El
cierre de la Facultad de Filosofía de la Complutense que está esbozado en un
plan es, todavía, un borrador a discutir. Sería, absolutamente irracional, que
se realizase. Por ahorrar, supuestamente,
en torno a un uno por ciento, no se puede dejar, sin formación de alto nivel, a
los alumnos que deseen cursar los estudios de Filosofía.
Porque,
si se traslada el grado de Filosofía a
Filología no se respeta la especificidad que requieren las asignaturas,
y se pierde calidad de enseñanza. Se infravalora la profundización y la
ampliación de los contenidos, si se puede enseñar Filosofía, desde las
afinidades académicas de los diversos profesores de otras materias.
Para
mantener el nivel de exigencia y calidad en la formación universitaria se
requiere dedicar fondos económicos suficientes para la investigación y la
enseñanza. Y la gestión universitaria no justifica que se baje la calidad, y el nivel de los aprendizajes, y la cantidad
de contenidos que los estudiantes deben
aprender.
No
es admisible que el mercado laboral dicte como tiene que ser la formación en la
universidad. Otra cuestión diferente es que se ofrezcan estudios que estén
orientados al mundo empresarial, etc.
Pero
no se debe menospreciar la cualificación
científica ni la formación humanística desde la perspectiva de la
empleabilidad. Al contrario, es algo muy positivo, ya que el uso de la
inteligencia siempre lo es. Si un alto nivel intelectivo, en los posibles
empleados, es mal visto por determinada mentalidad empresarial es su problema.
El sentido práctico no justifica el rechazo de la teoría, ni mucho menos.
Porque,
si la carrera de Filosofía pasar a ser un departamento más de la Facultad de
Filología que es ampliada, pierde una gran parte de su peso académico,
formativo e investigador. También disminuiría, enormemente, la producción de
artículos, libros, tesis doctorales, etc.
La
visibilidad pública es imprescindible, y también los recursos propios y la
planificación especializada. Una biblioteca abundante y muy especializada es
esencial para el óptimo desarrollo de la formación filosófica, sobre todo, de
cara a la investigación, la enseñanza, y
a la elaboración de escritos. Y para esto es, absolutamente necesario, que siga
existiendo la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
Su
conversión en un Departamento de la Facultad de Filología crearía un precedente
muy negativo, que puede ser continuado por otras universidades. Ya, de por sí,
la situación de la Filosofía es difícil, en el panorama de la enseñanza
secundaria. Si encima se pretende reducir su presencia en los estudios
universitarios, puede acabar desapareciendo del todo.
Menos
mal que dice el rectorado de la Complutense que es un borrador y que, por
tanto, será analizado, debatido y discutido. Esperemos que imperen el sentido
común, la racionalidad y los argumentos coherentes. La arbitrariedad no debe
imponerse.
La
universidad posee una clara función social, pero eso no justifica, de ninguna
manera, que se quiera ningunear al pensamiento riguroso, a la Filosofía. Es,
precisamente, lo más necesario para el progreso. Ya que la capacidad de
razonar, juzgar, analizar, argumentar, entender, discutir, interpretar, crear,
etc., se desarrollan con la enseñanza filosófica. Y todos los ciudadanos tienen
pleno derecho a una universidad pública que ofrezca grados y posgrados de calidad también en Filosofía.
En un periodo de la civilización occidental en el que afrontamos retos
extraordinarios por la superpoblación, el hambre, el terrorismo las guerras,
etc., es cada vez más útil y beneficioso apostar por la Filosofía, ya que la
creatividad y el pensamiento profundo, junto con una gran capacidad de
investigar son las palancas que nos pueden sacar del estancamiento, y hacer progresar
este mundo que habitamos. La Filosofía se interesa por todo, y aunque sea una
disciplina generalista, ya que como dice Gustavo Bueno es un saber de segundo
grado que analiza las diversas ciencias y conocimientos, también fue muy valorada por grandes
científicos como Galileo y Newton que se consideraban a sí mismos filósofos.
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