudaimonía está presente en su planteamiento ético general en su producción filosófica.
A juicio del gran filósofo griego la creatividad va unida a la melancolía y a una cierta extravagancia que se parece a la locura, pero que no lo es. Algo también afirmado por su maestro y amigo Platón. Según Aristóteles los hombres de genio suelen dejarse llevar fuera de sí mismos. El furor de la imaginación es la palanca creativa por excelencia y Demócrito pone el énfasis en la fuerza  de la furia creadora.
La imaginación y la pasión junto con la tenacidad, el esfuerzo y la perseverancia son las fuerzas personales que impulsan a los genios a lo largo de la historia. De esto no puede haber la más mínima duda.
Como dice Jackie Pigeaud «El problema estriba en distinguir el sabio del loco; pues ocurre que ambos tienen el mismo comportamiento». Ciertamente, la distinción es fácil de realizar. Consiste en apreciar exactamente la capacidad de razonamiento y argumentación de cada persona. De este modo, ya se sabe su capacidad de juicio y su capacidad de entender  que pueden ser magníficas.
Las posibilidades de acción de los hombres son ilimitadas.  Coraje, talento, eficacia, valor y otras muchas actitudes vitales son posibles y no son deseables el miedo, el temor, y la cobardía. Para Aristóteles el ethos o el carácter o la conducta debe buscar la excelencia de uno mismo o, lo que viene a ser lo mismo, la constancia en ser lo que el sujeto quiere ser. En cuanto  a la creatividad es cierto, como también piensa el creador del Liceo, que mueve a  ser diferente a sacar de sí mismo aspectos nuevos o a construir, desde sí, mundos diversos en la escritura, la ciencia o las artes. La mímesis o la imitación también forma parte de los procesos creativos. Y la invención absoluta no existe, porque siempre se tiene en cuenta lo pasado en todos los sentidos, especialmente, como influencia o como orientación.
Destaca el sabio macedonio la gran significación de la resistencia  en la vida humana y también la prudencia y la inteligencia. Se puede medir la resiliencia en relación con el miedo o el temor.  La fortaleza también es muy bien valorada por Aristóteles en todos los sentidos imaginables.
La extravagancia en sí no es negativa. Sócrates tenía un comportamiento que solía ser extravagante y es uno de los mejores filósofos de la historia argumentado de manera maravillosa y admirable.
Es cierto que el término genio tiene varias acepciones en español. Puede ser entendido también como fuerza de ánimo o carácter. Pero el significado más utilizado es el que afirma una capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables.  Esta definición da materia para muchos comentarios. Porque crear es combinar y de esto ya son deducibles muchas consideraciones. Lo fundamental es crear de la nada algo que no existía previamente. De hecho, la acumulación de creaciones da lugar a la obra propia.

martes, 28 de julio de 2020

FELICIDAD




Séneca es un filósofo estoico nacido en Córdoba en el año 4 a. C.  y que falleció  en el 65 de nuestra era.  Recibió una esmerada educación y fue tutor y consejero de Nerón. Escribió  abundantes obras filosóficas y literarias y llegó a ser el ciudadano más rico de Roma.
La producción escrita de este sabio estoico ha tenido una gran influencia y repercusión  a lo largo de la historia. Considera que la virtud, la razón y la naturaleza deben orientar y dirigir la vida humana. No está de acuerdo con los planteamientos de Epicuro, aunque no desprecia la riqueza.
Está convencido de que la vida intelectual es lo mejor, si bien es consciente de que en su época la masa o la gente se deja llevar, casi de modo exclusivo, por actitudes materialistas sin más.
Escribe en su tratado Sobre la felicidad «Perecemos por el ejemplo de los demás; nos salvaremos si nos separamos de la masa». Esta frase de este genio de la retórica es clarificadora, porque afirma que el arte y la cultura suelen ser patrimonio de minorías y no de mayorías  y que las buenas y racionales actitudes y conductas no suelen ser lo más habitual en su tiempo.
El filósofo hispanorromano  insiste en sus escritos en la necesidad de vivir racionalmente, ya que el arte de vivir no está subordinado a la simple imitación de lo que hacen la mayoría de los individuos. La virtud o la bondad y la reflexión es lo que se necesita para dirigir bien la existencia y también la prudencia, la resistencia y el coraje para afrontar las adversidades.
No tiene dudas acerca del gran valor de la razón ya que escribe: «Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto».  En este sentido, Séneca de una manera acertada reitera el extraordinario valor de los buenos pensamientos y de las actitudes positivas y racionales para el logro de la serenidad de la mente y de una vida dichosa. Frente a los riesgos y peligros de la existencia que conoció  tan bien y de primera mano siempre se mantuvo firme.
Fue un personaje admirado, pero también padeció las envidias de una parte de las personas con las que trató. Gozó de  numerosas amistades, pero también tuvo que soportar la animadversión de  los ignorantes o de los intolerantes.
Conoció muy bien la naturaleza y las pasiones humanas. Dice Séneca «Asaltad, acometed; os venceré resistiendo». Bellísima frase llena de profunda sabiduría. Es prácticamente un lema estoico. Su doctrina estoica se asemeja en un cierto número de aspectos a algunos planteamientos cristianos básicos.  La religión cristiana también insiste en el valor de la resistencia o resiliencia como actitud adecuada ante la vida y sus dificultades, retos y complejidades.
Su rechazo al clima social general existente en la Roma que vivió se muestra en algunos pasajes de sus tratados morales. Realiza una crítica muy fuerte de las habladurías y la maledicencia y dice «Observáis las pupas ajenas, y estáis llenos de úlceras».  Es similar a la conocida frase de la Biblia relativa a una paja  en el ojo ajeno y una viga en el propio. Su negación de las burlas y de los desprecios es una evidente confirmación de su conocimiento de la naturaleza egoísta, malvada y violenta que aflora en la sociedad del imperio romano.
La felicidad, por tanto, depende de la razón o de la racionalidad, prudencia y moderación de las personas y también de su coraje para lograr metas y objetivos vitales. Siempre con una existencia acorde con la exigencias de la naturaleza, ya que somos animales racionales. 
En definitiva, la vida intelectual que proponía Aristóteles es parecida a la que también plantea Séneca.  Busca un equilibrio entre lo propio del intelecto y una vida en contacto con la naturaleza y con el disfrute de las pasiones y del arte de una manera que causa  felicidad.
Su crítica de los placeres se refiere a los excesos del hedonismo, ya que también Epicuro hablaba de los placeres moderados y necesarios para una vida agradable. Una de las virtudes que parecen más necesarias en la existencia es la paciencia  acompañada por la energía  y la fuerte voluntad.
La tranquilidad no debe ser destruida o disminuida por nada. Este es otro de los principios básicos del estoicismo, que tan bien supo ejercitar el propio Séneca que se suicidó antes de ser asesinado por las espadas de la guardia pretoriana del emperador Nerón.

jueves, 23 de julio de 2020

EMOCIONES




En el libro de Richard Wollheim titulado Sobre las emociones este autor que ha sido  profesor de Filosofía de la Universidad de Berkeley en California  desarrolla una amplia filosofía aplicada. 
Es muy útil para el entendimiento de lo que son las características del mundo emocional. Estudia y analiza situaciones concretas de la vida social y elabora profundas explicaciones sobre las causas de los comportamientos y la relación entre emociones, sentimientos, creencias y disposiciones cognitivas.
Vincula a los deseos humanos con las aspiraciones de las personas, pero también reconoce que muchos deseos no se llevan a la práctica y no causan procesos de acción.
Y esto sucede porque como escribe Wollheim «Estos deseos, al ser nuestros  deseos, nos ofrecen razones para actuar pero se trata de razones que no nos convencen». El anclaje de los deseos en las realidades en las que estamos inmersos es algo indudable desde una perspectiva psicológica y filosófica.
Las emociones están directamente relacionadas con las experiencias de satisfacción o decepción. La fuerza de las emociones contrasta y es comparable con el nivel de riesgo que cada persona está dispuesta a aceptar en su vida.
A mi juicio, el mundo y la vida son realmente emocionantes tomando como base el auténtico ejercicio de la libertad. El propio ejercicio de las pasiones es fuente de emociones gratificantes. O como dice Wollheim « A alguien que esté realmente entretenido le parece que el mundo es un lugar entretenido. Aquí debemos situar las llamadas emociones sin objeto». Los deseos tienen la potencia para transformas unas emociones en otras. Las creencias también pueden hacer que sean más intensas las emociones humanas.
Se puede distinguir entre emociones fácticas y epistémicas. Estas son el miedo, el terror, la preocupación y la esperanza. La peor es el miedo ya que en la mayoría de las situaciones proviene de procesos imaginativos que superan el principio de realidad.
De todos modos, las emociones que derivan de los hechos son más abundantes: asombro, enfado, alegría, rencor, tristeza, sorpresa, etcétera. Conocimiento y emociones conforman la inteligencia humana de un modo extraordinariamente complejo.
Las personas evalúan la realidad que viven y realizan sus conductas en función de sus valoraciones y esto no hay que olvidarlo nunca. En el pensamiento de nuestras emociones no siempre nos dejamos llevar por la pura racionalidad, ya que el mundo de los sentimientos supera las razones.
El mismo Wolheim indica  que  «En  nuestra vida emocional, no siempre sentimos que tengamos la razón de nuestra parte». Desde una perspectiva interna está claro que las emociones están influidas y mediadas por pensamientos casuales, sentimientos, deseos y fantasías y también por razones y esperanzas. El pensamiento está también influido por la emoción y viceversa. No son antitéticos.
No se ha afirmado suficientemente la gran función de la imaginación en las emociones y también en los pensamientos. Una educación de los sentimientos y las emociones puede realizarse de múltiples maneras. En cualquier caso, es evidente que un afinamiento de la sensibilidad es algo deseable para incrementar la capacidad de sentir mejor y de vivir las emociones de la mejor manera posible.
También la experiencia es esencial para apreciar el valor de las emociones y para saber modularlas de formas más plenas y satisfactorias. En un mundo que cada vez es  más de sensaciones parece que la utilidad de las emociones es cada vez mayor.
La integración de la masa ingente de información que entra por nuestros sentidos cada día proporciona a los sujetos un rico mundo de impresiones  que pueden ser reelaboradas y recreadas con la imaginación y con la fuerza emocional de cada uno.
En este sentido, parece innegable que estamos asistiendo a la entrada en la era de las emociones. La curiosidad y la capacidad de explorar también son potencias que nos ayudan a emocionarnos con lo que hacemos. Todo lo grande que se hace en el mundo está impulsado por las emociones en gran medida y también, como es lógico, por la razón y la racionalidad. La energía de las emociones impulsa a actuar y a ser activo en la realidad existente y esto es, indudablemente, esencial.
En definitiva, este libro del que he comentado algunas cuestiones es una lectura altamente recomendable para las personas interesadas, en un conocimiento minucioso de lo que es la filosofía aplicada, en relación  directa con las emociones, sentimientos, creencias, estados mentales y disposiciones cognitivas. Son lo que da forma a las conductas.



martes, 21 de julio de 2020

FILOSOFÍA DE MERLEAU-PONTY




El pensamiento de este gran filósofo que es Merleau-Ponty se puede abordar con infinitos acercamientos. Uno de las mejores, sin duda, es el que ofrece al público lector el profesor Josep María Bech profesor titular de Historia de la Filosofía en la Universidad de Barcelona en su libro  Merleau-Ponty. Una aproximación a su pensamiento publicado en 2005.
Uno de los enfoques principales de este pensador francés es  la pretensión de dar una mayor significación a lo sensible y material y también a la integración en el mundo. Lo percibido tiene un sentido que es descrito o expresado desde actitudes reflexivas  que se basan en lo observado.
El mundo fenoménico o material es la base fundamental de los sentidos y de lo que se puede conocer. Es una vuelta a lo corpóreo con todas sus consecuencias. De todas formas, considera que también es necesaria la creatividad del pensamiento, ya que no todo es inmediatamente accesible en la realidad percibida.
En su libro Elogio de la filosofía insiste Merleau-Ponty  en que pensamiento y expresión están indisolublemente unidos. Como  indica Bech respecto al filósofo francés «el punto de partida radical son los procesos perceptivos». Aunque Merleau-Ponty analizó la fenomenología de Husserl consideró que su propuesta de una nueva forma de hacer descripciones fenomenológicas era una manera de inventar un nuevo modo de hacer filosofía.
Frente al idealismo de Husserl siente que es mejor una epistemología que tome como base la percepción y la materialidad de todo. Ya que lo perceptivo tiene dentro de sí lo cognitivo o los sentidos y significaciones  que pueden ser reelaboradas por la inteligencia.
En relación con  Husserl que considera que el sentido proviene de lo intencional Merleau-Ponty habla de la experiencia perceptiva como creadora de infinidad de sentidos que incluyen también a las intenciones humanas. Como escribe Bech «Se resiste a convertir el mundo  en un momento de la conciencia, y rehúsa atribuir  la unidad de los procesos perceptivos  a la actividad constituyente del  yo transcendental».
Por tanto, está claro que existe una reivindicación de las filosofías materialistas, empiristas y sensualistas por parte de Merleau-Ponty.  Es el resultado de unos planteamientos historiográficos de la filosofía que se fijan especialmente en lo observable y en la experiencia del mundo y de la realidad y que son el fundamento de las reflexiones filosóficas.
Se puede repensar la filosofía del pasado.  Lo que propone el filósofo galo es una especie de perspectivismo perceptivo  de corte sensualista o empirista. Como escribe Bech «Es notorio que las cosas que percibimos nunca se nos presentan simultáneamente en todos sus aspectos posibles». El perspectivismo orteguiano y su raciovitalismo tienen algunos puntos de contacto con una filosofía de la percepción como la propuesta por Merleau-Ponty.
Existen similitudes también con la filosofía fenomenológica de José Gaos y otros pensadores de la Escuela de Madrid. Xavier Zubiri con su realismo radical está expresando una concepción de la filosofía que, si bien es una metafísica intramundana y una noología de alto nivel, comparte con Merleau-Ponty ese énfasis en la percepción o en la aprehensión de realidad como lo primordial en el campo del conocimiento.
Por supuesto, la inteligencia sentiente de la que parte Zubiri es una reafirmación de planteamientos que coinciden, de forma general, con un rechazo epistemológico de los idealismos. 
De todos modos, es evidente que el kantismo y las filosofías idealistas son valoradas y respetadas como unas formas de pensamiento que son útiles. La reinterpretación de todo tipo de pensamiento es algo deseable por sí mismo, según Merleau-Ponty. Pero el mayor foco de atención lo pone este pensador en nuestra vida perceptiva o sensorial. Actualmente, con la psicología, las neurociencias y con la medicina se están conociendo los mecanismos y la interacción entre el cerebro y la mente.
Se está descubriendo también que las operaciones mentales se ejercen sobre lo percibido o sobre lo captado o aprehendido sensorialmente. De lo que se deduce que la filosofía fenomenológica perceptiva de Merleau-Ponty está siendo reconocida en mayor medida, si cabe, como una realista descripción de los procesos de pensamiento de los seres humanos. Y es que lo inteligible está en la sensibilidad. Y las formas de extraerlo son la consecuencia de la actividad del entendimiento y la imaginación de los seres reflexivos que somos las personas.
Se puede decir que Merleau-Ponty ha abierto unas nuevas vías a la fenomenología o a la filosofía e  insistiendo en los análisis, descripciones y reflexiones sobre lo percibido.

jueves, 16 de julio de 2020

CEREBRO PENSANTE




En el libro de Xavier Duran Los secretos del cerebro se explican los avances en la investigación del encéfalo hasta el año 1999 que es la fecha de publicación de este interesante libro de divulgación.
Se escriben numerosos libros sobre las funciones cerebrales en todo el mundo y los progresos en el conocimiento de los procesos mentales cada vez son mayores. 
Ya se conocen las partes del cerebro que están activas cuando una persona lee, piensa o calcula. Se sabe que el lenguaje se produce en diversas regiones de la materia cerebral. El encéfalo funciona como un todo integrado. Como escribe Duran «La TAC permite la visión del cerebro cortado en láminas finísimas  y, por tanto, con detalles muy precisos».
El conocimiento del funcionamiento de la cognición está promoviendo un saber más profundo de las peculiaridades de las diversos tipos de talento e inteligencia.  Lo que tiene que potenciar el respeto a la diversidad  de habilidades y formas de ser y pensar. 
Frente a la deshumanización y el consumismo y materialismo existentes saber que somos seres pensantes y sentientes es decisivo de cara a reforzar unos estilos de vida basados en la libertad y en la dignidad y bienestar de todos, sin exclusiones de ningún tipo.
Un problema que plantea acertadamente Duran es  que «Más que la adaptabilidad  de funciones, lo que nos ha de preocupar es que haya menos reflexión». Esto lo escribe hace unos veinte años y en el año 2020 esta falta de pensamiento es mucho mayor, si se observa la vida social actual con atención. Una parte considerable de la gente no piensa en profundidad  y se queda en la superficie de todo.
Por otra parte,  los ordenadores y la sociedad digital en la que vivimos pueden utilizarse para controlar a los individuos. Los ciberataques son frecuentes y las estafas y engaños también, por desgracia. Este peligro está a la vista de todos.
Las imágenes no lo son todo, ya que el contenido escrito es muy importante. Es preciso decir en voz alta y de forma muy clara que la cultura escrita es lo que nos salva de la barbarie y de la irreflexión.  En la crítica negativa a lo libresco se esconde un desprecio al conocimiento que es irracional. Lo que aportan los libros además de saber es capacidad de análisis haciéndonos más inteligentes. La inteligencia y la sensibilidad  están  infravaloradas en la sociedad digital consumista en la que existimos. Y esto es, en sí mismo, muy grave, porque es la plasmación de un desprecio a lo abstracto y a la teoría.
Frente a una vida más  amplia, coherente y equilibrada, lo que predomina es el consumo de televisión y música  sin más. Es la sociedad de la diversión. Es la consigna más común. Parece que el único propósito de la existencia humana es pasarlo bien. Lo demás sobra o es propio de personas excéntricas o raras y no es cierto.
También es cierto que  como dice Duran «Nuestro cerebro recibe hoy más información  en un día que algunos de nuestros antepasados en toda su vida». Se necesita una sociedad más dialogante y más abierta a las ideas de todos. La libre discusión y las reflexiones son imprescindibles, si queremos una vida más coherente y menos anárquica  e injusta. El buen uso del cerebro es, por tanto, esencial para todos.
La mitad de la población en España nunca lee un libro. Con estos datos no es extraño que se minusvalore la alta cultura o las humanidades. Debemos poner en valor la significación de nuestra creatividad que surge del cerebro y es que los pensamientos que elaboramos son fundamentales en todos los sentidos imaginables. La creación de una sociedad cada vez mejor depende de cómo usemos nuestra inmensa capacidad cerebral para el bien. Como señala Duran «Vivimos la era de la prisa: las noticias se explican en esquemas, la gente prefiere los titulares a los comentarios». Esto muestra que hemos cambiado de mundo  y de realidad de una manera indudable.  Y esta situación se ha acentuado o intensificado con el paso de los años hasta llegar a extremos increíbles.
Por ejemplo, en las redes sociales en muchas ocasiones con una simple frase o con dos o tres palabras se enjuicia o valora algo de modo aparentemente irrefutable.  Parece que lo superficial debe aplastar a las explicaciones amplias, extensas y profundas. Pero nunca lo consigue. Se debe volver a una sociedad de las palabras.


martes, 14 de julio de 2020

PEDAGOGÍA DE KANT



Kant fue un gran filósofo y también explicó en sus clases universitarias sus lecciones sobre pedagogía cuando le correspondía en el curso de sus enseñanzas.
En 1803 aparece publicada su Pedagogía en una edición autorizada por él y que es el resultado de los apuntes de uno de sus alumnos Rink en sus clases impartidas de cuestiones pedagógicas. Los planteamientos educativos y formativos de Pestalozzi están claramente influidos por el enfoque kantiano. Fichte también reconoce que en sus Discursos a la nación alemana está presente el planteamiento educativo general de Kant.
Desde la filosofía de Kant es evidente que la fundamentación moral y el rechazo de una forma inadecuada de enseñar la religión son las columnas sobre las que se sostiene el edificio formativo que propone  el sabio alemán. Lo que ha sido interpretado también como una forma de impulsar la enseñanza laica.
En cualquier caso, es clara la intención kantiana de poner como fundamento de la religión  el bien y la buena conducta  o  la moral. No deja de insistir en la necesidad de una educación a la altura de los tiempos que está viviendo y esto es extrapolable a los momentos actuales, sin ninguna duda.
Kant tiene muy presente que el esfuerzo, la perseverancia y la disciplina son los fundamentos de una auténtica educación liberadora. Escribe al respecto que «La falta de disciplina es un mal mayor que la falta de cultura; ésta puede adquirirse más tarde, mientras que la barbarie no puede corregirse nunca». Está convencido de que la formación busca el despliegue de las disposiciones naturales y el talento de cada persona, lo que significa que la verdadera esencia de la educación está en potenciar la autonomía y las capacidades y habilidades de cada individuo.
Ciertamente, los procedimientos educativos cambian a lo largo de los siglos  y de esto era plenamente consciente Kant. La interacción directa entre educación e inteligencia es reafirmada por el sabio prusiano con mucha claridad. El trasvase de los conocimientos de una generación a la siguiente está en su mente y también el aumento progresivo de los mismos con el paso del tiempo.
De todos modos, es destacable la significación que da a la moral y la prudencia en relación con la educación y la felicidad del género humano ya que escribe «¿Cómo se puede hacer felices a los hombres, si no se les hace morales y prudentes? La cantidad de mal no disminuirá, si no se hace así». Está a favor de las escuelas experimentales, en las que se prueban de modo muy controlado, nuevos procedimientos formativos que se ofrecen en el Instituto de Dessau de su época y que considera adecuados aunque puedan ser mejorados o perfeccionados.
Kant da mucha importancia a que los profesores tengan libertad de trabajar con sus propios métodos y también considera que el intercambio de experiencias pedagógicas es fundamental para el desarrollo de nuevas técnicas educativas que refuercen los aprendizajes y el pensar por uno mismo.
Está convencido de que «Una educación pública completa es aquella que reúne la instrucción y la formación moral». Lo que, a mi juicio, es aplicable también a los tiempos que vivimos. Si se parte del respeto y de los valores éticos todo es posible. Kant está en contra de la enseñanza puramente memorística ya que  escribe «Es necesario comprender lo que se aprende o se habla, y no repetir nada sin que se comprenda».
Además, vincula la memoria con la vida real y afirma la grandeza de la imaginación en los procesos de aprendizaje. La autonomía de los estudiantes en su aprendizaje es una de la metas a lograr. Producir o crear es un medio magnífico para aumentar la facilidad de comprensión, según Kant, y se entiende que lo afirme, ya que los procesos cognitivos como escribir y leer potencian la inteligencia.
El autoaprendizaje es puesto como ejemplo por él de lo que se aprende de una manera más profunda ya que dice «Lo que más o menos, se aprende por sí mismo, es lo que se aprende más sólidamente y lo que mejor se conserva». Como se puede observar las ideas pedagógicas kantianas son intemporales y siguen vigentes en relación con la educación. Por supuesto, la educación en Prusia en el siglo XVIII estaba muy influida por la religión y existía también la censura de la que no se libró el propio Kant en una ocasión. En definitiva, la actitud de cada estudiante es decisiva.


jueves, 9 de julio de 2020

HISTORICISMO

https://youtu.be/sCwIxlRjHhY


El libro del filósofo Karl Popper La Miseria del Historicismo marca un hito en las investigaciones sobre el denominado destino histórico. En esta obra el pensador vienés niega rotundamente que pueda haber una  predicción del curso de la historia humana.
Es evidente que se pueden buscar influencias que condicionen en cierta medida el desarrollo de los acontecimientos, pero de una manera limitada y no absoluta. De hecho, Popper refutó el historicismo por razones estrictamente lógicas. Los conocimientos humanos crecen y, por tanto, no podemos saber de una manera científica cómo será el futuro. En consecuencia, no se puede hablar de una historia teórica al igual que se pone el énfasis en la física teórica.
Como escribe Popper «No podemos anticipar hoy lo que sabremos sólo mañana». El historicismo como tendencia filosófica se manifiesta en las ideas de Benedetto Croce  y Leopoldo von Ranke. También en la filosofía de la historia de Vico aparece claramente un planteamiento historicista desligado del cartesianismo.
Es cierto que existe un devenir histórico, pero la influencia del azar es determinante para darle formas diferentes a los acontecimientos y a los cambios de época. La sociología no puede predecir revoluciones sociales de un modo científico. Puede presentar tendencias más o menos profundas, pero no mucho más. Como escribe Popper «El curso del desarrollo histórico nunca se moldea por construcciones teóricas, por excelentes que sean, aunque estos proyectos puedan indudablemente ejercer alguna influencia junto con muchos otros factores  menos racionales (o incluso totalmente irracionales)».
En este sentido, la filosofía de la historia de Hegel es una brillante construcción teórica y especulativa, pero no sirve para predecir el curso de la historia, aunque explique acertadamente las diferentes y diversas etapas históricas, con adecuadas interpretaciones.
En contra de la práctica habitual de basarse en la psicología de la naturaleza humana para el entendimiento de la realidad social, por parte de la sociología, lo que propone Popper es lo opuesto. Insiste acertadamente en que el factor humano es el elemento más cambiante  e incierto en la vida social. Por tanto, no puede ser completamente controlado por las instituciones. 
Advierte del peligro del control de la libertad humana y de la inmensa variedad de los gustos e intereses humanos.  Según sus análisis «El control holístico, que llevaría no a la igualación de los derechos humanos, sino a la de las mentes humanas, significaría el final del progreso». No existen fuerzas irresistibles que nos arrastran hacia el futuro. La casualidad y el azar influyen en el desarrollo de la historia y también las aspiraciones y deseos humanos.
La curiosidad por el saber o la ciencia, a mi  juicio, son las fuerzas impulsoras del progreso humano. Y existe la investigación pura o teórica y la aplicada o práctica. Ambas son necesarias. Pero es decisivo que se sepa cultivarlas, ya que como escribe Kant: «Pero es la sabiduría  la que tiene el mérito  de seleccionar, de entre los innumerables problemas  que se presentan, aquellos cuya solución  es importante para la humanidad». El valor del punto de vista tecnológico es reivindicado por Popper, porque selecciona problemas y proporciona posibles soluciones, entre otras cosas. Sirve también para el análisis de problemas de tipo teórico. 
Popper cuestiona  la validez de las leyes  o hipótesis sociológicas, por ejemplo, no puede haber pleno empleo sin inflación. Como escribe Popper «El ingeniero o técnico fragmentario  reconoce  que sólo una minoría  de instituciones sociales  se proyecta conscientemente, mientras que la gran mayoría  ha “nacido” como el resultado impremeditado  de las acciones humanas». Frente al pesimismo de Platón que consideraba que casi todo cambio significaba  decadencia cabe decir que el dinamismo de la sociedad  presupone un cierto utopismo positivo.
Popper está convencido de que  los ensayos y la observación crítica son fundamentales no solo en las ciencias  empíricas sino también en las sociales. Escribe: «Y progresamos sola y únicamente si estamos preparados  a aprender de nuestras equivocaciones: a reconocer nuestros errores  y a utilizarlos  críticamente  en vez de perseverar dogmáticamente en ellos». Es esencial la crítica científica y el examen racional de las posibles decisiones en el ámbito social y político. Es una de las consecuencias que se deriva del racionalismo crítico popperiano.
La apuesta decidida por el método científico como paradigma básico o como modelo refuerza también el pensamiento crítico desde una perspectiva general de libertad sin simplificaciones que pueden ser opresivas. Se puede aplicar el método experimental a las ciencias sociales aunque sea difícil desde la perspectiva historicista.

EL ESPIRITUALISMO DE BERKELEY

EDMUND BURKE

HIPATIA, FILÓSOFA DE EGIPTO

martes, 7 de julio de 2020

GARAGORRI Y LA LIBERTAD




Paulino Garagorri fue un filósofo que desarrolló una trayectoria ejemplar como profesor de Filosofía y de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Complutense de Madrid. Elaboró una filosofía original. Formó a miles de estudiantes universitarios durante su carrera docente. Nació en San Sebastián en 1916 y falleció en el año 2007. Fue un gran ensayista y destacó también por su interés por el hispanismo. También escribió crítica literaria.
Se le considera el último orteguiano, ya que recibió las enseñanzas del ilustre pensador español. Dedicó en su extensa producción filosófica escritos monográficos a Unamuno, Xavier Zubiri y Américo Castro.
Desde los planteamientos de Garagorri está claro que la convivencia y la sociabilidad  junto con la práctica de la razón abstracta son fundamentales para llevar una vida mejor o apropiada. Parte de que no es posible un conocimiento absoluto de toda la realidad en la que estamos inmersos. Considera que el valor del pensamiento es absoluto, ya que la capacidad de razonar y de juzgar es esencial en el desarrollo de las personas.
Está de acuerdo con Descartes que escribe: «Muchos, en toda su existencia, no llegan a darse cuenta de nada en el modo que sería necesario para poder juzgar adecuadamente». Como pensador político Garagorri siempre tuvo en mente que los intelectuales deben aportar nuevos argumentos a la tarea de los políticos. De hecho, esto se hace extensible a todos los ciudadanos que quieran libremente contribuir a la toma de mejores decisiones políticas.
Fue un gran defensor de las libertades y de la igualdad. En su libro Libertad y desigualdad de 1978 reclama justicia social. No en vano los capítulos de este libro tratan cuestiones como el envilecimiento de la verdad, el pandillismo, el papel del intelectual, el futurismo como alienación,  los desniveles de la vida y  otras.
Dice Garagorri que «El intelectual, sin proponérselo, suele parecer siempre dispuesto a llevar la contraria». Respecto al valor de la cohesión social está convencido de que es imprescindible para la evitación de enfrentamientos sociales indeseables. Ya que escribe «Cuando el pandillismo impera resulta forzoso  que el conjunto padezca  porque su integridad  no es respetada.  Algo que ya está pasando, actualmente, con la falta de responsabilidad individual de los que perjudican a la colectividad al saltarse las normas  produciendo más  contagios por el coronavirus.
Siempre consideró que había un gran riesgo de manipulación de las masas por parte de los gobernantes. No hay que olvidar que vivió una etapa muy larga de su vida bajo una dictadura.  Y era escéptico ante el progreso de la sociedad contemporánea.  Esto ya lo dice en los años setenta del siglo XX. Está convencido de que «Los extraordinarios logros racionales de la sociedad industrial van, una vez más,  a estar al servicio de la astucia y la coacción». Lo contrario de lo exigible en una sociedad auténticamente libre y democrática.
Es realmente posible la elevación del nivel de vida de los españoles y, en general, de todas las personas. Pero, para el logro de un bienestar general no es suficiente con la acción de los gobiernos, también es preciso que se practique el deliberado cultivo de las potencias humanas. En esto insiste Garagorri de una manera muy clara. Es necesaria una reforma progresiva del hombre mismo.Y mientras esto no ocurra la sociedad seguirá a la deriva con altas dosis de violencia, agresividad, insolidaridad, injusticia y los restantes males causados por la ignorancia, el fanatismo y la intolerancia.
Desde su labor erudita Paulino Garagorri mostró la realidad de la filosofía que se ocupa absolutamente de todo y esa es precisamente su grandeza. La lucha contra la desigualdad en sus múltiples formas fue una de las palancas de su vida y filosofía.
En relación con la juventud considera que es entendible la aceleración del cambio social y la diferencia de enfoque entre generaciones. De todos modos, también da un toque de atención a la juventud ya que escribe: «Buena parte de la insatisfacción juvenil procede de un vicioso “señoritismo”, hoy más extendido que nunca, es decir, de un ánimo que extrae su protesta  de la ignorancia del esfuerzo que ha costado lo que él encuentra por herencia y como regalado».  Sabias palabras que pueden trasladarse desde los años setenta hasta 2020. Y es que en la era telemática en la que estamos el valor del esfuerzo y la perseverancia personal sigue siendo clave incluso con la potencia digital de la que disponemos.

jueves, 2 de julio de 2020

CORONAVIRUS, DE NUEVO A LA PUERTA DE CASA




Todo apunta  a que no tardando mucho vamos a llegar a un nuevo rebrote, pero masivo. Ante esta situación lo menos que debería hacer el Gobierno es aprovisionarse de todo tipo de respiradores, los EPI y todo lo necesario, puesto que ya lo vivimos y no tenemos que estar esperando  a que nos vuelva a coger sin nada. No se puede esperar a que nos vuelvan a engañar y cometer los mismos errores otra vez.
Tampoco se debe volver a discriminar de nuevo a los que tienen derecho a ser ingresados y a quienes no se les ponen todos los medios asistenciales para que pueda vivir, solo porque es una persona mayor. Por favor, menos ansia  de poder, menos politiqueo y más humanidad. Todos tenemos el mismo derecho a vivir, sea la edad que sea.
Tenemos fábricas y todo lo que se necesita para la fabricación de todo tipo de material en España. No tenemos porqué depender de otros países, al contrario, que dependan ellos de nosotros teniendo los almacenes estatales bien abastecidos por lo que pueda venir, ya que cuando este virus pase vendrá otro, por ejemplo, el del virus de la gripe porcina.
En cualquier caso, Trump ya ha comprado el 90% de las existencias del medicamento Remdesivir y ahora ya recomienda usar las mascarillas, menos mal. En Estados Unidos la epidemia está descontrolada y a muchas personas les da igual infectarse o no y quieren vivir sin pensar en la salud de los demás a los que perjudican al ser posibles sujetos transmisores del virus. Hoy en Norteamérica se han alcanzado los 50.000 contagios diarios. En España desde Sanidad aseguran que habrá dosis suficientes de este fármaco para los próximos meses. El problema  es que no hay reservas del mismo  para marzo o abril del próximo año 2021. En un hospital  de Salamanca tendrán suministro de Remdesivir hasta diciembre de este año. También es cierto que hay otros medicamentos que son eficaces contra el coronavirus.
La Unión Europea está negociando con la empresa farmacéutica  para comprar 400 millones de dosis del medicamento más efectivo contra el coronavirus. El criterio para la compra es el número de ingresos hospitalarios por el virus, pero puede ser insuficiente, si se quiere proteger a toda la población que puede verse afectada por la infección. De todos modos, es evidente que la vacuna de la Universidad de Oxford ya ha sido probada con todas las garantías en 8.000 personas  y puede estar disponible  este mismo año 2020. Por cierto, puede ocurrir que cuando esté lista la vacuna una parte de la población no la quiera poner  por miedo a posibles efectos negativos en el corto, medio o largo plazo.
Hacen falta más médicos en la sanidad pública española para atender la enorme demanda de una población envejecida.  También son necesarios más administrativos, especialistas médicos, líneas de teléfono, etcétera. En definitiva, más medios humanos y materiales, si queremos que se dé una atención sanitaria de calidad.  Sin esperas en algunos centros de salud de una semana para los pacientes de la atención primaria y sin hablar de las especialidades médicas.
Los impuestos con los que los ciudadanos pagamos religiosamente los servicios públicos tienen que dedicarse, de forma prioritaria, a una asistencia sanitaria de primer nivel que sea eficiente y rápida. El tiempo en medicina es oro. Sánchez ha anunciado que va a subir los impuestos a las grandes empresas y fortunas. Si bien el dinero recaudado tiene que servir, en parte, para mejorar la atención médica general de los ciudadanos.
En el sistema de salud público no se puede estar improvisando sobre la marcha.  Es mejor dedicar mucho más dinero por parte del Gobierno central y de los autonómicos para disponer de reservas estratégicas de materiales   mucho  mayores.  Y no vale decir que también son posibles los convenios con los centros de la sanidad privada. Mucha gente no puede acudir a los médicos privados por cuestiones económicas. Y la salud debe ser protegida en igualdad de condiciones para todos.
En España 14 Comunidades Autónoma registran rebrotes. La situación es preocupante, porque hay casos importados y autóctonos.  No debe haber fiestas abarrotadas sin distancia de seguridad ni uso de mascarillas.  En Irún, por ejemplo,  ya se han detectado 3 casos positivos que pueden contagiar a muchas personas, ya que es muy difícil seguir la cadena de transmisión y esto puede seguir aumentando.